Crónica Chad.- El presidente Deby llega debilitado a las presidenciales de mayo, tras 15 años en el poder

Actualizado: sábado, 22 abril 2006 19:06

La oposición ha boicoteado los comicios, en medio de la crisis con el vecino Sudán

MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

Tras más de quince años al frente de Chad, el presidente Idris Deby llega muy debilitado a las elecciones presidenciales del próximo 3 de mayo, entre el boicot de la oposición, que no se ve representada en los comicios por ningún candidato, y la amenaza del estallido de un nuevo conflicto en la región, debido a los ataques rebeldes.

Deby llegó al poder en el año 1990 tras un golpe de Estado en el que derrocó al entonces presidente Hissene Habre, el mismo hombre que le había convertido años antes en su asesor en asuntos de seguridad y defensa, después de un previo intento de derrocamiento fallido, que le obligó a refugiarse en Libia y en Sudán. Todo su mandato se ha visto marcado por repetidas rebeliones, dudosa reformas políticas y disputas con los países donantes por la riqueza petrolera del país.

A pesar del recrudecimiento de los ataques este mes, el presidente ha insistido en mantener la cita con las urnas, a las que puede concurrir gracias a una modificación de la Constitución. Sus oponentes han advertido de que si se prolonga el mandato de Deby se sumirá al país y a la región en el caos.

A principios de marzo comenzó la campaña electoral para las presidenciales, en las que, dado el boicot de la oposición, Deby parte como gran favorito. A él se enfrentarán otros cuatro candidatos, validados por el Consejo Constitucional, surgidos de partidos pequeños.

SIN UN RIVAL FUERTE

Los cuatro contrincantes de Deby son el ex primer ministro Kassiré Coumakoye, del partido Unión Nación para la Democracia y el Progreso (RNDP, en sus siglas en francés); el actual ministro de Agricultura y presidente de la Unión Nacional para los Demócratas Chadianoes (RNDT, en sus siglas en francés), Albert Pahimi Padacké; Mahamat Abdoulaye, del Movimiento Popular para la Democracia en Chad (MPDT); y un candidato poco conocido, Brahim Koulamallha, que representa al Movimiento Socialista Africano Renovado (MSA/R).

Ni la Coordinación de partidos políticos para la Defensa de la Constitución (CPDC), principal coalición de oposición, ni la Federación Acción por la República (FAR), de Ngarley Yorongar, que llegó segundo a las presidenciales de 2001, participan en los comicios. Ambas formaciones han pedido la anulación de la cita con las urnas y el lanzamiento de un diálogo sobre las condiciones de unas nuevas elecciones, pero el Gobierno se ha negado, al considerar que podría producirse un "vacío político".

Tras alcanzar el liderazgo de Chad por la fuerza, Idriss Deby fue elegido en las urnas en 1996, con el 69,09% de los votos y en 2001, con el 67,35%. Según diversas fuentes, que citan a observadores nacionales e internacionales, los fraudes han sido sistemáticos por parte del poder.

Para poder presentarse a una nueva reelección, el presidente tuvo que modificar la Constitución nacional en el año 2004. En la revisión, que afectaba a ocho artículos, también se eliminó el límite de edad para convertirse en presidente. Los diputados de la oposición se negaron a votarla y abandonaron el hemiciclo.

REBELIÓN TRAS REBELIÓN

La constante amenaza de levantamientos y rebeliones en todo el vasto terroritorio chadiano, presente desde su primer año en el poder, ha convertido en fundamental para el presidente el apoyo de los militares chadianos, dominados por la etnia zaghawa.

Además, los conflictos en la región de Darfur de la vecina Sudán, que estalló en 2003, y el que acabó hace poco más de un año entre el norte y el sur del mismo país, han amenazado con extenderse hacia Chad, donde todavía viven unos 207.000 refugiados sudaneses en campos improvisados. Ambos Estados se han acusado continuamente entre sí de apoyar a los insurgentes rivales de cada uno y avivar las violencias.

Asimismo, más recientemente, el Ejército chadiano parece haber comenzado a volverse contra él, informaba la agencia de noticias IRIN. Desde octubre de 2005 se vienen produciendo deserciones en sus filas, lo que también ha reflejado que la solidaridad étnica en torno al presidente se ha debilitado. Muchos zaghawas en el Ejército han condenado al presidente por no hacer nada para ayudar a sus hermanos que dirigen la rebelión contra el Gobierno de Jartum en Darfur.

OPOSICIÓN SIN VOZ

Deby estableció el principio, si no la práctica, de un sistema multipartidista cuando levantó la prohibición a la que estaban sujetos todos los partidos políticos en 1993. Sin embargo, después de 13 años la oposición política continúa siendo frágil, y tanto sus líderes como los periodistas son objetivo de hostigamiento y detenciones, y las manifestaciones políticas son regularmente disueltas.

La decisión de presentarse para un nuevo mandato, inclumpliendo el compromiso que hizo de abandonar la Presidencia año, ha provocado las críticas de la oposición, grupos de defensa de los Derechos Humanos y uniones de trabajadores, que acusan a Deby de intentar hacerse con un poder vitalicio.

Esta misma semana, el presidente informó de su intención de "rearmar" a su país para hacer frente a posibles ataques rebeldes, como el lanzado el pasado día 13 por el Frente Unido por el Cambio (FUC), abortado gracias a la ayuda de las tropas francesas instaladas en el país centroafricano. Asimismo, advirtió de que si cae su Gobierno y el país entra en guerra, el conflicto "sería más grave que el de los Grandes Lagos".

"Defenderemos nuestra soberanía, sea cual sea el precio a pagar o la sangre a derramar", avisó Déby. Los fondos obtenidos por la venta de petróleo en los yacimientos de Chad están bloqueados por el Banco Mundial, pero cuando esta prohibición quede suprimida, aseguró Déby --de 54 años--, su país "comprará armas con transparencia para defenderse".

Deby acusó a Sudán de haber orquestado la rebelión y aseguró que "el 60 por ciento de los 500 prisioneros (tras sofocar la rebelión) eran sudaneses". "Entre ellos, 50 policías de Jartum y varios oficiales superiores del Ejército sudanés", agregó.

El presidente aseguró que si cae su Gobierno en Chad y el país entra en guerra, el conflicto "sería más grave que el de los Grandes Lagos". En su opinión, Chad es un "puente" entre varias regiones africanas que no debe "romperse".