Crónica Irak.- Al Maliki abre la puerta a conversar con la insurgencia pero excluye a responsables de delitos de sangre

Actualizado: miércoles, 14 junio 2006 23:02

Bush realiza un balance de su viaje relámpago a Irak y reitera el apoyo al nuevo Gobierno

BAGDAD, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, abrió hoy la puerta a conversaciones con los insurgentes que se oponen al proceso político en Irak, pero advirtió de que los responsables de delitos de sangre estarían excluidos de cualquier negociación, durante el lanzamiento de una gran campaña de seguridad en Bagdad para poner fin a la violencia que ha asolado la capital. Mientras, el presidente estadounidense, George W. Bush, hizo balance hoy de su visita ayer a Bagdad.

Asimismo, Al Maliki restó importancia a las últimas amenazas de la red terrorista Al Qaeda hechas por su nuevo líder en Irak, afirmando que sufrirá la misma suerte que Abu Musab al Zarqaui, muerto en un bombardeo estadounidense hace una semana.

El primer ministro, que hizo estas declaraciones en la presentación de una campaña de seguridad en Bagdad, prometió dar a conocer un nuevo plan nacional de reconciliación mañana jueves. Este plan, dijo, incluirá el indulto para los prisioneros que no han estado implicados en actos terroristas.

"También hay espacio para el diálogo con los insurgentes que se opusieron al proceso político y que ahora quieren sumarse a este después de ofrecer garantías", señaló. "Pero por otra parte, no vamos a negociar con los criminales que han matado a inocentes", previno.

Al Maliki precisó que él no ha contactado con "los líderes de esos insurgentes que se oponen al proceso político". "Aquellos cuyas manos no estén manchadas con sangre iraquí, abriremos un diálogo con ellos y esperamos que revisen sus posiciones porque no serán capaces de minar el proceso político", aseveró.

El nuevo líder de Al Qaeda en Irak, Abu Hamza al Muhajer, prometió en un mensaje en internet ayer vengar la muerte de Al Zarqaui y amenazó con atentados horribles "en los próximos días". Según Al Maliki, las amenazas muestran que el grupo "está golpeado" y está intentando desesperadamente encontrar un nuevo equilibrio. "El sucesor no es diferente del predecesor en el grado del crimen", afirmó, añadiendo que "su suerte será similar a la suerte de Al Zarqaui".

APOYO INCONDICIONAL DE BUSH

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reiteró esta mañana desde la Casa Blanca, y tras su viaje de un día a Bagdad, su apoyo al nuevo Gobierno iraquí de Al Maliki, reclamando además la implicación de la comunidad internacional para financiar la reconstrucción del país.

Bush no dudó en asegurar que su Administración "hará todo lo necesario" para lograr que el nuevo Gobierno iraquí logre el éxito y cumpla con las expectativas depositadas en su gestión. Dicho apoyo se materializará además en una búsqueda activa a nivel internacional de fondos para la reconstrucción más allá de las necesidades militares del país.

Y como ejemplo del esfuerzo que exige al resto de la comunidad internacional, el presidente norteamericano explicó que los miembros de su gabinete, en concreto habló de los responsables de la cartera de Tesoro, Comercio, Agricultura y Energía, llevarán a cabo en Irak reuniones con sus homólogos iraquíes.

Paralelamente, Bush recalcó su confianza en el éxito de la campaña militar que desarrolla en Irak, sobre todo tras la muerte de Al Zarqaui, que tuvo lugar hace una semana y que además proporcionó importante información para los servicios de Inteligencia sobre la insurgencia.

En este sentido, Bush afirmó que lograr el final total de la violencia no era razonable, asegurando que "no ocurriría", pero matizó que evidentemente buscaba reducir la misma, y un ejemplo de esa voluntad tanto iraquí como estadounidense eran las enérgicas medidas tomadas por el Gobierno de Al Maliki en materia de seguridad.

Una vez más el jefe del Estado norteamericano recordó que Estados Unidos no fijará una fecha para la retirada de los 130.000 efectivos que el Ejército mantiene en el país, asegurando que de retirarse demasiado pronto de Irak se podrían poner en peligro la consecución de los objetivos que se habían fijado.

El presidente estadounidense transmitió también sus impresiones positivas sobre el primer ministro y describió la actitud de su gabinete al asegurar que se encontraban "determinados a triunfar" con un programa enfocado en la mejora de la seguridad, el impulso a la economía y la mejora de las relaciones internacionales.

AL SADR

Sin embargo, la visita relámpago de Bush a Irak no sentó bien a todos y hoy 2.000 seguidores del clérigo radical chií, Muqtada al Sadr, celebraron una manifestación en la que ondearon banderas de Irak y fotos del religioso y reclamaron "Irak para los iraquíes".

La protesta se produjo por el vecindario del norte de Bagdad Kazimiyah y pudieron leerse numerosas pancartas contra Bush y pidiendo la retirada de las fuerzas de la coalición lideradas por Estados Unidos, además de cánticos de "No a la ocupación".

Además, durante la protesta, el ayudante de Al Sadr, Hazem al Araji, dirigió un discurso a la multitud y condenó la "funesta visita realizada ayer por el líder de la ocupación".