Crónica China.- La cifra oficial de muertos por el seísmo se sitúa en 22.000 pero aún se siguen hallando supervivientes

Actualizado: viernes, 16 mayo 2008 23:12

El presidente y el primer ministro chinos visitan las zonas afectadas

CHENGDU, 16 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Débora Altit) -

El número de muertos por el terremoto ocurrido el lunes pasado en China aumenta con el paso de las horas y las cifras oficiales hablan ya de más de 22.000 fallecidos, pero los intensos esfuerzos en las labores de rescate también están dando sus frutos y se ha conseguido rescatar con vida a personas sepultadas cien horas después del temblor. Así las cosas, el presidente, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, visitaron las zonas afectadas y animaron a seguir con las labores de emergencia.

Concretamente, el número de vidas que se ha cobrado el seísmo, que afectó principalmente a la provincia de Sichuán, asciende a 22.069, según informaron las autoridades poco después de situar el anterior balance en 21.500 muertos. Ayer estimaron que el balance final podría rondar los 50.000 fallecidos.

En cuanto al número de heridos, es de 168.669, de acuerdo con los datos de la oficina de respuesta en caso de emergencia del Consejo Estatal. Y sólo en Sichuán hay 14.000 desaparecidos.

Los trabajos a contrarreloj de los equipos de rescate formados mayoritariamente por soldados están dando sus frutos, ya que han conseguido rescatar con vida a personas atrapadas bajo los escombros en la zona del epicentro del terremoto más de 90 horas después de que éste se produjera.

En Beichuán se ha escuchado a otras personas que siguen vivas pese a estar enterradas bajo los escombros, por lo que los equipos de rescate se afanan por retirar los restos del edificio para conseguir nuevos milagros. Pero ya que muchas de las personas sepultadas no saldrán con vida, las autoridades han enviado de forma urgente a trabajadores funerarios de otras parte del país a Sichuán para hacer frente al problema que supone la gran cantidad de víctimas mortales.

Esta alta mortalidad tiene efectos colaterales, como es el hecho de que muchos niños se hayan quedado huérfanos. Por ello, el Ministerio de Asuntos Civiles anunció que, una vez se restablezca el orden en las zonas afectadas, se autorizará la adopción de esos menores a personas que cumplan los requisitos estipulados.

Según explicó el Ministerio, muchas organizaciones nacionales e internacionales e incluso particulares han expresado su preocupación por los huérfanos y algunos se han ofrecido a adoptar a los pequeños que hayan perdido a sus padres en el seísmo. Mientras, las autoridades locales se encargarán de atenderlos y prestarles asistencia para que puedan superar la tragedia vivida.

INVESTIGACIÓN POR EL DERRUMBE DE ESCUELAS

Otro asunto pendiente para el Gobierno chino es determinar por qué se derrumbaron las escuelas situadas en el epicentro del terremoto cuando otros edificios sí lograron mantenerse en pie. Con este objeto, ha ordenado abrir una investigación. Según los cálculos oficiales, unas 6.900 escuelas e institutos de Sichuán se vinieron abajo, pero el Gobierno no ha dado datos aproximados sobre qué proporción de menores falleció por este motivo.

"Si existe un problema de calidad en las escuelas, actuaremos de forma severa con los responsables y daremos a la ciudadanía una respuesta satisfactoria", declaró el responsable de desarrollo del Ministerio de Educación, Han Jin. No obstante, achacó el desplome de escuelas e institutos a que la fuerza del terremoto superó los estándares de resistencia a seísmos existentes para la región.

BUSCAR SUPERVIVIENTES

El presidente chino, Hu Jintao, que visitó hoy la ciudad de Mianyang (suroeste de Sichuán), urgió a proseguir con las labores de rescate de los supervivientes y propuso, cuatro días después del terremoto, que la "máxima prioridad" siga siendo el salvar vidas.

En este mismo sentido se manifestó el primer ministro, Wen Jiabao, quien fue al condado de Beichuán para consolar a los damnificados y supervisar las labores de rescate y de ayuda. "No nos rendiremos mientras exista aunque sea una mínima posibilidad de encontrar más supervivientes", dijo, y agregó que se hará todo lo posible para combatir la catástrofe hasta el final.

Wen también consideró importante mejorar la atención a los heridos y restablecer los sistemas de transporte, las telecomunicaciones y el suministro de electricidad en las zonas afectadas, así como garantizar unas "condiciones de vida básicas" a sus habitantes.

En el aeropuerto internacional de Mianyang, Hu se reunió con el primer ministro para discutir sobre los trabajos de asistencia. Ambos recomendaron que estas labores se basen en el principio de que "lo primero son las personas". Aun así, reconoció que el "momento de oro para el rescate" --las primeras 72 horas tras el seísmo-- ya ha pasado.

"Los equipos de rescate no deben llegar sólo a las ciudades, sino también a los pueblos", aseveraron el presidente y el primer ministro. Asimismo, ordenaron que los supervivientes rescatados sean trasladados a tiempo a lugares más seguros y que los huérfanos y los familiares de los muertos sean atendidos adecuadamente.

Además, instaron a estar vigilantes ante posibles réplicas del terremoto para evitar que haya más víctimas y a reforzar los trabajos para la prevención de epidemias.

Wen resaltó que lo que ahora necesita el país es confianza, resolución, perseverancia y una buena organización del trabajo. "Creemos que, mientras confiemos en la gente, (mientras) el Ejército y los civiles se unan, los funcionarios y el público en general se unan, y estemos juntos, seguramente ganaremos la batalla contra el terremoto", enfatizó.

AYUDA DENTRO Y FUERA

Mientras, distintos países y organizaciones internacionales siguen ofreciendo y entregando su ayuda a China. Entre esos países está España, que a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) envió esta tarde hacia Chengdu, capital de Sichuán, un primer avión con unas ocho toneladas de ayuda médica a petición de las autoridades chinas. Además, el director de la Agencia, Juan Pablo de Laiglesia, dijo que ésta se mantiene "atenta" a cualquier otra solicitud de ayuda.

La ayuda procedente de España se vio aumentada por la aportación hecha por Telefónica: diez millones de yuanes (cerca de un millón de euros) que se canalizarán a través de las agencias oficiales designadas por el Gobierno chino, aunque las ayudas se orientará principalmente a los niños afectados por el seísmo.

Por su parte, Naciones Unidas y sus distintas agencias humanitarias aseguraron estar dispuestas a prestar su asistencia a los miles de damnificados si las autoridades chinas así lo solicitan, y la Comisión Europea anunció que destinará una ayuda de emergencia de dos millones de euros.

Aunque agradeció las numerosas muestras de solidaridad, el Ministerio de Exteriores chino hizo un llamamiento a los gobiernos de otros países y a los organismos internacionales a que contacten con él para coordinar las donaciones y la ayuda que se envía al suroeste de China.

Las ganas de ayudar también abundan dentro de China, como demuestra la forma en que se han volcado los sichuaneses en ayudar a los damnificados, hasta tal punto que el número de voluntarios excede la capacidad de organización. La mayoría son jóvenes universitarios que han preferido dejar las aulas por unos días para colaborar en el reparto de los víveres y la ayuda humanitaria que llega desde todo el mundo.

La entrega, en cualquier caso, ha sido absoluta, tanto desde Sichuán como desde el resto del país. Las donaciones recibidas para los damnificados han ascendido a 3.175 millones de yuanes (unos 300 millones de euros). Del total, unos 240 millones de euros son donativos ofrecidos por los chinos y el resto proviene de 19 países.