Crónica Líbano.- Miles de libaneses despiden a Gemayel mientras su padre declara el inicio de la Segunda Intifada

Actualizado: jueves, 23 noviembre 2006 18:42

La multitud quema baderas sirias y fotografías el presidente libanés prosirio Emile Lahoud MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

Cientos de miles de libaneses dieron hoy su último adiós al ministro de Industria y dirigente antisirio Pierre Gemayel, cuyo padre, el ex presidente Amin Gemayel, consideró el multitudinario funeral como el punto de partida de la "segunda Intifada" libanesa que dijo acabará con el cambio de presidente en el país, el pro-sirio Emile Lahoud. Mientras, las fuerzas prosirias, encabezadas por Hezbolá, que ha negado su implicación en el asesinato, optaron hoy por mantenerse al margen y no caldear más el ambiente.

Amin Gemayel dedicó un sentido discurso a la multitud reunida en las calle de Beirut y abandonó su retórica tranquilizadora, que empleó el día del asesinato de su hijo para hacer un llamamiento a la calma, para asegurar que "igual que el el ex presidente asesinado Bashir Gemayel vive entre nosotros, todos los mártires de esta intifada de independencia están viviendo entre nosotros". "La muerte del primer ministro Rafik Hariri es lo que provocó esta intifada y hoy la segunda intifada ha sido lanzada", recoge el diario hebreo 'Yediot Ahronot'.

El ex presidente arremetió, durante el discurso pronunciado en la Plaza de los Mártires, contra el actual presidente libanés, Emile Lahoud, de corte prosirio, e instó al cambio "que se producirá desde arriba, desde la elección de un nuevo presidente para Líbano".

Así ,Gemayel demandó una reforma y un nuevo presidente para evitar que el extremismo se haga con el poder en el país de los cedros. "El inicio de la cuenta atrás para la elección de un nuevo presidente ha comenzado", apuntó, "así como hacia el logro de la verdad y el establecimiento de un tribunal", recoge el diario libanés 'Daily Star'. El padre del fallecido prometió no descansar hasta que se lleve ante la justicia a cualquiera que haya cometido un crimen contra "nuestro seres queridos, nuestros líderes y contra Líbano".

El féretro del ministro Gemayel, envuelto en la bandera de su Partido Falange --blanca con un cedro verde como emblema-- fue trasladado desde su casa hasta la Catedral de San Jorge en el centro de Beirut, donde una multitud cantó himnos religiosos. Durante el trayecto hacia la catedral, numerosas personas aplaudieron al paso del ataúd.

En un acto inusitado, el jefe de la Iglesia cristiana maronita, cardenal Nasralá Sfeir, abandonó sus oficinas en una montaña para oficiar la ceremonia funeraria, en la cual participaron familiares y dignatarios, incluido el ministro francés de Asuntos Exteriores, Philippe Douste-Blazy y el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa. El principal político chií y presidente del Parlamento, Nabí Berri, aliado del Hezbolá, asistió también al sepelio. Lahoud y Hezbolá no mandaron representantes a la ceremonia.

CLAMOR CONTRA SIRIA, LAHOUD Y HEZBOLÁ

Cerca de la catedral, la Plaza de los Mártires estaba llena por miles de hombres, mujeres y niños que agitaban banderas libanesas, unos 800.000 según AP. Algunos mostraron carteles con la efigie de Gemayel y mensajes como: "Queremos vivir" y "Esperamos justicia". Otros, menos pacíficos, quemaron banderas de Siria y fotografías de su mandatario, Bachar al Assad.

Pierre Gemayel, de 34 años y conocidas tendencias antisirias, perdió la vida el pasado martes al recibir un disparo cuando viajaba en su vehículo por Jdeideh, vecindario cristiano situado en el extremo norte de Beirut. Un vehículo embistió al coche en el que iba Gemayel, tras lo que un hombre armado salió y le disparó a quemarropa.

En este sentido, Gemayel supone el sexto político asesinado en los dos últimos años por sus posturas antisirias y de desocupación. El ex primer ministro Rafik Hariri fue el primero de ellos, que murió en un atentado de coche bomba el 14 de febrero de 2005.

Asimismo, Hezbolá también fue objeto de condena por parte de la multitud. La relación del grupo con las esferas de poder sirio y la intención de la organización de derrocar el Gobierno apoyado por Occidente del primer ministro, Fuad Siniora, han provocado el clamor público contra su estructura política y militar.

El líder de las Fuerzas Cristianas Libanesas, Samir Geagea, se dirigió también a la multitud reunida para dar el último adiós a Gemayel, y afirmó que "Siria y sus aliados quieren provocar una confrontación sobre la celebración de un juicio" que investigue las implicaciones sirias en el asesinato de Hariri. Hezbolá abandonó la semana pasada el Gobierno libanés tras conocer que se formaría un tribunal a instancias de la ONU para esclarecer el asesinato. "No estamos asustados y no lo estaremos. No cederemos hasta que que se detengan los crímenes en Líbano y los criminales sean arrestados", prometió, según cita el diario 'Yediot'.

Por su parte, Saad Hariri, hijo del también asesinado Rafik Hariri, y líder del bloque antisirio que domina el Parlamento, habló de unidad en su discurso ante la multitud. Pidió a los musulmanes suníes y líderes cristianos que se unieran a la coalición antisiria, pero omitió hablar de los musulmanes chiíes. Todos los que hablaron lo hicieron desde detrás de una pantalla de metacrilato.