MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Policía surcoreana ha adoptado una postura más férrea para vigilar a los desertores norcoreanos que envían panfletos críticos contra el régimen en medio de advertencias del país comunista y crecientes amenazas personales, según explicaron ayer los desertores.
Determinadas organizaciones han estado lanzando globos con panfletos en el que criticaban la mala administración del dirigente norcoreano, Kim Jong Il, su extravagante estilo de vida y los abusos cometidos en los últimos años contra los Derechos Humanos. El siguiente lote de panfletos que lanzarán el mes que viene estarán acompañados de billetes norcoreanos para tentar a los ciudadanos a recogerlos, según informó la agencia de noticias Yonhap.
Pyongyang ha demandado repetidamente que el Gobierno surcoreano prohíba la campaña propagandista de los activistas, aunque las advertencias se intensificaron el año pasado en medio de la suspensión del diálogo intercoreano.
Los desertores dijeron que habían recibido gran cantidad de llamadas telefónicas amenazantes y que la agencia de espionaje surcoreana, el Servicio Nacional de Inteligencia, y la Policía incrementaron recienemente el número de guardias de seguridad para ellos.
"Escuché que el Servicio Nacional de Inteligencia envió una carta buscando la cooperación del Ministerio de Unificación el día 30 del mes pasado para reforzar mi seguridad," aseguró Choi Sung Yong, un desertor norcoreano y jefe del grupo 'Familias de Secuestrados a Corea del Norte'.
Por su parte, Park Sang Hak, también desertor y jefe de 'Luchadores por una Corea del Norte Libre', dijo que cuatro elementos de la Policía le protegen ahora, en lugar de los dos que lo hacían hasta el mes pasado. Las llamadas telefónicas con amenazas fueron rastreadas en su mayoría a China, dijo.
Desde 2004, desertores y familiares de ciudadanos surcoreanos que se encuentran en el Norte han estado enviando a través de la frontera panfletos que califican a Kim Jong Il como un "mujeriego que disfruta vino caro y coches lujosos" y además describen cómo disfrutan los desertores el próspero capitalismo de Corea del Sur.
