Califica de "error" la guerra de Irak y expresa el compromiso de su Gobierno en la lucha antiterrorista
ROMA, 18 May. (EUROPA PRESS) -
El nuevo presidente del Gobierno italiano, Romano Prodi, presentó hoy el programa de Gobierno de su gabinete ante el Senado, del que debe recibir su voto favorable, y lo hizo intentando tender la mano a la oposición para la "concordia", si bien su calificación de "grave error" de la guerra de Irak y su anuncio de la retirada italiana de este país provocó malestar entre los diputados del centro-derecha, que le interrumpieron en su discurso.
Prodi recordó que las disputadas elecciones del 9 y 10 de abril le dieron la victoria y por tanto "el Gobierno es el que los electores han votado". "La exigua ventaja en la victoria electoral significa distinción, no división en el país", insistió, asegurando que el centro-izquierda "no quiere castigar a nadie" y que lo que desea es la "concordia" con la oposición.
A este respecto, aseguró que su Gobierno dialogará en el futuro con la oposición y no cerrará la puerta a nadie. Según Prodi, "hay espacio para la aportación constructiva de todos". Porque, añadió, "todos aquí dentro (del Senado), estoy seguro, queremos que Italia vuelva a vencer".
El líder de La Unión prometió que cumplirá su programa, "y lo haremos tratando de implicar también a los que no nos han dado su consenso, no con la intención de castigar a quien nos lo ha negado". "Sólo hay, tanto aquí como fuera, italianos que aman Italia como nosotros, pero que legítimamente tienen prioridades y hacen elecciones diversas a las nuestras", aseveró.
En esta línea, dijo que su Ejecutivo trabajará "con el compromiso de gobernar durante toda la legislatura, porque sólo la estabilidad y la continuidad pueden ayudarnos a cumplir los objetivos que nos planteamos". Así, calificó su programa de "serio" y de "proyecto a la altura de los problemas" a los que se enfrenta Italia, comprometiéndose a "examinar con atención" cualquier propuesta, venga de donde venga.
El nuevo Gobierno de Prodi se enfrentará mañana al voto de confianza del Senado y el próximo martes en la Cámara de Diputados. La coalición de centro-izquierda sólo tiene dos escaños más que la de centro-derecha en el Senado. Si pierde alguna de las votaciones, el Gobierno deberá dimitir.
"GRAVE ERROR"
Pero la parte de su discurso que más protestas e incluso silbidos suscitó fue la dedicada a Irak. "No compartimos la guerra en Irak y la participación de Italia", afirmó Prodi, recordando la posición del centro-izquierda ante la decisión del Gobierno de centro-derecha de Silvio Berlusconi de participar en la invasión iraquí. "Consideramos esa guerra un grave error porque no ha resuelto los problemas de seguridad sino que los ha complicado". "Ha abierto la caja de Pandora", apostilló.
En este sentido, propuso al Parlamento la salida de las tropas italianas de Irak "en los plazos técnicos necesarios", si bien prometió que se hará "consultando a todas las partes interesadas" con el fin de que "se garanticen las condiciones de seguridad". Ante las protestas de los senadores de la Casa de las Libertades, se preguntó "la diferencia que hay entre lo que digo y lo que decía el anterior gobierno con la retirada antes de finales de 2006".
A pesar de la afirmación de la retirada, Prodi no dio una fecha exacta para la retirada de los 2.600 soldados italianos que aún permanecen en territorio iraquí.
"Estamos convencidos de que la lucha contra el terrorismo se realiza con instrumentos políticos, de Inteligencia, y frente a organizaciones terroristas", agregó Prodi, mostrándose contrario a quienes para hacer frente al fundamentalismo "predican cruzadas y anulan cualquier distinción, propugnando choques de civilizaciones".
En este sentido, expresó el compromiso de su Gobierno de "participar en la lucha global contra el terrorismo, en el ámbito de los organismos internacionales de los que forma parte Italia". Asimismo, Prodi admitió que actualmente "en el mundo existe un riesgo de proliferación nuclear".
ESFUERZO PARA LEVANTAR LA ECONOMIA
En el plano económico, Prodi subrayó que "el país necesita una fuerte sacudida, al igual que el sistema productivo". "No debemos defender el bienestar residual, sino que con urgencia debemos relanzar Italia, debemos volver a crecer con estabilidad", agregó. Para ello, dijo que su Gobierno trabajará para sanear las cuentas públicas porque "la corrección es indispensable para asumir nuestras obligaciones europeas" y para "acabar lo antes posible con los incipientes signos de desconfianza de los mercados internacionales". No obstante, admitió que "no hay espacio para correcciones confiadas a maniobras extraordinarias, no hay milagros posibles de ingeniería financiera".
Además, tras prometer que la lucha contra la evasión fiscal será una de sus prioridades, consideró "esencial que se ponga en marcha una iniciativa" que regule los conflictos de intereses "en línea con lo que existe en otras democracias avanzadas, una normativa libre de intenciones punitivas pero más rigurosa que la que actualmente está en vigor".
Respecto a la justicia, uno de los temas de batalla para Berlusconi, dijo que su Gobierno quiere "devolver la serenidad a los jueces italianos", "que puedan actuar con imparcialidad y profesionalidad, rodeados del respeto y tutelados siempre en su propia independencia". "Pediremos plazos más rápidos, procesos más veloces", agregó.
Por último, respecto al problema de la inmigración, el presidente del Gobierno rechazó marginar o criminalizar a los inmigrantes, defendiendo su "acogida y convivencia", y aunque dijo que se mantendrá el "techo" del número de inmigrantes que podrán entrar al año en el país, propuso "revisar las cuotas".
