Crónica Líbano.- Kouchner afirma que Francia, Italia y España ampliarán su apoyo a la FINUL "si fuera necesario"

Actualizado: domingo, 21 octubre 2007 0:05

(((CRÓNICA AÑADIDA)))

Moratinos traslada una impresión "positiva" sobre la posible elección de un nuevo presidente de la República en los plazos fijados

BEIRUT, 20 Oct. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Beatriz Fernández) -

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, afirmó hoy que Francia, Italia y España están decididas a "continuar" su apoyo a la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) e incluso a "ampliarlo si fuera necesario".

Así se pronunció en rueda de prensa conjunta con sus colegas español e italiano, Miguel Angel Moratinos y Massimo D'Alema, con quienes realizó una visita a Líbano con el objetivo de animar a las tropas de FINUL, subrayar su compromiso con esta misión (los tres países juntos aportan 6.000 de los más de 13.000 efectivos de la fuerza) y apoyar a las fuerzas políticas libanesas para que alcancen un acuerdo con respecto al próximo presidente de la República.

D'Alema lanzó el mensaje de que ninguno de estos países se amedrentará por la amenaza terrorista. "Estamos aquí para quedarnos y ayudar a Líbano a reconstruirse y a reforzar sus instituciones democráticas", subrayó. Moratinos señaló por su parte, a preguntas de los periodistas, que no contaba con "datos nuevos" con respecto a la autoría del atentado que en junio pasado mató a seis soldados del contingente español.

CONTACTOS CON TODOS LOS PARTIDOS

Los tres ministros se entrevistaron con los principales representantes de las comunidades chií, suní y cristiana maronita. El próximo presidente libanés tendrá que ser un cristiano maronita, según el reparto de las instituciones vigente desde los años 40 y que deja a los suníes la jefatura del Gobierno y a los chiíes la presidencia del Parlamento.

Así vieron primero al presidente del Parlamento, el chií Nabih Berri, quien ocupa el mismo cargo tras sucesivas reelecciones desde 1992, el primer ministro Fuad Siniora (suní) y el patriarca maronita, Mar Nasrallah Burros Sfeir.

Posteriormente tuvieron una reunión final con los 14 primeros o segundos espadas más importantes de los partidos libaneses, entre ellos Hariri, Michel Aoun, Mohammad Fneich (ministro de Energía y Agua y miembro de Hezbolà), Samir Azar, en representación de Berri, y Maruam Hamade, ministro de Telecomunicaciones y brazo derecho del druso Walid Yumblat.

Los jefes de la diplomacia europeos incidieron en que su visita no perseguía apoyar a un candidato en cuestión, sino respaldar los nombres que ellos propusieran de consenso. Tras sus contactos con las distintas fuerzas políticas, los tres se llevaron consigo una impresión "más bien positiva y alentadora" con respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo, en palabras de Moratinos.

El ministro español subrayó asimismo la importancia del mensaje positivo que daría Líbano de cara a la conferencia internacional sobre Oriente Próximo que prepara Estados Unidos si lograse sacar adelante la elección presidencial dentro de los plazos fijados por la Constitución.

"Sería la primera vez", indicó Moratinos, que los libaneses se convertirían en "protagonistas" de un paso en adelante hacia la reconciliación entre Israel y los países árabes.

Por otra parte, Kouchner y Moratinos resaltaron que detrás de esta iniciativa de los tres países, tenían el apoyo del resto de Estados miembros de la UE, que así se lo expresaron en la pasada reunión informal de jefes de Estado y de Gobierno para aprobar el Tratado de Reforma. No obstante, defendieron el haber tomado la iniciativa por su carácter mediterráneo y por el apego personal que siente hacia Líbano, país que dijeron conocer bien.

A modo de resumen, los tres ministros quisieron dejar claro que los libaneses tienen "todo su apoyo" para consensuar un candidato dentro del plazo que fija la Constitución entre el 25 de septiembre pasado y el próximo 24 de noviembre, que es cuando termina el mandato del presidente Emile Lahud, en el cargo desde octubre de 1998, cuando el Parlamento (con mitad de miembros cristianos y la otra de musulmanes) le eligió por unanimidad. Su nombramiento se decidió 10 días antes en una cumbre entre el presidente sirio, Hafez Asad, y su homólogo libanés, Elías Harawi.

Para los ministros europeos, es de vital importancia para la estabilidad del país, y por tanto, para la seguridad de las tropas de FINUL que la elección presidencial tenga lugar dentro del plazo que fija la Constitución, ya que si no se eligiera un nuevo jefe de Estado, la permanencia de Lahud más allá de lo constitucionalmente establecido generaría una situación de conflicto.

Uno de los hechos que invitan al optimismo reside en las conversaciones que desde hace un par de días han iniciado el presidente de la Cámara, el chií Nabih Berri y el líder del Movimiento del Futuro, el suní Saad Hariri, para intentar buscar un candidato de consenso.

También es buena señal que ambos estén en contacto con el patriarca manorita, quien a su vez está intentando acordar con los distintos líderes cristianos varios candidatos que puedan reunir un consenso, lo que obligaría a prescindir de las opciones más extremas.

Los candidatos propuestos por el bloque del 14 de marzo son Burros Harb y Nassib Lahud, mientras que la oposición apuesta por Michel Aoun. Sin embargo, fuentes diplomáticas españolas aseguraron que en los contactos con los ministros europeos no se han presentado nombres.

En septiembre pasado los diputados aplazaron la elección presidencial al próximo 23 de octubre ante la falta de consenso. No obstante, algunos medios de comunicación apuntan que habrá un nuevo aplazamiento al 30 de octubre.

Para que Lahud accediera al cargo hubo que enmendar la Constitución, ya que prohibía a los altos cargos del Ejército ocupar este puesto sin haber renunciado dos años antes a sus funciones. En 2004, el Parlamento aprobó una enmienda a la Carta Magna que permitió a Lahoud prorrogar tres años más su mandato, lo que provocó la dimisión de cuatro ministros del Gobierno libanés.

Poco después, en octubre de 2004 el entonces primer ministro, Rafik Hariri, presentó su dimisión. En febrero de 2005, fue asesinado en el atentado más grave en Líbano desde el final de la guerra civil en 1990. Investigadores de la ONU concluyeron meses más tarde que altos cargos de los servicios de inteligencia sirios participaron en ese crimen.