Los parlamentarios famencos votan, con ausencia de los valones, la anexión a Flandes de 54 distritos hasta ahora de Bruselas y bilingües
BRUSELAS, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las negociaciones entre valones y flamencos para formar una coalición de Gobierno en Bélgica dieron hoy un nuevo paso atrás con la votación que celebró la comisión de Interior del Parlamento belga a favor de la integración en la región de Flandes de los 54 municipios que hasta ahora pertenecen electoralmente a la región de Bruselas Capital y que, por tanto, son bilingües, también electoralmente. El voto salió con el apoyo de los neerlandófonos, también de la extrema derecha, y con la ausencia en señal de protesta de los francófonos.
Medios locales destacaron que la escisión no podrá hacerse efectiva sin el acuerdo de los partidos francófonos, pero que tiene un indudable carácter "simbólico" para las aspiraciones independentistas flamencas. Supone la anexión a Flandes de la circunscripción electoral llamada Bruselas Hal Vilvorde (BHV), formada por 54 distritos electorales hasta ahora parte de la región Bruselas Capital. El cambio supondrá la pérdida de los derechos lingüísticos de los francófonos, incluida la posibilidad de elegir a partidos de tal condición, que a partir de entonces no podrán concurrir a las elecciones en estos territorios.
BHV se encuentra en la denominada "frontera lingüística" entre Flandes y Bruselas Capital y en ella residen actualmente unos 150.000 belgas francófonos. A pesar de estar geográficamente en Flandes, el hecho de estar ligada hasta ahora a la región de Bruselas Capital permite la existencia de reglas que garanticen que, por ejemplo, el sistema judicial es bilingüe --francés y neerlandés-- y no sólo neerlandés. También que los francófonos que viven en BHV pueden votar por los partidos valones en una Bélgica en la que partidos de Valonia y de Flandes son completamente distintos y no pueden concurrir en las elecciones en regiones distintas a la suya.
Esta situación terminaría con la integración de los 54 distritos a Flandes, donde el diario francófono La Libre Belgique descartó que se dieran las "facilidades lingüísticas" de las que disfrutan los francófonos en otras localidades flamencas donde, a diferencia de BHV, son mayoría sobre los neerlandófonos.
REIVINDICACIÓN FLAMENCA
Su integración en la región de Flandes --dentro de la que, igual que Bruselas, se ubica geográficamente-- es una de las principales reivindicaciones de los partidos políticos flamencos en las negociaciones para formar un Gobierno en Bélgica, que hoy registraron la duración récord de 150 desde las elecciones federales del pasado 10 de junio.
En el otro extremo, los partidos valones se niegan a desvincular esta circunscripción --de un nivel económico bastante superior a la media belga-- de la ciudad de Bruselas, de mayoría francófona.
La prensa local recuerda que el Tribunal Constitucional reconoció en una sentencia el derecho de esta circunscripción a escindirse de Bruselas Capital e integrarse en Flandes y este miércoles así se decidió en una votación en la comisión parlamentaria de Interior, que sin embargo, no estuvo exenta de polémica. Los partidos valones --y francófonos--, sabedores de su minoría en una Cámara en la que sólo representación al 40% de la población de Bélgica frente al 60% de los flamencos, abandonaron la sala para no participar en señal de protesta en una votación que daban por perdida.
En efecto, la propuesta fue apoyada por todos los parlamentarios flamencos, incluida la extrema derecha, excepto la representante de la formación ecologista Groen! Tinne Van Der Straten, que reclamó una mayor atención a los temas socioeconómicos.
La cuestión de BHV ha estado presente en las negociaciones para formar Gobierno desde el primer día. El ganador de las elecciones federales y director de los contactos, el democristiano flamenco Yves Leterme, declaró que "la escisión de la circunscripción de Bruselas Hal Vilvorde no necesita más que cinco minutos de valentía política", en contraste con el "congelamiento" de la cuestión por parte del actual primer ministro --desde hace 150 días en funciones--, Guy Verhofstadt.
"FIN DE LA CONVIVENCIA"
En este sentido, las reacciones de los distintos partidos políticos después de la votación en el Parlamento de este miércoles no se hicieron esperar y, por parte valona, reflejaron un elemento más para la complicación en los contactos que desde hace meses realizan los liberales y los cristianodemócratas flamencos y valones, para lograr conformar la coalición de Gobierno.
Charles Michel, Movimiento Reformador --liberal, francófono y participante de la negociaciones-- declaró a la prensa que es "desolador" ver que los partidos flamencos aprovecharon la minoría valona para votar algo que sólo tiene "carácter simbólico" y que "no aporta nada" a ningún ciudadano belga.
"Es un momento raro e histórico por su rareza" y, aunque estimó que no significa que se tambaleen las bases del Estado belga, admitió que "la votación no ha reforzado el clima de confianza entre flamencos y francófonos". No obstante, antes de valorar posibles repercusiones sobre las negociaciones, Michel dijo que los partidos francófonos deberán "concertar su postura" y llamó a la "responsabilidad" de todas las formaciones, tanto valonas como flamencas, "para mantener un clima lo más distendido posible a pesar de todo".
Por su parte, el burgomaestre (alcalde) de Bruselas, el socialista Freddy Thielemans, aseguró que el voto de hoy "es muy nacionalista, próximo a las ideas de la extrema derecha flamenca". Se dijo "sorprendido" de que esta postura fuera aceptada por el resto de partidos flamencos y advirtió que "supone de facto el fin de la convivencia".
Por su parte, el democristiano flamenco Doomst Michel afirmó a la radiotelevisión pública belga, RRBF, que la votación fue "el final de un procedimiento normal en el Parlamento, por procedimiento de urgencia" y confió en que "el voto de hoy puede contribuir a una solución".
