Crónica Irak.- Nuevos atentados se cobran la vida de más de 70 personas en el primer aniversario del atentado a Samarra

Actualizado: lunes, 12 febrero 2007 20:51

El gran ayatolá Alí al Sistaní apela a la calma y emplaza al Ejecutivo a reconstruir la mezquita de Al Askariya

BAGDAD, 12 Feb. (EP/AP) -

Al menos 71 personas murieron hoy y otras 170 resultaron heridas por la explosión de al menos dos coches bomba en un concurrido mercado del centro de Bagdad, mientras que otras nueve personas fallecieron en otro atentado con bomba en la orilla este del río Tigris. Estas nuevas muertes se producen en el primer aniversario, según el calendario lunar musulmán, del atentado contra la Mezquita de la Cúpula Dorada de Samarra, al norte de la capital, que desencadenó una ola de violencia interconfesional en el país que todavía hoy continúa.

El presidente iraquí, Jalal Talabani, tachó el bombardeo de la Mezquita de la Cúpula Dorada de Samarra de "crimen contra la humanidad y contra el Islam en su conjunto". "Este crimen horrible nos dirige a una mayor solidaridad y hermandad", aseguró Talabani en un discurso pronunciado en Bagdad.

Por su parte, el primer atentado se registraba hacia las 11:50 horas (9:50, hora peninsular española), con la explosión de un paquete bomba --escondido en una bolsa-- en una abarrotada zona próxima a un popular restaurante del barrio de Bab al Sharqi, según la Policía. Esta explosión causó nueve muertos y 19 heridos.

Media hora más tarde, hacia las 12:25 horas (10:25 en España), poco después de los 15 minutos de luto declarados por el Gobierno en recuerdo del atentado de Samarra y no lejos de Bab al Sharqi, otros dos coches bomba fueron detonados cerca del mercado del distrito de Shorja. Según la Policía, al menos 62 personas murieron y 165 resultaron heridas, según la Policía, que teme que el balance aumente. Muchos de los evacuados fueron trasladados al cercano hospital Al Kindi.

En un primer momento no estaba claro si hubo uno o dos coches bomba, aunque se informó de que habían explosionado, con muy poco intervalo de tiempo, dos coches bomba que estaban aparcados a escasos cien metros el uno del otro.

Testimonios como el del propietario de un comercio de la zona --de nombre Mohamed Nayaim y cuyo establecimiento resultó destruido por las llamas--, admitieron la posibilidad de que sólo fuera un artefacto el que hizo explosión. En este sentido, aseguró que el automóvil estaba estacionado en un aparcamiento situado bajo un edificio comercial de dos plantas llamado Al Arabi, cerca del Banco Central iraquí.

Finalmente, fuentes policiales registraron dos explosiones en dos edificios a escasos 200 metros el uno del otro. Uno de los vehículos cargado de explosivos estaba aparcado en la entrada del parking y el otro cerca de otro edificio.

Por su parte, otro testigo de la escena, aseguró que las explosiones se produjeron de forma planeada para que coincidieran con la conmemoración del bombardeo a la mezquita de Samarra, al tiempo que lamentó que muchos iraquíes de la zona han perdido sus propiedades y medios de vida.

Mientras muchos comerciantes trataban de salvar sus mercancías, otros se llevaban su dinero en bolsas. La Policía y soldados del Ejército desplegados en la zona interrogaban a los transeúntes testigos de lo ocurrido.

PRIMER ANIVERSARIO

Las explosiones coinciden con el primer aniversario --según el calendario lunar islámico-- del atentado perpetrado el año pasado por miembros de Al Qaeda contra la mezquita chií de la Cúpula Dorada, en Samarra (al norte de la capital), que desencadenó los enfrentamientos interconfesionales entre suníes y chiíes, los cuales sólo en 2006 se han cobrado la vida, según cifras que baraja la ONU, de 34.452 civiles.

Por su parte, el vicepresidente iraquí, Adil Abdul Mahdi, acusó a la red terrorista Al Qaeda de emplear el bombardeo contra la mezquita Dorada de Samarra para "fomentar el sectarismo" entre confesiones al tiempo que instó a los iraquíes a reconstruir el país, ya que, incidió "no hay nada en nuestro horizonte que no sea el de compartir la sociedad juntos". "No debemos permanecer divididos. Todos los iraquíes, árabes, kurdos, turcomanos y otros deben dar un paso al frente para reconstruir un nuevo Irak", insistió.

Por su parte, primer ministro, Nuri al Maliki, impulsó medidas de seguridad en varias carreteras y puentes en Bagdad que fueron acordonados para impedir disturbios en las manifestaciones que hoy se suceden en Irak, mientras pidió 15 minutos de silencio para conmemorar el bombardeo contra la Mezquita de Al Askariya, más conocida como la Mezquita Dorada de Samarra, 95 kilómetros al norte de la capital.

En un comunicado, Al Maliki pidió que todos los funcionarios del Gobierno y los ciudadanos cantarán a Alá en todas las mezquitas y sonaran las campanas de todas las iglesias por el aniversario del bombardeo contra la mezquita Dorada de Samarra.

"La explosión del templo sagrado empujó al país a la violencia ciega por la que decenas de miles de inocentes han sido asesinados", recordó por su parte el máximo líder espiritual de la comunidad chií en Irak, el gran ayatolá Ali al Sistaní, antes de la explosión de los coches bomba, en un comunicado.

Asimismo, subrayó que "nadie salvo Alá sabe cuándo va a acabar esta tragedia (entre hermanos)", por lo que urgió al Ejecutivo de Al Maliki a reconstruir la mezquita, cuya cúpula dorada quedó ampliamente destrozada durante el atentado, fecha desde la que las inmediaciones a la misma han sido cerradas y vigiladas por la Policía iraquí.

Los ataques que hoy se cobraron la vida de más de 70 personas en Irak se produjeron a pesar de que Al Sistaní pidió calma y contención durante la celebración del aniversario por lo ocurrido en Samarra. "Apelamos a los creyentes a expresar sus emociones pero ser previsores y a actuar de forma disciplinada y a no hacer nada para herir a nuestros hermanos los suníes ya que no son responsables de este terrible crimen", incidió el ayatolá.

Por su parte, 16.000 manifestantes inundaron la calle principal en la ciudad sureña de Kerbala --ciudad santa para los chiíes que alberga dos mezquitas chiíes--, 80 kilómetros al sur de Bagdad, al grito de 'no al terrorismo' y 'los iraquíes sean suníes o chiíes son un pueblo'.

Cientos de policías vigilaban la calle y la manifestación se produjo en un ambiente tranquilo sin que se registrara en Kerbala ningún acto violento, según reconocieron fuentes policiales.

En la también ciudad santa chií de Nayaf, el clérigo radical chií, Muqtada al Sadr, que lidera el Ejército del Mahdi, tenía previsto dirigirse ante sus simpatizantes en un discurso en Nayaf.