Los abogados del presidente esperan que el fiscal cambie de idea tras presentar más pruebas
JERUSALEN, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El fiscal general de Israel, Menachem Mazuz, decidió hoy que el presidente del país, Moshe Katsav, debería enfrentarse a cargos por presunta violación, acoso sexual, obstrucción a la justica, fraude y abuso de confianza. La decisión aún no es defitiva y de hecho sus abogados expresaron hoy su confianza en que Mazuz cambiará de opinión una vez que se presenten más pruebas.
El abogado de Katsav, David Libai, señaló a la prensa tras conocerse la decisión de Mazuz que el presidente recibió la noticia "con gran pesar" pero está seguro de que la presentación de nuevas pruebas persuadirá al fiscal general para que cambie de opinión.
La oficina de Mazuz había informado hoy de que el fiscal había reunido suficientes pruebas para apoyar una acusación contra Katsav por los cargos de violación, acoso, relaciones sexuales con abuso de poder, obstrucción a la justicia y aceptar ilegalmente regalos. Los cargos por abuso sexual hacen referencia a las denuncias presentadas por cuatro mujeres que trabajaron para Katsav durante su mandato como presidente y previamente como ministro.
"El fiscal general, con el acuerdo del fiscal del Estado, llegó a la conclusión de que hay suficientes pruebas para acusar al presidente", informó el Ministerio de Justicia en un comunicado. No obstante, no se presentará un borrador definitivo hasta después de una audiencia en la que Katsav podrá exponer su caso y presentar pruebas, y se completará en un plazo de tres meses.
Libai afirmó que Katsav espera que Mazuz cambiará de opinión tras la audiencia y una vez reciba "más pruebas". El letrado dijo que el presidente acatará la promesa que hizo al Tribunal Supremo y anunciará sus planes de futuro en una rueda de prensa mañana. Por su parte, otro de los abogado de Katsav, Zion Amir, dijo que éste esperaba un resultado distinto.
LOS CARGOS
Mientras, el Ministerio de Justicia informó de los cargos concretos que se imputan al jefe del Estado. Así, respecto a una empleada de la residencia presidencial entre 2003-2004 se le acusa de utilizar su posición de superioridad para obtener sexo, de sexo no consentido, de agresión con abuso de poder, y de acoso sexual. No obstante, y pese a lo que había recomendado la Policía, Katsav no tendrá que hacer frente a cargos por violación en este caso.
En cuanto al caso de una mujer que trabajó en el Ministerio de Interior durante el mandato de Katsav entre 1998-99, se le acussa de violación y agresión sexual, mientras que en el caso de otras dos mujeres que trabajaron para éste en la residencia presidencial, se le acusa de agresión sexual mediante abuso de poder en el lugar de trabajo y acoso sexual.
Asimismo, se le acusa de abuso de confianza y fraude por la presunta compra de decenas de cálices de plata como regalos personales utilizando fondos estatales, y de obstrucción a la justicia y acosar a un testigo, en relación con su intento de presionar a una de las demandantes que trabajaba en la residencia presidencial.
Katsav, cuyo mandato expira en julio, ha negado en todo momento los cargos y las denuncias presentadas en su contra, asegurando que ha sido víctima de una conspiración por parte de sus enemigos políticos.
Debido a que es el presidente en funciones, Katsav sólo puede ser juzgado si se inician los trámites para su destitución en la Knesset (Parlamento). Su abogado, Zion Amir, había señalado en octubre pasado que si se producía este proceso de destitución en el Parlamento, Katsav dimitiría del cargo, sin embargo, desde entonces el presidente ha dicho que sólo suspendería sus actividades.
LOS DIPUTADOS PIDEN QUE DIMITA
Las reacciones a la decisión de Mazuz no se hicieron esperar y diputados de todo el espectro político parlamentario israelí pidieron a Katsav que presente su renuncia. El diputado del Meretz Ran Cohen consideró que Katsav "debe dimitir inmediatamente, ahora que ha humillado a la institución de la presidencia y al pueblo".
Su compañero de partido Zahava Gal-On coincidió en que el presidente debe dimitir para "poner fin al desgraciado espectáculo de un sospechoso acusado de delitos tan graves que permanece al frente de la presidencia".
Por su parte, el presidente del comité de control estatal de la Knesset, Zevulun Orlev, de la Unión Nacional- Partido Nacional Religioso, afirmó que la recomendación de que se acuse al presidente supone "un día triste para el Estado y sus ciudadanos, así como para la institución de la presidencia". Su partido emitió una declaración oficial reclamando a Katsav que cumpla con su obligación y renuncie de forma inmediata.
Mientras la laborista Shelly Yachimovich calificó los cargos contra el presidente de problema grave, y consideró que se ha tenido mucha consideración con los sentimientos de Katsav desde que el escándalo salió a la luz. "La Knesset debe emprender acciones inmediatas y destituir al presidente inmediatamente", conminó, subrayando que "hay que felicitar a la ley gobernante en Israel que actua contra todos los ciudadanos del Estado por igual y no discrimina en beneficio de los que tienen autoridad".
