Crónica Irak.- El informe al Congreso evidencia los distintos enfoques entre Irak y EEUU sobre la búsqueda de soluciones

Actualizado: sábado, 14 julio 2007 17:29

El Wall Street Journal duda de los progresos militares y pide "resultados políticos reales" para aliviar la tensión en el país

MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El informe sobre la situación en Irak presentado el pasado jueves al Congreso estadounidense ha provocado un nuevo roce entre las administraciones de Washington y de Bagdad en materia militar, política y económica, provocando una tensión entre ambas partes que está sujeta a difícil solución, según el diario estadounidense 'Wall Street Journal'. El diario estima que son necesarios resultados "reales" en la política iraquí, que mejoren la vida cotidiana de los ciudadanos, sometidos permamentemente a una situación "insegura".

Las conclusiones reflejadas en el documento presentado al Congreso estiman que el Gobierno iraquí del primer ministro Nuri Al Maliki está actuando por debajo de sus posibilidades, tal y como las entienden los analistas estadounidenses, tanto en el plano económico como en el aspecto político. Las conclusiones, sin embargo son realistas, y el Ejecutivo de Bagdad no tiene ningún problema en asumir la existencia de una crisis social, política y económica en el país.

El roce con Washington se centra en los 18 "puntos" establecidos por el informe, que el Gobierno iraquí debería asumir lo antes posible para devolver la estabilidad del país. Son estas "enmiendas", unidas al calendario establecido por Washington para su cumplimiento, las que pueden profundizar el caos en el que se encuentra ahora Irak, según los políticos.

CRÍTICAS

Una de las primeras voces en contra ha sido la del propio ministro de Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari. A principios de semana, el funcionario declaró que el informe muestra cierta falta de perspectiva. "No son 'vuestras' enmiendas. Son 'nuestros' objetivos", explicó al diario estadounidense 'The Washington Post'. "Creo que algunas de las dificultades a las que nos hemos enfrentado en el pasado se deben a que hemos sido rehenes del calendario impuesto por Estados Unidos", afirmó.

Entre estas "obligaciones a cumplir" sugeridas por el informe, destaca la necesidad de modificar la Constitución iraquí, formando regiones semiautónomas dentro del país. Además, el documento sugiere al Gobierno que apruebe la legislación necesaria para incrementar la capacidad de la industria petrolera iraquí. Las arcas del Gobierno permanecen estables gracias al alto precio del petróleo y el sector privado empieza a desarrollarse en áreas como la de las telecomunicaciones. Sin embargo, Irak sigue representando un problema para los inversores tanto por las condiciones de seguridad en el país, como por la falta de un marco legal "más reforzado" en el que desarrollar las operaciones económicas.

El documento señala además que los iraquíes están profundamente descontentos con los altos índices de corrupción en el Gobierno, así como por la falta de servicios básicos, como electricidad, alcantarillado, y el acceso a recursos esenciales como agua o alimentos.

Y más aún, el informe estima que el Gobierno iraquí ha fracasado a la hora de conseguir la reconciliación nacional entre las comunidades chiíes, suníes y kurdas, principalmente, por "falta de voluntad política" a la hora de dar pasos efectivos de cara a alcanzar la concordia entre los iraquíes.

El terreno político es, para el WSJ, el más inestable, y el más decisivo de cara a septiembre. El diario cita las palabras del máximo responsable militar en Irak, general David Petraeus, que afirma que "la política es el 80 por ciento de las operaciones de contrainsurgencia, la actuación militar es el otro 20". A este respecto, el medio considera que son necesarios "resultados reales" que comiencen a "afectar la vida cotidiana de los iraquíes".

Sin embargo, el diario cree que la vida política en Irak sigue marcada por un "intenso conflicto confesional", que marca a los ciudadanos iraquíes, "desconfiados respecto de todo aquel que no pertenezca a su grupo". En este sentido, Wall Street Journal se atiene a las conclusiones del informe, que piden un mayor compromiso político "que permita el inicio de un proceso de curación" entre las distintas comunidades iraquíes, en particular a la posible incorporación de elementos del Baaz. Sin progreso en este área, el diario considera que "existe poca esperanza para la reducción en las tensiones sectarias, y por lo tanto, para el éxito de la estrategia global".

CRÍTICAS Y PROGRESOS

¿Por qué, como afirma el documento, sería necesario reintegrar al partido Baaz, dirigido en su momento por el fallecido dictador Sadam Husein, dentro de la escena política iraquí? "Sería como recompensar a aquellos responsables de asesinatos, torturas y matanzas", afirma el diputado del partido Dawa --liderado por el primer ministro Al Maliki--, el chií Haider al Ebaidi. Por otro lado, los suníes afirman que los pasos que se están dando no favorecen el regreso de aquellos funcionarios que no tenían nada que ver con las políticas de represión de Husein.

Es una situación política tan inestable, que "cualquier momento en el que (EEUU) intente apresurar las cosas, desembocará en una mayor división del Gobierno", según al Ebaidi. "El problema reside en que tenemos que ponernos al día en ciertos asuntos sólo porque el Congreso estadounidense lo tiene por escrito", considera el político. "Pero en Irak, en realidad, no es una necesidad imperiosa que se aprueben determinados cambios", señaló al 'Washington Post'.

Por ejemplo, uno de los "requisitos" antes mencionados en el informe es la creación de una Ley del Petróleo, destinada a mejorar los ingresos obtenidos por la venta el 'oro negro' que todavía se está discutiendo en el Parlamento iraquí, a pesar de que la cámara baja había fijado el 31 de mayo como fecha límite para su aprobación. De momento, los suníes han boicoteado el proyecto de ley, mostrando sus reservas acerca de cómo las regiones chiíes, suníes y kurdas de Irak serán capaces de repartirse los beneficios de la extracción del petróleo, y de cómo serían capaces de gestionar sus propios contratos con compañías petroleras.

La economía iraquí no promete mejorar para septiembre, según el WSJ, que cree que si no han existido mejoras sustanciales desde el inicio de la invasión en 2003, es difícil que sucedan ahora. No sólo es necesaria la reducción del número de desempleados, sino mejorar la importancia de los bienes de atención básica. Pero los datos económicos sobre el país "no son prometedores". Es más: si el informe presentado el pasado jueves hubiera incluido más indicadores económicos, el panorama, según el diario, "sería aún más desolador".

Y a nivel militar, las posturas también son contradictorias. De momento, uno de los portavoces del Ejército estadounidense, coronel Mark Ballesteros, afirma que el número de unidades iraquíes de Nivel 1, aquellas que son capaces de desarrollar "funcionamiento independiente", ha disminuido desde el mes de enero. El gobierno iraquí, por su parte, cree que "se han realizado campañas efectivas en las provincias de Anbar y Diyala, como parte de una exitosa iniciativa militar", según palabras del presidente iraquí, Jalal Talabani.

En lo que a seguridad se refiere, el diario estadounidense considera imprescindible conseguir un descenso en el número de bajas civiles si se quiere "albergar la esperanza de un futuro". A pesar de que las muertes motivadas por conflictos confesionales han descendido durante la primavera, la violencia militar en firme se ha incrementado, en particular desde la aplicación del nuevo plan de seguridad sobre Bagdad. El WSJ reconoce que "los números son difíciles de interpretar". Existe un aumento de la "responsabilidad" de las tropas iraquíes en las provincias cercanas a Bagdad, pero se duda de que puedan ejercer el control en los barrios mixtos de la capital, así como de Mosul o Kirkuk.