Crónica Israel.- Olmert presenta su dimisión como primer ministro israelí

Actualizado: domingo, 21 septiembre 2008 21:26

Tras de sí deja la Segunda Guerra de Líbano y una vaga promesa de paz con los palestinos

MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

Ehud Olmert, primer ministro de Israel desde el 14 de abril de 2006, ha presentado su dimisión al presidente Simon Peres. Eso no significa el abandono inmediato del cargo, ya que el proceso para que su sucesora al frente del partido Kadima, Tzipi Livni, pueda (o no) ser primera ministra del país se antoja largo y complicado. En cualquier caso, Olmert deja el poder tras dos años al frente del Gabinete israelí, marcados principalmente por la Segunda Guerra de Líbano y un intento --todavía por fructificar-- de alcanzar la paz con las autoridades palestinas.

Olmert nació en la actual Binyamina en 1945, en la Palestina controlada por las fuerzas británicas por aquel entonces. Tercero de cuatro hijos, su padre, Mordechai Olmert, era diputado del partido derechista Herut durante dos legislaturas. Doctorado por la universidad de Jerusalén en Derecho, Psicología y Filosofía, Olmert sirvió en el Ejército israelí en las brigadas de combate de los Altos del Golán. Una herida en acto de servicio le llevó a completar su deber militar en el diario castrense BaMahane. Durante la guerra guerra árabe-israelí de 1973 (también conocida como Guerra del Yom Kippur), Olmert se unió al cuartel general de Ariel Sharon en calidad de corresponsal militar.

Diputado del Parlamento israelí desde 1973, Olmert debería esperar dos décadas antes de ostentar un cargo político de importancia. Tras ejercer como ministro de Salud en 1992, un año después Olmert fue elegido alcalde de Jerusalén, cargo que ostentó durante diez años, durante los que abogó por la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, para luego dar un giro a sus políticas durante el segundo mandato de Ariel Sharon, apoyando la petición del entonces primer ministro para retirarse de la Franja de Gaza.

Así, Olmert cimentaba una reputación como uno de los más firmes aliados de Sharon, de quien no obstante fue rival político en 1999 por el control del partido Likud, en unos comicios en los que finalmente Sharon se alzó con la victoria por un amplio margen. En 2003, tras abandonar la alcaldía, Olmert fue integrado en el Gobierno de Sharon en calidad de viceprimer ministro y ostentó, durante esa etapa, las carteras de Comercio e Industria, Comunicaciones y Economía, mientras seguía respaldando el proceso de retirada planteado por Sharon. Cuando este último abandonó el Likud para formar el partido Kadima, Olmert fue uno de los primeros en seguirle, completando una transición de derechista a pragmático tan acentuada como la de su propio jefe y del que todos consideraba por aquel entonces como su mano derecha.

LLEGADA AL PODER

El 4 de enero de 2006, Ariel Sharon sufre una hemorragia cerebral que le deja en un estado vegetativo persistente. Tras determinar su incapacidad para gobernar, la elección del 28 de marzo sitúa a Olmert como primer ministro en funciones de Israel, a la espera de que se cumplan los 100 días pertinentes tras los cuales Sharon será retirado del cargo si su condición física y mental no demuestra mejoría. Tal cosa sucede el 14 de abril de 2006. Olmert es nombrado primer ministro de Israel, y su plan es continuar con la retirada unilateral de los territorios palestinos y entablan conversaciones de paz con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

Ambos proyectos deben ser puestos en espera ese mismo verano, primero con el secuestro del soldado Gilad Shalit por las milicias palestinas en la Franja de Gaza. Tres semanas después, el 12 de julio de 2006, las milicias chiíes libanesas de Hezbolá secuestran a dos soldados israelíes tras un ataque en la frontera, dando inicio a la Segunda Guerra de Líbano, que concluye 33 días después tras un alto el fuego gestionado por Naciones Unidas. Hezbolá proclama su victoria "moral" en el conflicto, mientras Olmert y el Ejército se someten al dictamen de la comisión Winograd, que determina que "Israel comenzó una larga guerra que se ha resuelto sin una victoria militar definida" --según sus conclusiones-- "tras una ofensiva que no consiguió ningún éxito militar y que fue incompleta". Más de mil personas, en su mayoría civiles libaneses, perecieron en el conflicto, mientras en los territorios palestinos, el embargo israelí sobre la Franja de Gaza para forzar a las milicias a devolver a Shalit provocaba una gravísima crisis humanitaria en la región.

Ahora, Olmert presenta su dimisión tras verse inmerso en una serie de escándalos de corrupción, con una presión añadida por parte de sus compañeros de partido para abandonar el cargo, en particular después de las acusaciones del empresario estadounidense Morris Talanski, por las que Olmert habría aceptado más de 75.000 euros en dinero negro.

Los fiscales señalaron que, con ese dinero, Olmert pretendía mantener su lujoso estilo de vida. Olmert siempre ha mantenido su inocencia, pero con su dimisión cumple su promesa de abandonar el cargo si resultaba acusado formalmente, lo que al final terminó sucediendo. Sí que contó con el apoyo total de su familia durante este trance, a pesar de que no comparten sus ideas políticas, ni su esposa, Eliza, ni sus hijos, muchos de los cuales están asociados a causas políticas de izquierda.

LO QUE VIENE DESPUÉS

Una vez entregada su dimisión, Olmert podría permanecer en el cargo durante semanas, o incluso meses, hasta la formación de un nuevo Gobierno. En cualquier caso, la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, asumirá el papel de Olmert como líder del Kadima tras las elecciones internas celebradas esta semana.

Para formar gobierno, Livni necesitará un mandato formal por orden expresa de Peres, que dispone de 14 días para escuchar propuestas sobre quién debería formar el nuevo Ejecutivo israelí a partir de todas las facciones que ocupan los 120 escaños del Parlamento israelí. En este sentido, es posible que Peres retrase su viaje a Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU, para gozar de más tiempo para consultar a los líderes de las distintas facciones.

Si finalmente resulta nominada para formar gobierno, Livni tendrá 42 días para cerrar un acuerdo de coalición con otros partidos. De fracasar en esta empresa, Peres podría designar a otro encargado para esta tarea, y si persiste el bloqueo, convocar elecciones.

Otra opción, más improbable, es que Olmert se tome la baja del cargo. En este caso, el proceso sería el mismo que el de hace dos años: Livni pasaría a convertirse en primera ministra en funciones, asumiendo el cargo pasados 100 días, manteniendo la actual coalición de Gobierno.