Crónica Japón.- La coalición de Shinzo Abe tendrá que pelear para mantener la mayoría en las elecciones a la Cámara Alta

Actualizado: sábado, 28 julio 2007 15:04

El primer ministro ve como su imagen desciende entre los japoneses, por los deslices en el Ejecutivo y los fallos de la Administración

MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -

La coalición formada por el Partido Liberal Democrático del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y por el Nuevo Komeito, corre el peligro de perder la mayoría absoluta en la Cámara Alta del legislativo japonés, que se celebran mañana domingo, ya sea por el descenso experimentado en el índice de aprobación sobre la figura del primer ministro como por los escándalos que han rodeado a las principales carteras de su Gabinete, y de los que ni siquiera la administración pública está a salvo.

En cualquier caso, parece ser que el cargo de Abe no está en peligro. Así lo prometió el martes pasado Yasuhisha Shiozaki, secretario jefe del Ejecutivo japonés porque, tal y como recordó al diario 'Mainichi Shimbum', "en las elecciones a la Cámara Alta no se elige a una administración". Sí que se han dado ocasiones en que el primer ministro ha resultado reemplazado tras los resultados, pero esas decisiones, según Shiozaki, han partido de la administración y no forman parte del procedimiento estándar.

De igual forma opinaba el líder del PLD, Shoichi Nakagawa. "Si el primer ministro continúa o no en su cargo es una pregunta que se encuentra en una esfera completamente distinta a la de estos comicios", según declaró en la conferencia de prensa para los corresponsales extranjeros en el Club de Japón.

La Cámara Alta no está sujeta a disolución y sus miembros estudian la legislación más en profundidad que los políticos de la Cámara de Representantes, más poderosa, que tiene prioridad en nombrar a los primeros ministros, en la aprobación del presupuesto nacional y en la ratificación de tratados.

ABE, EN EL FILO

En los días previos a la celebración de los comicios, Abe ha permanecido desafiante ante los resultados de hasta tres encuestas que vaticinan el descarrilamiento de su coalición en las elecciones de mañana. Si bien obtendrá la victoria, es probable que pierda la mayoría, o eso reflejaron los sondeos publicados por la agencia Kyodo News, el 'Mainichi Shimbum' y la cadena Nikkei TV, segun los cuales la coalición PLD/Nuevo Komeito no alcanzaría los 64 escaños necesarios, de los 121 en juego, para mantener la mayoría. En estos comicios sólo están en juego la mitad de los 242 asientos de la Cámara.

Según esas mismas encuestas, la oposición capitaneada por el Partido Democrático de Japón (PDJ) obtendría la victoria y se convertiría en el principal partido de la Cámara, más bien por los recientes escándalos y críticas contra el Gobierno, que por el éxito de su campaña electoral.

En estos momentos, el índice de aprobación de Abe está en el mínimo tras nueve meses en el cargo, y gran parte de la culpa la tiene el hecho de que al menos 50 millones de pensionistas japoneses desconocen dónde se encuentra el dinero que han acumulado durante su vida laboral. Al parecer, un fallo burocrático al convertir los expedientes a un nuevo formato ha provocado que ninguno de los afectados pueda demostrar que es el beneficiario del fondo.

De lo que no se libra el primer ministro es de los problemas legales que atraviesa el ministro de Agricultura, Norihiko Agaki, acusado de prevaricación tras obtener 200.000 yenes justificando gastos de su departamento empleando fotocopias de recibos idénticos. Su predecesor en el cargo, Toshikatsu Matsuoka, se suicidó el pasado mes de mayo en el momento en el que estaba siendo investigado por fraude fiscal. Agaki, además, sigue en el punto de mira de la Fiscalía nipona por desviar 12,5 millones de yenes a sus fondos personales, desde 1996 a 2003.

Éso, sin contar la dimisión del ministro de Defensa, Fumio Kyuma, presentada a principios de mes por unas declaraciones en las que parecía justificar los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki. O los comentarios realizados por el ministro de Salud, Hakuo Yaganisawa, en los que equiparaba a las japonesas con "máquinas de parir" en un discurso realizado con motivo del descenso de los índices de natalidad en Japón.

La encuesta llevada a cabo a principios de mes por el 'Yomiuri Shimbun' concedía al primer ministro sólo un 32 por ciento de aprobación popular, la mitad del que registró al llegar al poder. Esta semana ha subido hasta el 36,5 por ciento, el segundo ascenso en quince días. Sin embargo, un 51 por ciento de los japoneses sigue suspendiendo la labor del primer ministro, que ha pasado del triunfalismo desafiante a la humildad de quien realmente necesita votos.

"Por favor, dadnos el poder, y honraremos nuestras promesas", solicitaba Abe el pasado miércoles durante un mítin en la prefectura de Fukui, en contraste con el remangado primer ministro que defendió con uñas y dientes su política de crecimiento económico un día antes, en Ginza, hablando a favor de sus candidatos por Tokio. "La oposición no sería capaz de obtener lo que he hecho en 10 meses", declaró ante sus partidarios.

Por su parte, el PDJ tiene delante suyo un horizonte más despejado, lo que no significa que no predomine cierta cautela entre sus filas. Su presidente, Ichiro Ozawa, pidió a todos los funcionarios del partido que no alimentaran el optimismo de forma injustificada hasta los resultados oficiales, pero reconoció que un triunfo en la Cámara de los Consejeros podría hacerles cambiar "todas las propuestas de ley iniciadas por el Gobierno en la Cámara Alta".

Eso no quiere decir que el principal partido de la oposición no haya jugado sus cartas contra la coalición de Abe, como demuestra la querella presentada el viernes pasado contra el Gobierno por emplear, presuntamente, fondos públicos para insertar publicidad electoral en los principales diarios japoneses. En ella, se pedía al público que aceptara la "tarjeta de la seguridad social", una de las principales iniciativas del Gobierno de Abe. Según el PDJ, esa línea de actuación es ilegal. Según Abe, la jugada de la oposición es "absolutamente lamentable".

PRIMERAS VOTACIONES

El público japonés ha respondido a este movimiento electoral con un interés en aumento. Casi cuatro millones de japoneses ya han depositado su voto gracias al sistema implantado por el Ministerio de Comunicaciones que permite a los ciudadanos insertar su papeleta con hasta diez días de antelación, y se espera que las cifras totales de votantes previos lleguen a los diez millones de personas, antes de la apertura oficial de las urnas.

Según un funcionario del Ministerio, las cifras serían "inexplicablemente altas", de no ser por las vacaciones de verano, que los japoneses no desean interrumpir, y por el atractivo que ha despertado, en general, la campaña electoral.

Según una reciente encuesta llevada a cabo por el 'Yomiuri Shimbun', un 68 por ciento de los votantes está "muy" o "bastante" interesado en las elecciones, un número superior en 12 puntos a la encuesta de los pasados comicios del 2004.

FUJIMORI, ¿SENADOR?

De todas formas, el candidato sorpresa en estas elecciones a la Cámara es el ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, que ostenta la doble nacionalidad peruana-japonesa y que anunció el mes pasado su intención aceptar la invitación que le hiciera el partido Kokumin Shinto para encabezar la lista al senado nipón.

El Gobierno chileno aseguró ayer que si Fujimori es elegido senador en los comicios, no cambiará su situación procesal en Chile, donde espera una resolución definitiva del Supremo ante un pedido de extradición procedente de Lima, donde está acusado de delitos de corrupción y de violaciones a los Derechos Humanos.

"Como Gobierno, vamos a dar las garantías para que las instituciones funcionen, la justicia opere, la gente que tiene que estar a disposición de la justicia aparezca y los jueces tengan tranquilidad para fallar", dijo el ministro portavoz del Gobierno de Michelle Bachelet, Ricardo Lagos Weber.