Crónica Afganistán.- Los talibán controlan el sur del país cinco años después de la invasión de EEUU, según un estudio

Actualizado: domingo, 10 septiembre 2006 19:30

Un informe de 'The Senlis Council' denuncia fallos en las políticas de reconstrucción y la desconfianza ante las fuerzas de la coalición

LONDRES, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los talibán han recuperado el control de la mitad sur de Afganistán y sus posiciones al norte del país avanzan diariamente, según advierte el grupo de discusión 'The Senlis Council' en su último informe sobre la reconstrucción del país con motivo del quinto aniversario de los ataques terroristas del 11-S sobre Estados Unidos. El informe ha sido realizado basándose en extensivos trabajos de campo en las regiones de Helmand, Kandahar, Herat y Nangarhar.

Según el informe, las posiciones talibán avanzadas cortan el país en dos y "abarcan la mayor parte de las provincias del sur del Afganistán". La organización denuncia que la crisis humanitaria asola el país y que parte de la responsabilidad se atribuye a las "fallidas políticas anti narcóticos llevadas a cabo por Estados Unidos y Reino Unido".

Como consecuencia de estos niveles de pobreza, los talibán, según el informe "han respondido a las necesidades de la población local". Así, se señala que la vuelta al poder de 'los estudiantes de Teología' es consecuencia de la "errónea aproximación que la comunidad internacional, y sobre todo Estados Unidos han intentado realizar en el país".

"Cuando vinieron aquí estábamos encantados de verles (a las fuerzas de la Coalición aliada). Ahora que han vivido con nosotros durante cinco años, vemos muchas mentiras y muchas falsas promesas", afirma un comandante Mujaidín desde el anonimato.

MALAS POLÍTICAS DE DESARROLLO Y FALTA DE AYUDAS

El informe señala una alarmante falta de fondos y ayuda para las políticas de desarrollo en el país. Según el director ejecutivo de The Senlis Coucil, Emmanuel Reinert, "los afganos se mueren de hambre, y Estados Unidos ha perdido el control sobre el país; y eso es un fracaso, porque las políticas estadounidenses en el país han recreado el refugio seguro que era para los terroristas antes de su invasión".

Además, Reinert también señala el fracaso de los programas de alimentos, al denunciar que "el Programa Mundial de Ayuda de Naciones Unidas se ha visto forzado a cancelar sus planes para alimentar a dos millones y medio de afganos", y señalar que "esas necesidades deben ser cubiertas, o tendrán graves consecuencias para millones de ciudadanos".

Así, esta crisis alimenticia coloca a Afganistán como "uno de los países más pobres del mundo, cinco años después del 11-S, y es un hecho vital que parece haber sido subestimado a la hora de aportar fondos y priorizar la política exterior, militar, de anti narcóticos y los planes de reconstrucción", según afirmó el director.

Para el informe, la consecuencia directa del hambre es la violencia. Los campesinos que han visto erradicados sus campos de amapolas a consecuencia de la política antidrogas liderada por Estados Unidos, se enfrentan ahora "a contemplar cómo sus hijos mueren de hambre".

PRIORIDADES ERRÓNEAS Y EXCESO DE GASTO MILITAR

El informe, además denuncia que al imponer la "guerra contra el terror" frente a la "guerra contra la pobreza", se ha antepuesto las necesidades de la estrategia militar por encima de las de la población, lo que se ha traducido, según el documento, en un "error militar clásico: no identificar correctamente al enemigo".

Según un comandante afgano en la provincia de Kandahar, en declaraciones citadas por el documento, "los extranjeros vienen aquí y dicen que van a ayudar a los pobres y a mejorar la situación económica, y al final sólo se gastan el dinero en sus operacions militares".

El documento señala que hasta el momento se han gastado 82.500 millones de dólares en operaciones militares, en comparación con los 7.300 millones invertidos en desarrollo e infraestructuras para el país. La violencia ha desencadenado la desconfianza del pueblo, y el gran número de bajas civiles ha provocado "una reacción adversa ante la presencia militar en el país".

Los expertos del grupo recomiendan que tanto Estados Unidos como la comunidad internacional deben reevaluar su estrategia en el país. "Aliviar la pobreza debe ser ahora la prioridad principal", afirma el director. "Sólo entonces podremos hablar de reconstrucción". Finalmente, es necesario acabar con todas las fallidas políticas antinarcóticos y, sobre todo, hay que volver a ganarse los corazones y las mentes de los afganos. Los talibán avanzan cada día más al norte, y esto debería preocuparnos a todos", concluye el informe.

SEMANAS DECISIVAS

La tensión que se vive en el sur del país ha provocado la máxima alerta en la coalición aliada. El comandante supremo de la OTAN en Europa, general James L. Jones, instó a los aliados a enviar refuerzos al sur de Afganistán, ya que, advirtió, las próximas semanas pueden ser "decisivas" en la lucha contra las milicias talibán.

Jones reconoció que la OTAN se ha visto sorprendida por el "nivel de intensidad" de los ataques de los talibán desde que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) envió refuerzos al sur de Afganistán el pasado mes de julio, así como por la capacidad de combate de las milicias islámicas más allá de las acciones de ataque y fuga que les habían caracterizado hasta ahora.

No obstante, el militar se mostró confiado en que la OTAN obtendrá la victoria. "En un futuro relativamente cercano, ciertamente antes del invierno, llegará el momento decisivo en que la región caiga en poder de las tropas que representan al Gobierno", declaró ante la prensa.