MÚNICH/TRÍPOLI, 16 Feb. (DPA/EP) -
Los ministros de Exteriores reunidos este domingo en el último día de la Conferencia de Seguridad de Múnich han coincidido en la necesidad de reforzar el embargo de armas sobre Libia, calificado de "chiste" por responsables de Naciones Unidas, para incentivar a las partes enfrentadas a iniciar un diálogo de paz.
"Sabemos que no será una tarea fácil", ha declarado el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, quien defendió las últimas resoluciones a este respecto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. "Lo que logramos en Nueva York fue un progreso enorme", ha aseverado.
Los doce países y tres organizaciones internacionales presentes subrayaron su meta de implementar el embargo de armas dispuesto por Naciones Unidas desde 2011.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, acusó recientemente a los cuatro países extranjeros implicados en la guerra en Libia Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Rusia a favor del militar opositor Jalifa Haftar, y a Turquía como aliada del Gobierno reconocido por la comunidad internacional en Trípoli, de entorpecer las conversaciones de paz a través del suministro de armas y combatientes, en lo que llegó a describir como un escándalo.
Este domingo, y antes de la reunión, la enviada especial adjunta de Naciones Unidas a Libia, Stephanie Williams, ha criticado con dureza la ineficacia de las medidas propuestas en Berlín, comenzando por el embargo de armas al país norteafricano.
"Se ha convertido en un chiste", ha lamentado Williams sobre la nula regulación de la entrada de armas al país, convertido según la ONU en "el mayor arsenal descontrolado del mundo".
"La situación sobre el terreno es especialmente preocupante, y esta especie de tregua pende constantemente de un hilo. Se han registrado cientos de violaciones del alto el fuego", ha lamentado en declaraciones recogidas por Bloomberg.
