La ONU pide el fin de la "propaganda del odio" contra su personal y Francia anuncia el envío de un centenar de gendarmes
MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
Costa de Marfil vivió hoy el cuarto día de protestas, aunque de menor intensidad, por parte de los "jóvenes patriotas" partidarios del presidente Laurent Gbagbo, pese al llamamiento que hizo éste anoche para que los manifestantes regresaran a sus casas. Las protestas comenzaron después de que el comité internacional que supervisa el proceso de paz recomendara que el Parlamento concluyera sus funciones.
La ONU, por su parte, expresó anoche nuevamente su preocupación por la ola de violencia contra la población civil y los cascos azules que sirven en la Operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI).
"Es particularmente inquietante el uso de propaganda de odio en los medios de comunicación, que continúan transmitiendo mensajes en los que instan a la gente a armarse y atacar al personal de Naciones Unidas. Esto es inaceptable y debe cesar inmediatamente", advirtió el portavoz de la ONU, Stephan Dujarric.
En los disturbios han muerto ya cinco civiles pero el portavoz de la ONU hizo hincapié en que los 'cascos azules' están actuando con la máxima mesura posible a la hora de hacer frente a estos ataques. "No se están usando métodos letales para disolver multitudes o prevenir ataques", resaltó. Un ataque perpetrado ayer en Guiglo, en el oeste del país, obligó a los cascos azules de Bangladesh así como al personal de la ONU a evacuar su cuartel en esta localidad y dirigirse más al norte.
GESTIONES DE ANNAN
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, realizó ayer intensas gestiones para estabilizar la situación. Habló varias veces con el presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, que actualmente es el presidente de turno de la Unión Africana, así como con el mandatario marfileño, Laurent Gbagbo, quienes se comprometieron a mantener reuniones urgentes para buscar una solución.
Según la agencia misionera MISNA, Abiyán, capital económica del país, seguía hoy paralizada por las protestas y barricadas. Según la BBC, hoy por la mañana unos 2.000 jóvenes quemaron neumáticos y lanzaron piedras contra un edificio de la ONU en Abiyán, y los 'cascos azules' respondieron con gases lacrimógenos.
La ONU mantiene una fuerza de paz de de 6.000 efectivos en este país africano, que junto a 4.000 soldados franceses velan por el mantenimiento del alto el fuego entre el Gobierno y los rebeldes que controlan la mitad norte del país.
Tras cuatro días de disturbios, el Ministerio francés de la Defensa anunció hoy el envío de un escuadrón de gendarmes, un centenar de hombres, suplementario a Costa de Marfil. Además de los 4.000 soldados desplegados dentro de la misión Unicornio como fuerza de interposición, que se suman a los 7.000 cascos azules de la misión de la ONU (ONUCI) en el país, Francia dispone de dos escuadrones de gendarmería, que ahora serán tres.
Por su parte, la organización de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) pidió hoy al Gobierno de Costa de Marfil que tome medidas concretas para poner fin a los ataques contra las fuerzas de paz de Naciones Unidas por parte de las milicias progubernamentales y advirtió de las "desastrosas consecuencias para los Derechos Humanos" que podrían darse si se perdiera el control de la situación. Asimismo, instó al Consejo de Seguridad a incrementar el número de efectivos de sus fuerzas de paz en el país africano.
"La violencia registrada esta semana en Costa de Marfil deja bien claro por qué el Consejo de Seguridad debe incrementar las fuerzas de paz de la ONU y activar las sanciones comerciales y económicas contra los violadores de Derechos Humanos, autorizadas por importantes resoluciones del Consejo de Seguridad", declaró el director ejecutivo de la división de África de HRW, Peter Takirambudde.
"Las fuerzas de paz de la ONU deben mostrarse activas para proteger a los civiles y volver lo antes posible a las zonas afectadas para proteger a las poblaciones más vulnerables", prosiguió. Los ataques contra los 'cascos azules' comenzaron después de que el Grupo de Trabajo Internacional (GTI), encargado de supervisar el proceso de paz, recomendara la disolución de la Asamblea Nacional (Parlamento), cuyo mandato concluyó el pasado mes 16 diciembre y que está controlado en gran parte por el Frente Popular Marfileño (FPI), el partido del presidente, Laurent Gbagbo. Los manifestantes acusan al GTI de interferir en la soberanía nacional marfileña y reeditar el neocolonialismo.
