Crónica Afganistán/Pakistán.- ACNUR denuncia la situación de los más de 3 millones de repatriados afganos desde 2002

Actualizado: domingo, 22 junio 2008 18:47

Inseguridad económica, violencia y falta de tierras sobre las que edificar sus hogares, motivos de los afganos para abandonar el país

MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Agencia de Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR) ha gestionado la repatriación de 3,3 millones de afganos desde 2002, incluyendo a 120.000 procedentes de Pakistán en 2008, pero cerca de dos millones de afganos registrados permanecen en Pakistán, que se suman a un número todavía desconocido de ellos en otras partes del país, divididos entre el deseo de regresar a su hogar, y el miedo a la peligrosa situación que se vive en el país, dada la frágil situación económica y de seguridad en Afganistán.

El número más elevado de refugiados se concentra en la provincia de la Frontera Noroeste. No obstante, mientras los principales campos de la provincia han sido cerrados, otros refugiados han sido desplazados a centros de la provincia de Punjab, siguiendo las líneas generales del Gobierno paquistaní, en relación a desplazados considerados por Islamabad como "amenazas para la seguridad" en tiempos pasados.

Existe además una pequeña concentración de refugiados en la provincia suroccidental de Balochistán, desde donde los retornos han sido bastante lentos. Sólo 5.000 refugiados han regresado desde esta provincia desde principios de año. Para el jefe de operaciones de campo de ACNUR en Quetta (Pakistán), Jalid Mahgub, atribuye esta situación a que "muchos de los refugiados en Balochistán proceden de las regiones del sur de Afganistán, donde la situación de seguridad ha empeorado en estos últimos meses".

De la misma opinión es el abogado y activista pro Derechos Humanos, Kamran Arif. "Naturalmente, ningún refugiado desea regresar a una situación insegura. Y las condiciones en Afganistán lo son bastante".

TEJEDORES DE ALFOMBRAS

Entre los refugiados que permanecen en Peshawar se encuentran cerca de 600 tejedores de alfombras, que trabajan en el ahora cerrado campo de Jalozai. A pesar de que las instalaciones han dejado de funcionar, y que la mayor parte de los 70.000 refugiados que allí vivían han regresado a Afganistán, las autoridades paquistaníes permitieron la estancia a los tejedores. Es más: se ha puesto en marcha un programa por el que estos tejedores experimentados están comenzando a entrenar a algunos de los residentes locales .

Según el encargado del proceso de repatriación en el campo de Jalozai, Maqbool Shah Roghani, ha declarado en este sentido que las principales instalaciones del campo, incluyendo un hospital universitario, han sido puestas en manos de las autoridades peshawares. Pero incluso mientras los refugiados siguen abandonando los campos, todavía quedan algunos que viven en el único lugar al que pueden llamar hogar. "Nunca he vivido fuera de Peshawar. Es el único lugar que conozco del mundo", explica la joven Ghazala Khan.

Otros afganos más jóvenes se muestran reticentes a regresar a Afganistán, donde todavía persisten los problemas de inseguridad. Es probable, según la agencia de información de Naciones Unidas (IRIN), que una considerable proporción de afganos llegados a Pakistán en calidad de refugiados --un proceso iniciado en 1979 con la invasión soviética-- elegirán vivir allí, en lugar de regresar a su hogar, donde además la supervivencia económica es incierta, en un momento especialmente difícil por la inflación en los precios de los alimentos.

Factores añadidos y, en cierto modo, derivados, son el desempleo, la sequía, los problemas para encontrar refugio, y la falta de oportunidades socioeconómicas, que han forzado a muchos afganos recién regresados a su país a abandonarlo de nuevo en busca de una vida mejor, según advirtió el Ministerio afgano de Refugiados y Repartición (MDRR). "Los que regresan pueden reemigrar a los países vecinos", explicó el principal consejero del ministerio, Abdul Qadir Zazai.

NUMEROSOS PROBLEMAS

ACNUR, por su parte, ha declarado que la violencia relacionada con la insurgencia ha obligado a gran parte de los afganos a cruzar las fronteras internacionales. "Sus números son significativamente más elevados que en 2002-2003", explicó el representante de ACNUR, Salvatore Lombardo, en una advertencia que llega justo en un momento en el que Afganistán ostenta el récord mundial cifras de refugiados.

En el punto álgido del éxodo, cerca de ocho millones de afganos se encontraban viviendo fuera del país, consecuencia final de décadas de conflicto, desastres naturales y subdesarrollo en términos generales, que han llevado a Afganistán a ocupar los primeros puestos en los índices de pobreza mundiales: más de la mitad de los 26,6 millones de afganos viven por debajo del umbral de la pobreza, es decir, con menos de un dólar al día.

"Todos sabemos a lo que se enfrentan los ciudadanos afganos todos los días. Los que regresan experimentan los mismos problemas: falta de tierra, refugio y protección, agua potable, educación, acceso laboral y facilidades médicas", explicó Lombardo.

Precisamente para abordar uno de los problemas más acuciantes para los que regresan, la falta de vivienda, el presidente Karzai ha autorizado un plan para su realojamiento. Según el Ministerio, cerca de 100.000 familias han presentado su solicitud para recibir tierras, pero cuatro años después de la iniciativa, sólo 10.000 de ellas cuentan con el espacio necesario para construir su hogar.

Ante este nuevo éxodo de la población afgana, la respuesta de los países vecinos es cada vez más reticente: tanto Irán como Pakistán han rechazado acomodar a los refugiados, calificados ahora, según IRIN como "intrusos ilegales" sobre los que pesa la amenaza de deportación.