Las autoridades israelíes aseguran que el objetivo es alcanzar el río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera
BEIRUT/JERUSALÉN, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Ejército israelí y la milicia chií Hezbolá protagonizaron hoy duros enfrentamientos en la localidad fronteriza libanesa de Aita al-Shaab, donde según fuentes árabes han muerto tres soldados israelíes. Hezbolá aseguró hoy que ha rechazado varios avances del Ejército israelí, mientras que Israel informó de la muerte de 20 milicianos chiíes en las últimas 48 horas en los sectores de Taibeh y Al-Adeissa. Las autoridades israelíes aseguraron hoy que el Ejército tiene intención de alcanzar el río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera.
La ofensiva, que ya ha cumplido su vigesimoprimer día, se ha cobrado hasta la fecha la vida de más de 700 libaneses, además de la evacuación de miles de ciudadanos extranjeros y el desplazamiento de más de 700.00 personas.
A lo largo del día, Israel continuó con su ofensiva en el sur, norte y este de Líbano. La aviación ha efectuado varios ataques aéreos contra varias aldeas fronterizas. Fuentes de seguridad libanesas aseguraron que los aviones hebreos atacaron las localidades de Bayyada y Mansureh, en el sur. Aparte, los cazas israelíes bombardearon también el este de Líbano y las carreteras que comunican con Siria.
De hecho, el ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, advirtió hoy de que el Ejército atacará a cualquier vehículo que transporte armas desde Siria hacia Líbano, aunque aseguró que "no hay ninguna intención de abrir un nuevo frente en Siria". Israel ha acusado reiteradamente a Siria de permitir el paso de armas de fabricación iraní hacia territorio libanés con destino a las milicias chiíes de Hezbolá.
El pasado domingo por la noche, el Gobierno israelí anunció una tregua de 48 horas de sus ataques aéreos, pero advirtió de que se reservaba el derecho a atacar aquellos objetivos en los que considere que se están preparando ataques contra su país.
COMBATES EN TIERRA
Un total de cinco unidades del Ejército israelí operaban esta mañana en distintas áreas dentro de Líbano, tanto en el centro del país como en el oeste, desde la región de Metula hasta el área de Zarit (entre tres y seis kilómetros dentro de territorio libanés), con el objetivo de buscar arsenales de armas y destruir, como muy tarde el jueves, los bastiones de Hezbolá.
Las autoridades israelíes aseguraron hoy que el Ejército tiene intención de penetrar con más profundidad en Líbano y mantener el control del territorio durante varias semanas, a la espera de que llegue la fuerza multinacional. El objetivo, según informaron la radio del Ejército, la radio estatal y fuentes gubernamentales, sería alcanzar el río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera.
En estas circunstancias, las acciones militares más intensas de la jornada se han registrado sobre el terreno, y las informaciones de ambas partes han contribuido a generar el estado confusión propio de todas las guerras.
Por una parte, Hezbolá aseguró en un comunicado, citado por la cadena de televisión qatarí Al Yazira, que sus milicias rechazaron hoy varias incursiones israelíes en el sur de Líbano. "Desde ayer lunes por la noche y hasta primeras horas de hoy martes, las fuerzas israelíes intentaron tomar el control del triángulo situado entre las localidades Aita al-Shaab, Al-Qaozah y Ramie, pero los combatientes de Hezbolá se enfrentaron a ellas y las forzaron a retirarse", indica el comunicado.
Aita al-Shaab se encuentra próxima a la frontera con Israel. En estos combates, según Hezbolá, han muerto tres soldados israelíes, un extremo que aún no ha confirmado Israel pero del que también ha informado la cadena de televisión Al-Arabiya.
Hezbolá también informó de que las tropas israelíes han intentado a lo largo del día ocupar una colina desde la que se dominan las tres localidades citadas y, según fuentes militares israelíes, una unidad de paracaidistas se encuentra en la zona desde ayer.
Por otra parte, una portavoz del Ejército israelí aseguró hoy que al menos 20 miembros de Hezbolá han muerto en las últimas 48 horas en los combates que se desarrollan desde ayer en los sectores de Taibeh y Al-Adeissa. Según 'Haaretz', las tropas han tomado un centro de mando de Hezbolá en la localidad de Taibeh y están operando en las localidades de al-Adeissa y Rab a-Talatin (al oeste de Metula), desde las que, según el Ejército, se han disparado gran cantidad de cohetes Katiushas.
No obstante, Hezbolá aseguró hoy en su propia cadena de televisión, Al Manar, que ha repelido una incursión israelí en Al-Adaisse y Kfar Kila, en el sur, obligando a los soldados israelíes a replegarse detrás de la frontera tras infligirles bajas. En estos enfrentamientos murieron cuatro milicianos chiíes, según Hezbolá. Al-Adaisse y Taibeh se encuentran cerca de la ciudad cristiana de Marjayun, a ocho kilómetros de la frontera.
El Ejército israelí efectuó hoy continuos ataques aéreos contra Kfar Kila, y la artillería ha disparado contra la localidad de Deir Mimas, a unos dos kilómetros de aquella población.
"GANANDO LA BATALLA"
El primer ministro israelí, Ehud Olmert rechazó hoy nuevamente el alto el fuego por considerar que "cada día que pasa es un día que mina la fuerza del enemigo".
Olmert hizo estas declaraciones tras una reunión del Gabinete de Seguridad, en la que se decidió ampliar la ofensiva contra Líbano pese al creciente rechazo de la comunidad internacional a esta política y a las constantes llamadas para el cese inmediato de los enfrentamientos.
El primer ministro israelí insistió en que el Estado hebreo está "ganando la batalla" y rechazó las críticas a sus Fuerzas Armadas, según las cuales Israel no ha logrado detener el lanzamiento de misiles de la milicia chií contra las ciudades del norte de Israel.
El éxito de los enfrentamientos "no se puede medir por el número de misiles que nos disparan", aseguró el mandatario. "Nadie prometió que al final de esta guerra no vayan a quedar misiles que puedan alcanzarnos", sentenció.
LA MATANZA DE QANA
Mientras, continúan las secuelas del ataque efectuado el pasado domingo contra la localidad libanesa de Qana, que causó la muerte de alrededor de 60 civiles, en su inmensa mayoría mujeres, niños y ancianos.
La ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, reconoció hoy que la matanza ha provocado un giro diplomático contra Israel, según informó la edición digital del diario israelí 'Haaretz'.
Tras la tragedia de Qana, afirmó la ministra, el margen de maniobra diplomática de Israel ha disminuido, frente a los numerosos apoyos que, según ella, estaba recibiendo el Estado hebreo desde Europa para llevar a cabo sus operaciones en Líbano. Este cambio, añadió, queda patente en la "problemática" actitud de Rusia y Francia hacia Israel.
Por otra parte, la edición digital de 'Haaretz' indicó hoy, citando como fuente al propio Ejército israelí, que la aviación israelí no tenía ninguna prueba de que hubiera lanzaderas de cohetes de Hezbolá ni milicianos de esta organización chií en el edificio de tres plantas bombardeado en Qana, en el que se habían refugiado numerosos civiles.
Al parecer, el objetivo formaba parte de un plan de la fuerza aérea para atacar varios edificios próximos a lanzaderas de cohetes. En el momento del ataque, según 'Haaretz', "no había lanzaderas de cohetes en Qana".
Inmediatamente después del ataque, Ehud Olmert aseguró que desde Qana y sus alrededores se habían disparado "cientos de Katiushas hacia Israel, hacia Kiryat Shemona y Afula", y el Ejército israelí aseguró que "la aviación atacó lanzaderas de misiles en la zona de Qana, desde la que se han disparado cientos de misiles contra las ciudades de Nahariya y las municipalidades del oeste de Galilea".
