Crónica Irak.- La batalla por Ciudad Sadr se convierte en una prueba de fuego para el Ejército iraquí

Actualizado: sábado, 12 abril 2008 14:39

EEUU busca disipar las dudas sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes para controlar puntos clave del país sin ayuda externa

MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

Con el asalto al barrio bagdadí de Ciudad Sadr, las fuerzas militares iraquíes se enfrentan a su desafío más importante en meses: demostrar su capacidad para responder a los ataques de la insurgencia en los puntos más peligrosos de Irak donde se encuentran destinados, muy por delante de las líneas estadounidenses.

De momento y según informó el presidente Bush el jueves; el proceso de retirada de tropas estadounidenses se verá suspendido a partir de julio. No obstante y a pesar de que la asistencia estadounidense seguirá más o menos garantizada, es el Ejército iraquí quien asume las posiciones más conflictivas y arriesgadas. Y las dudas expresadas por el Ejército estadounidense sobre la capacidad militar de los soldados iraquíes, han provocado más de un conflicto entre Washington y el Ejecutivo encabezado por el primer ministro Nuri al Maliki.

Las filas iraquíes, afectadas por la escasez de oficiales experimentados, suelen enfrentarse a las milicias del clérigo Muqtada al Sadr sin la capacidad operativa o estratégica necesarias para combatir contra un enemigo atrincherado, escurridizo, con índices cada vez más elevados de apoyo popular y armado con cohetes, granadas y rifles automáticos. Su estrategia está determinada por el propio Gobierno iraquí, bajo un decreto que impide a las fuerzas estadounidenses acceder al corazón mismo de Ciudad Sadr, el principal bastión de la insurgencia chií en Bagdad.

En el corazón del barrio, las pintadas a favor del Ejército del Mahdi son cada vez más numerosos, y los civiles afectados por la violencia prefieren responsabilizar al Gobierno de la pérdida de sus seres queridos antes que a los insurgentes. "Nuestros políticos nos han prometido el paraíso, pero mirad lo que nos hacen cinco años después", afirma Mahdi Muhamed al diario 'Christian Science Monitor', sentado al lado de la cama de hospital donde yace su hijo.

Por su parte, los comandantes estadounidenses contemplan esta operación como una oportunidad para contrastar la capacidad de los efectivos iraquíes, en este caso de la recién creada 11ª División. Colaborando con las fuerzas iraquíes se encuentran dos pelotones de combate, parte del Primer Batallón, Decimocuarto de Infantería, trasladados desde la cercana localidad de Taji hasta Ciudad Sadr.

"El Ejército iraquí debe comenzar a hacer cosas por sí mismo", declaró el teniente Bowen, comandante a sus 23 años del Tercer Pelotón, Compañía Bravo. Pero estos comentarios no son indicativos de que los soldados iraquíes operen en solitario: durante toda esta semana, helicópteros Apache han lanzado misiles Hellfire contra posiciones milicianas para apoyar el perímetro establecido por los soldados iraquíes.

Entre otras labores, los estadounidenses se ocupan de establecer "rutas despejadas" para los vehículos, así como labores de "limpieza" de las carreteras, plagadas de artefactos explosivos. Es una labor arriesgada porque incluso las posiciones estadounidenses suelen verse amenazadas por los ataques con mortero emprendidos por el Mahdi. La estructura de los combates siempre es la misma: bombardeo miliciano desde una posición fija, respuesta estadounidense con apoyo aéreo, disparos aislados, pausa y, horas después, vuelta a empezar.

Los soldados estadounidenses fueron informados por sus superiores de que su actividad en la zona se limitaría sólo a unos pocos días. Dos semanas después, la mayoría de ellos tienen asumido que su presencia se podría prolongar durante mucho más tiempo. Y las relaciones con los iraquíes, si bien profesionales, distan mucho de ser todo lo claras que podrían desear ambas partes.

"Ahora mismo no existe una buena relación entre el Ejército iraquí y las fuerzas de la coalición", reconoció el teniente Bowen. "Y eso provoca cierta confusión a la hora de entender cómo funcionan las cosas por aquí ya que uno no sabe exactamente en qué se esta metiendo, tácticamente hablando".

Esta confusión no parece afectar mucho a uno de los soldados iraquíes que se encuentra en los puestos de combate más avanzados. "Si veo a uno de los malos no voy a arrestarle: directamente le mato en represalia por las muertes de mis compañeros", declaraba un soldado iraquí. Algo que el teniente Bowen considera "perfectamente comprensible" porque "si un soldado tiene un arma e identifica a alguien como miembro del Mahdi", lo que hay que hacer en este caso es "eliminar a la amenaza".

En Ciudad Sadr, todo es un peligro. Desde que los soldados descubrieron que la insurgencia advertía de la llegada de las fuerzas militares lanzando palomas al aire, los vendedores de palomas también pueden ser considerados objetivos lícitos de una operación militar en el barrio.

"Antes de que el Ejército iraquí hiciera acto de presencia, este lugar era ridículamente peligroso", explicó Bowen. Sin embargo, los callejones del barrio siguen siendo un problema, así como los francotiradores que permanecen apostados en los tejados. Estas zonas tardan en ser despejadas de amenazas porque "no tienen suficientes tropas" y la falta de experiencia es un problema.

"No se sienten seguros porque son novatos, porque están muy verdes, y por eso intentamos ayudarles incrementando nuestra presencia en el barrio, proponiéndoles opciones, y, en general, echándoles un cable", añadió Bowen.

En ciertos casos, según el Ejército estadounidense, se les enseña sobre todo a tener paciencia. A no irrumpir contra una posición insurgente o avanzar sus líneas sin conocer el terreno. Con la ayuda de Estados Unidos "la respuesta de las tropas iraquíes ha mejorado ostensiblemente", según el sargento Lewis, que consideró no obstante que todavía queda mucho camino por recorrer.

Así, el Ejército iraquí "cuenta con más chicos nuevos que oficiales con experiencia", consideró el sargento. "Los experimentados ostentan los cargos más elevados, pero en los niveles más bajos, ya sea a nivel de líder de escuadrón, de pelotón o de equipo, no hay muchos soldados capaces de guiar a sus compañeros en la dirección correcta, y ahí se encuentra el problema".

MÁS VIOLENCIA

Hoy, la violencia continuaba en el barrio con nuevos enfrentamientos que se han cobrado la vida de al menos a 13 hombres armados durante la madrugada en los alrededores del barrio bagdadí, según informó el Ejército de Estados Unidos, mientras las autoridades comenzaban a moderar el bloqueo impuesto sobre algunos puntos del vecindario.

Un comunicado del Ejército de EEUU describió como "compleja" la batalla en la barriada, mientras sus habitantes afirmaron que los enfrentamientos eran de los peores desde que las fuerzas iraquíes iniciaran la ofensiva en la zona el pasado 6 de marzo.

Fuerzas estadounidenses lanzaron al menos un misil Hellfire desde una aeronave no tripulada y dos proyectiles desde un tanque M1 en un campo de batalla contra los milicianos que les atacaban con bombas, fusiles y lanzagranadas, señaló el Ejército.

"Ningún soldado estadounidense o iraquí resultó gravemente herido y fuimos a completar la misión", dijo en un comunicado el general John Gossart, oficial ejecutivo del batallón que participó en los combates.

La Policía había estimado inicialmente que siete personas murieron y 17 habían resultado heridas durante los enfrentamientos de la pasada noche.

El portavoz de seguridad en Bagdad del Gobierno iraquí, el general Qasim Musawi, dijo que la situación se encontraba estable y que los combates durante la noche no interferirían con los planes para levantar el bloqueo. "Si ocurren más ataques semejantes, lidiaremos con ellos asaltando a los blancos de una manera inteligente", señaló.