Crónica Armas.- Annan insta a seguir adoptando medidas para evitar el desarrollo de armamento biológico

Actualizado: lunes, 20 noviembre 2006 20:05

El CICR advierte de que los avances de la ciencia y la tecnología pueden emplearse con fines hostiles

GINEBRA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, instó hoy a los Estados parte de la Convención sobre Armas Biológicas, reunidos hasta el próximo 8 de diciembre en Ginebra, a realizar mayores esfuerzos para evitar el desarrollo de este tipo de armamento. Mientras, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hizo un llamamiento a evitar que los avances que proporciona la ciencia y la biotecnología se empleen de forma hostil como armas.

Annan intervino hoy en la sexta Conferencia de Revisión de la convención en la que defendió la necesidad de seguir avanzando para que este instrumento "continúe siendo una barrera efectiva contra las armas biológicas". Según el secretario general de la ONU, en los cinco años posteriores a la revisión de la conferencia, las circunstancias globales han cambiado y los riesgos han crecido.

"Estos cambios han transformado el entorno en el que opera la Convención, y alterado su papel y potencial. En el mismo periodo, los avances producidos en el campo de la ciencia y la tecnología biológica se han acelerado, aportando un enorme beneficio para el desarrollo humano, pero también aportando riesgos potenciales", previno.

Por ello, propuso a los Estados miembros de la Convención sobre Armas Biológicas la creación de un foro que reúna a los Estados, empresas, comunidad científica, servicios de sanidad y público en general "en un esfuerzo por garantizar que los avances de la biotecnología continúen sirviendo a la Humanidad en tanto se gestionan los riesgos".

"El horror de las armas biológicas es compartido por todos", señaló durante la reunión, convocada para revisar la Conveción de Armas Biológicas de 1972, ratificada por 155 Estados. En este sentido, previno que todos los países deben hacer frente al terrorismo y la delincuencia "para garantizar que el uso pacífico de la biología y la tecnología pueden alcanzar su potencial".

Según Annan, los Estados parte deben adoptar medidas prácticas para garantizar que la Convención sigue siendo una barrera efectiva contra las armas biológicas. El secretario general de la ONU resaltó que en los últimos cuatro años, los Estados parte han creado y desarrollado un programa innovativo de trabajo que ha hecho una contribución modesta pero práctica a la aplicación de la Convención y reducido el riesgo de que se desarrolle, adquiere o use armamento biológico.

Por su parte, el subsecretario general para Asuntos de Desarme, Nobuaki Tanaka, dijo que la Convención es el órgano legal que muestra la determinación de la comunidad internacional de excluir para siempre la posibilidad de que una enfermedad se utilice como arma. Como tal, agregó, compone uno de los tres pilares básicos de la lucha internacional contra las armas de destrucción masiva.

Mientras, el representante paquistaní, Masud Khan, elegido presidente de la Convención por aclamación, destacó que no hay espacio para la complacencia ya que las armas biológicas son reales y plantean una seria amenaza contra la Humanidad. Se trata, dijo, de armas que pueden ser tan mortíferas como las bombas nucleares o incluso más. Por ello, añadió, "esta reunión es una oportunidad vital para emprender acciones contra una amenaza demasiado seria para ignorarla".

La Convención sobre Armas Biológicas, cuyo nombre formal es Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas y de Toxinas y su Destrucción, se firmó en 1972 y entró en vigor en 1975. Es el primer tratado multilateral que prohibe una categoría completa de armas. Además de sus 155 Estados parte, hay otros 16 que lo han firmado pero no lo han ratificado.

Cada cinco años se celebran conferencias de revisión con el fin de garantizar que los objetivos y el contenido de la Convención se cumplen. La conferencia comenzó esta mañana y durará hasta el próximo 8 de diciembre.

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) recordó hoy que la Convención sobre Armas Biológicas reafirma la prohibición que figura en el Protocolo de Ginebra de 1925 y en los dos tratados se codifica la norma del derecho consuetudinario que prohíbe el uso del veneno, las toxinas y los gases como medio de hacer la guerra.

ADVERTENCIA DEL CICR

Según el CICR, ante los rápidos avances de las ciencias de la vida y la biotecnología, es "vital para la seguridad de la humanidad que los Estados tomen enérgicas medidas para que los adelantos no sean empleados de forma hostil". Así, aunque los nuevos avances tienen prometedoras aplicaciones, con enormes beneficios potenciales para la Humanidad, "esos avances también podrían ser utilizados de forma hostil y facilitar el uso del veneno y la propagación de enfermedades, incrementar su letalidad y, hacer quizás más difícil su detección", previno la organización en un comunicado.

En septiembre de 2002, el CICR hizo un llamamiento sobre la biotecnología, las armas y la Humanidad, en el cual instaba a que los Estados, los científicos, los industriales en el campo de la biotecnología y la sociedad civil en general "garanticen un control eficaz del conocimiento y los agentes biológicos potencialmente peligrosos".

En la Conferencia que comenzó hoy, el CICR instará a que los Estados reafirmen el objetivo final de la Convención, que es "excluir completamente la posibilidad de que los agentes bacteriológicos (biológicos) y las toxinas se utilicen como armas", y tomen otras medidas para velar por el logro de este objetivo.

Además de formular otras recomendaciones, según el comunicado, el CICR instará a los Estados a entablar un diálogo con todos los interesados y a propugnar la cooperación para prevenir el uso hostil de los agentes biológicos y las toxinas. Las ciencias y la industria desempeñan un papel esencial en la prevención del uso hostil de las propias investigaciones, pero todos los interesados deben tomar medidas para minimizar los riesgos.

El CICR está convencido de que este enfoque ayudará a formar una "red de prevención", eficaz, la cual servirá a su vez para proteger a la Humanidad contra el envenenamiento y la propagación deliberada de enfermedades en el futuro.