Crónica Filipinas.- Denuncian la permisividad del Gobierno de Filipinas ante la compra de armas de fuego por civiles

Actualizado: domingo, 23 noviembre 2008 22:17

Aumenta la actividad de milicias cristianas para combatir a los grupos islamistas

MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

Organizaciones humanitarias advierten de que el Gobierno filipino está facilitando a los civiles la adquisición de armas de fuego para defenderse de los rebeldes islámicos que operan el país. Las licencias especiales emitidas por las autoridades convierten a los civiles sin cualificación en defensores de la ley de pleno derecho, lo que podría provocar un incremento espectacular de la violencia sobre todo en el sur de las islas.

Paralelamente, se denuncia la presencia de milicias cristianas que han reaparecido tras 20 años de inactividad y que cuentan, teóricamente, con el beneplácito de las autoridades y, seguro, con el apoyo popular, especialmente en aquellas comunidades aisladas donde el Gobierno local carece de presencia.

Amnistía Internacional ya declaró el jueves 21 de agosto que decenas de miles de civiles que ya sufren la reanudación de la violencia en Mindanao podrían correr un peligro mayor aún si el gobierno de Filipinas respalda la creación de milicias civiles que carecen de formación y no rinden cuentas ante ninguna autoridad. El conflicto armado se recrudeció el 4 de agosto, cuando el Tribunal Supremo suspendió el acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno filipino y el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF).

En este sentido, el alcalde de la ciudad sureña de Aleosan, Loreto Cabaya, se ha mostrado claramente a favor de suministrar armas a miles de familias residentes en las comunidades cristianas de la provincia de Cotabato Norte, y que se encuentran asediadas desde hace tres meses por el MILF, que cuenta con cerca de 12.000 guerrilleros, concentrados la mayoría en Mindanao.

Para contener a los rebeldes, cerca de 7.000 militares han sido desplazados a la zona para sumarse a las operaciones policiales, pero muchos residentes siguen sin sentirse a salvo, y por ello han decidido recurrir a la defensa personal a través de las armas de fuego, muchas de ellas adquiridas sin licencia, ilegalmente.

"Muchos están asustados por los ataques del MILF, y no puedo hacer nada si se sienten más seguros cuando se arman para su protección", indicó Cabaya a la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

CONTRAINSURGENCIA

El Gobierno justifica esta relajación en las normas describiendo la situación como una "emergencia compleja", por la que los funcionarios locales han comenzado a tolerar la presencia de las milicias Ilaga ("ratas", en castellano), antiguos colaboradores del Ejecutivo filipino en operaciones de contrainsurgencia contra las guerrillas musulmanas durante los años 70 y 80, caracterizadas por su especial ferocidad.

El reinicio de los enfrentamientos llegó a afectar, durante el pasado mes de agosto --en el apogeo de los combates-- a más de medio millón de personas, dejando cerca de 140 muertos y 135 heridos, según cifras divulgadas por el Consejo Nacional para la Coordinación de Desastres (NDCC). Si bien muchos de los evacuados han regresado a sus hogares, miles de desplazados permanecen en campamentos de evacuación.

A pesar de que los combates han descendido desde este verano, los rebeldes siguen quemando negocios, robando domicilios y saqueando granjas. Es más, todavía se desconoce si las partes en conflicto revalidarán este año su habitual tregua navideña.

Por ello, el Ministerio de Interior ha distribuido más de 1.000 escopetas en determinados sectores de Mindanao para que las utilicen los civiles designados como agentes de Policía locales; escopetas que se suman a las más de 60.000 armas de fuego en posesión de civiles, sin licencia previa, residentes en el centro y el sur de Filipinas, y sin contar las más de 20.000 que el MILF afirma que están en su poder --entre ellas lanzagranadas, ametralladoras, minas terrestres y rifles de precisión--.

De momento, la sección de Ilaga en Aleosan, liderada por Felimon Cayang, ha amenazado con emprender sus propias operaciones de asalto contra las comunidades musulmanas favorables al MILF. "Por cada cristiano muerto, mataremos a 10 rebeldes del MILF. Estamos preparados para morir, y no dejaremos que nos arrebaten nuestra tierra", declaró Cayang con un rifle de asalto M4 en las manos.

PREOCUPACIÓN CRECIENTE

Mientras, el principal grupo de presión contra las armas de fuego en Filipinas, Sociedad sin Armas, advirtió de que el aumento de la adquisición de armas de fuego sin licencia previa en Mindanao podría detonar un nuevo conflicto del que el Gobierno sería responsable al apoyar de forma implícita a las milicias cristianas.

"Las armas no son una solución al problema. Sólo impulsarán la violencia, y la violencia sólo engendra más violencia", declaró su portavoz, Nandy Pacheco. "Ahora tenemos una situación donde se han creado las condiciones oportunas para la proliferación de armas de fuego sin licencia", añadió, recordando que "el 'ojo por ojo' no es la seña de distinción de una sociedad civilizada".

"Al apoyar la tenencia de armas por parte de los ciudadanos, el Gobierno se autoexime de su tarea de controlar la proliferación armamentística para todo el mundo, rebeldes incluidos", manifestó Pacheco, que indicó que "la ley ordena que sólo se permite portar armas a los policías y al personal militar".

En octubre, el grupo de expertos International Crisis Group, advirtió al Gobierno contra su tendencia a armar a grupos paramilitares. "Mientras hay una necesidad de defenderse de los ataques del MILF, los funcionarios filipinos deberían darse cuenta, a estas alturas, de que proporcionar armas a unas fuerzas civiles tan pobremente preparadas sólo empeora a las cosas", señaló el grupo en un informe.