Crónica EEUU.- Gonzales anuncia su dimisión como fiscal general de EEUU, acechado por las críticas a su gestión

Actualizado: lunes, 27 agosto 2007 21:36

Los demócratas piden que Bush nombre a un sustituto capaz de restaurar la confianza en el sistema judicial del país

WASHINGTON, 27 Ago. (EP/AP) -

El fiscal general de Estados Unidos, Alberto Gonzales, ha presentado su dimisión oficial al presidente George W. Bush, acechado por las críticas de la oposición por su gestión al frente del Departamento de Justicia. En su lugar, le sustituirá de forma temporal el principal abogado del Estado, Paul Clement, aunque ya empiezan a sonar nombres como el secretario de Estado de Seguridad Nacional, Michael Chertoff como posible sucesor.

Desde Texas, el presidente estadounidense, poco después de finalizar el discurso de despedida de Gonzales, explicó que ha aceptado su disimión "después de meses de un trato injusto que ha creado una distracción dañina en el seno del Departamento de Justicia", que propició, dijo, la decisión de Gonzales de dejar su cargo.

Gonzales, el primer fiscal general de origen hispano en ejercer este importante cargo, reconoció que ayer se reunió con el presidente al que informó, dijo, de su decisión de "concluir sus servicio al Gobierno como fiscal general de los Estados Unidos a partir del 17 de septiembre de 20007".

"Déjenme decirles que ha sido uno de los mayores privilegios dirigir el Departamento de Justicia. Guardo mucha admiración y respeto por los hombres y mujeres que trabajan ahí", aseguró el ex ministro de Justicia en su discurso de despedida. "Es gracias a su trabajo constante que nuestro país y nuestra comunidades permanecen seguras y que los derechos y libertades civiles de nuestros ciudadanos son protegidos y las esperanzas y sueños de todos nuestros hijos son garantizados", añadió.

"Hace 13 años que me incorporé al servicio público para marcar una diferencia positiva en las vidas de otros y durante este tiempo he realizado un viaje inolvidable desde mi estado natal, Texas, a Washington, D.C., apoyado por el amor sin condiciones y el apoyo de mi mujer Rebecca y nuestros hijos Jared, Graham y Gabriel", explicó Gonzales en su discurso de despedida.

Bush ha sido el principal valedor de Gonzales ante las insistentes peticiones de dimisión por su gestión al frente del Departamento de Justicia, en especial por el polémico despido de nueve fiscales o las sospechas de que mintió en su testimonio sobre los programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad.

AGRADECIMIENTOS A BUSH

"Frecuentemente recuerdo a nuestros ciudadanos que vivimos en el mejor país del mundo, y que yo he vivido el sueño americano. Incluso en mis peores días como fiscal general han sido mejores que los mejores de mi padre", incidió. "El servicio público es honorífico y noble, y estoy profundamente agradecido al presidente Bush por su amistad y por las oportunidades que me ha dado para servir al pueblo americano. Gracias y Dios bendiga a América", concluyó.

Según fuentes oficiales, el presidente quiso entrevistarse con Gonzales y con su mujer en el rancho que el dirigente posee en Texas, antes de que se conociera oficialmente la dimisión del titular de Justicia. Asimismo, aseguraron que ésta fue una iniciativa personal de Gonzales que Bush aceptó a regañadientes.

El presidente aún no ha elegido al sustituto de Gonzales --al que en un principió barajó como miembro del Tribunal Supremo de Estados Unidos--, pero el puesto no quedará vacante durante mucho tiempo, ya que empiezan a sonar nombres de posibles sustitutos, entre ellos, el actual secretario de Estado de Seguridad Nacional, Michael Chertoff. De momento y de forma temporal, le sustituirá al frente del Departamento de Justicia el principal abogado del Estado, Paul Clement, según fuentes de la Administración.

No obstante, dichas fuentes precisaron que aún no se ha tratado la posible sustitución de Gonzales por Chertoff, quien aún no sabría nada del asunto, e incidieron en que el próximo lunes Bush partirá para Australia y que, dado la brevedad del plazo, el sustituto de Gonzales puede que no sea nombrado para entonces.

La dimisión de Gonzales es la última salida de cargos de alto nivel de la administración cuando falta poco más de un año para que Bush de paso a un nuevo presidente. Hace dos semanas dimitió, Karl Rove, uno de los asesores e ideólogos más importantes de la campaña que llevó a Bush a la presidencia. También lo hizo el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, por motivos, alegó, financieros. Meses antes, lo hicieron el ex secretario de Defensa y artífice de la guerra en Irak, Donald H. Rumsfeld, y Paul Wolfowitz, también ex jefe del Pentágono.

El jefe de Gabinete de Bush, Joshua Bolten, transmitió hace semanas a todos los altos cargos que si se quedaban hasta pasado el próximo Día del Trabajo, que este año se celebrará el 3 de septiembre, estarían obligados a permanecer hasta el final del mandato de Bush, en enero de 2009.

REACCIONES

A pesar de que tanto republicanos como demócratas han exigido la dimisión de Gonzales por su gestión al frente de las investigaciones por parte del FBI de presuntos terroristas, así como por la destitución de fiscales críticos con la Administración estadounidense, quienes más han cargado hoy las tintas han sido los representantes y senadores demócratas.

Así, el candidato presidencial y senador demócrata John Edwards reconoció que siempre es "mejor tarde que nunca" en referencia a la dimisión de Gonzales, mientras que para la presidenta de la Cámara de Representantes --cámara baja--, la demócrata Nancy Pelosi, insistió en que la dimisión de Gonzales "hace tiempo que se debió producir".

"La creciente politización en la aplicación de la ley federal que se produjo durante su mandato erosionó seriamente la confianza pública en nuestro sistema judicial", valoró Pelosi, motivo por el cual, "el presidente debe ahora restaurar la credibilidad de la oficina del fiscal general".

Para el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, "Alberto Gonzales nunca fue el hombre apropiado para este trabajo". "Carecía de independencia, juicio y la capacidad para decir 'no' a Karl Rove", insistió y subrayó que "su dimisión no es el final de esta historia. El Congreso debe llegar al fondo de este desastre y seguir los hechos hasta la Casa Blanca".

"Ha exhibido una falta de neutralidad con el Congreso y el pueblo estadounidense y una falta de respeto por el imperio de la ley y nuestro sistema constitucional", arremetió el también candidato presidencial demócrata Edward Kennedy, quien instó "al presidente Bush a nombrar a un nuevo fiscal general que respete" la legislación estadounidense y "restaure la integridad del cargo".

Sin embargo, no todo fueron dardos contra la gestión de Gonzales. El líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, agradeció a Gonzales "por su servicio público". "Le deseo lo mejor para sus proyectos futuros, y espero que cualquiera que nombre el presidente Bush como próximo fiscal general, él o ella, no sean objeto del partidismo venenoso al que lamentablemente nos hemos acostumbrado en los últimos ocho meses", agregó.

"Es un día triste cuando el fiscal general de Estados Unidos dimite en medio de una nube de sospechas de que el sistema judicial ha sido manipulado por motivos políticos", aseguró por su parte el republicano John Conyers, presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes. "Más que depurar responsabilidades, necesitamos respuestas. Si el poder del fiscal ha sido malempleado, merecemos conocer todos los hechos", insistió.