Crónica Líbano/Israel.- El Ejército israelí prosigue con su ofensiva 'total' en Líbano y mata a decenas de civiles

Actualizado: domingo, 16 julio 2006 1:02

Beirut reclama un alto el fuego y la Liga Arabe exige la mediación de la ONU para resucitar el proceso de paz en Oriente Próximo

BEIRUT, 15 Jul. (EP/AP) -

El Ejército israelí continuó hoy con su amplia ofensiva sobre Líbano, bombardeando por primera vez el centro de Beirut y destruyendo los principales bastiones de los líderes de la milicia chií Hezbolá. El saldo de víctimas del día ascendió a al menos 33 personas, mientras la comunidad internacional, y especialmente la árabe, salvo Estados Unidos, condenó de nuevo la escalada de violencia en la región.

La Policía libanesa informó de que 33 personas perdieron hoy la vida en el país, por lo que la cantidad de libaneses fallecidos en los cuatro días de ofensiva hebrea supera ya el centenar, la mayoría de ellos civiles. Del lado israelí, al menos 15 personas murieron, cuatro de ellas civiles y 11 soldados.

Los aviones militares israelíes demolieron el último puente que quedaba en pie de la principal carretera que conecta Beirut con Damasco, sobre el río Litani, a unos 10 kilómetros de la frontera con Siria. En la acción fallecieron tres civiles que conducían por el puente. Por otra parte, varios proyectiles israelíes impactaron contra dos vehículos en el sur de Líbano y mataron a 18 civiles, nueve de ellos niños, según la misión de la ONU en el país (MINUL).

Por la tarde, las fuerzas de Israel atacaron el área central de Beirut por primera vez en la ofensiva que comenzó el pasado martes, y alcanzaron un faro y el puerto marítimo de la capital, aseguraron testigos presenciales.

Los ataques hebreos también tomaron como blanco silos de granos en el puerto marítimo y la zona turística costera de Jounie, que alberga una base militar libanesa, agregaron las mismas fuentes. El puerto comercial de Beirut está pegado al distrito céntrico, que resultó destruido en la guerra civil de 1975 a 1990.

También cayeron misiles sobre el puerto de Trípoli, la segunda ciudad más grande del país, que se encuentra situada 100 kilómetros al norte de Beirut. Dos posiciones del Ejército libanés en Amchit y Hamat, en la costa central del mar Mediterráneo, al norte de Beirut, también resultaron alcanzadas, según funcionarios de seguridad.

ACUSACION CONTRA IRAN

Aún no está claro porqué Israel se dirige ahora contra el Ejército libanés, aunque todo apunta a que buscaría dañar los radares, especialmente después de que un misil de Hezbolá alcanzase ayer un buque de guerra israelí frente a las costas de Beirut.

Israel trató de explicar este "éxito" de la milicia acusando a la Guardia Revolucionaria de Irán de tener a un centenar de soldados en Líbano prestando ayuda clave, incluyendo asistencia para lanzar el misil que ayer dañó el buque. Hezbolá y el propio Teherán negaron estas acusaciones.

Sin embargo, el fuerte de la ofensiva israelí se focalizó hoy aún más en el liderazgo de Hezbolá en el sur de Beirut y en la ciudad de Baalbek, en el este del país.

Mientras, Hezbolá lanzó decenas de misiles cada vez más sofisticados hacia el norte de Israel. Los cohetes llegaron en dos ocasiones a Tiberíades, el primer ataque a esta ciudad israelí situada a 35 kilómetros del sur de la frontera, desde la guerra de 1973. Según el diario 'Haaretz', al menos ocho personas resultaron heridas por los proyectiles.

El Ejército israelí advirtió además de que los proyectiles de Hezbolá podrían llegar a Tel Aviv, la segunda mayor ciudad del país, y esta misma tarde utilizó una batería de misiles 'Patriot' en la ciudad de Haifa.

MEDIACION DE LA ONU

Mientras se sucedían los ataques, el Gobierno libanés y numerosos países solicitaron de nuevo el fin de la ofensiva israelí. El primer ministro libanés, Fuad Siniora, pidió un "alto el fuego inmediato y global en Líbano bajo la égida de la ONU" y acusó a Israel de "infligir un castigo colectivo" a los libaneses.

En un discurso televisado, el primero desde el inicio del conflicto, Siniora responsabilizó a Israel de la "catástrofe humanitaria y económica" que está viviendo Líbano y subrayó que "no tenía el derecho de destruir Líbano".

"Lo que está ocurriendo va más allá de la pseudo cuestión de un intercambio de prisioneros", agregó. Asimismo, dejó claro que su Gobierno no aprueba el secuestro de dos soldados israelíes por Hezbolá el pasado martes, y que era "el único en decidir en materia de paz o de guerra", en una velada referencia al jefe de la milicia, Hasan Nasralá, quien ha prometido una "guerra total" con Israel.

Por su parte, el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, declaró que el proceso de paz en Oriente Próximo está "muerto". "Todos los mecanismos, incluido el Cuarteto (formado por Estados Unidos, la ONU, la Unión Europea y Rusia), han fallado, contribuyendo a enterrar el proceso de paz", subrayó, estimando que la única forma de hacerlo resucitar sería el envío de la cuestión ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Musa hizo estas declaraciones al término de una reunión de urgencia de la Liga Arabe en El Cairo, que hoy analizó las medidas a adoptar para poner fin a la escalada en Oriente Próximo.

BUSH, EN SUS TRECE

En el lado contrario, el presidente estadounidense, George W. Bush, culpó únicamente a Hezbolá de la escalada de violencia, según manifestó en una rueda de prensa con el presidente ruso, Vladimir Putin, con quien mantuvo hoy una reunión bilateral en el marco de la cumbre del G-8 en San Petersburgo.

"Desde mi juicio, el mejor camino para detener la violencia es entender por qué la violencia ocurrió en primer lugar. Y esto es `porque Hezbolá ha estado lanzando misiles a Israel y porque ha secuestrado a dos soldados", apostilló.

Por su parte, Putin calificó de "inaceptable" que Hezbolá trate de alcanzar sus metas con misiles y secuestros contra un Estado independiente. "En este sentido consideramos que las preocupaciones de Israel piden estar justificadas", declaró, aunque al mismo tiempo indicó que "el uso de la fuerza debe estar equilibrado".

"La mejor forma de detener la violencia es que Hezbolá entregue las armas y deje de atacar", agregó Bush, que hizo un llamamiento también a Siria para que influya en Hezbolá.

También desde el G8, el presidente francés, Jacques Chirac, instó a los líderes que participan en la cumbre a enviar un mensaje unido reclamando el fin de la escalada de violencia en Oriente Próximo. Chirac "espera la movilización de todos en este G8" para reducir la tensión en la región, señaló el portavoz presidencial, Jerome Bonnafont, añadiendo que París se opone al desarme de Hezbolá por la fuerza.

Mientras, el presidente del Gobierno italiano, Romano Prodi, trasladó en San Petersburgo al presidente estadounidense, George W. Bush, que su país está en contacto con Líbano, Siria y Israel y que Roma se puede erigir como "un mediador" en la crisis.