Crónica Líbano.- Siria promete a la ONU que trabajará con Líbano para detener el envío de armas a Hezbolá

Actualizado: viernes, 1 septiembre 2006 22:14

Israel desconfía de las promesas de Siria, al que considera un "santuario del terrorismo"

DAMASCO, 1 Sep. (EP/AP) -

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, aseguró hoy que Siria se ha comprometido a efectuar patrullas en su frontera con Líbano y a trabajar con el Ejército de Beirut para frenar el envío de armas a la milicia chií Hezbolá.

En una reunión celebrada en Damasco con el presidente sirio, Bashar al Assad, Annan también pidió a Siria que "utilice su influencia" para conseguir la liberación de tres soldados israelíes que mantienen secuestrados milicianos libaneses y palestinos aliados con Damasco.

Siria reforzará los guardias que tiene emplazados en su frontera con Líbano y establecerá patrullas conjuntos con el Ejército libanés "cuando sea posible", señaló Annan.

Annan apuntó que Siria "tomará lo antes posible" medidas para incrementar la cantidad de guardias fronterizos y ofrecerles un entrenamiento y equipos adicionales.

Siria también "establecerá mecanismos de enlace con las fuerzas armadas libanesas, la policía fronteriza y el personal internacional que provea asistencia técnica a los libaneses para establecer un régimen efectivo de interdicción", agregó.

Cuando le preguntaron si esas medidas serían exitosas para bloquear el envío de armas a Hezbolá, Annan respondió que "puede suceder. Puede que no sea un 100%, pero habrá mucha diferencia si el gobierno implementa las medidas que ha analizado conmigo. No tengo razón para pensar que no se realizará".

Al Assad no hizo declaraciones públicas después de la reunión, pero Annan conversó con la prensa en el aeropuerto de Damasco antes de partir al mediodía hacia Katar. "Si bien expresó la objeción de Siria a la presencia de las fuerzas extranjeras en la frontera sirio-libanesa, el presidente (Al Assad) se comprometió ante mí a que Siria tomará todas las medidas necesarias para implementar por completo el párrafo 15 de la resolución 1.701", explicó Annan.

La resolución del pasado 11 de agosto, que puso fin a las hostilidades entre Israel y Hezbolá tres días después, pide a los países que impidan la venta o el suministro de armas a entidades en Líbano sin el permiso de Beirut o de las fuerzas de paz de la ONU. Asimismo, demanda a Líbano que "vigile sus fronteras y otros sitios de entrada" al país.

ISRAEL NO CONFIA EN SIRIA

Israel desea que las fuerzas internacionales sean emplazadas en la frontera de Líbano con Siria, algo que ha rechazado el Gobierno sirio. Después de conocer las promesas siria, Jerusalén mostró serias dudas. "Israel no piensa que Siria... haya dejado patente algún motivo para ser una fuerza en la que confiar", indicó Miri Eisin, portavoz del primer ministro, Ehud Olmert.

"Siria continúa siendo un santuario del terrorismo, como hemos visto con los cuarteles de Hamás y los numerosos cohetes y misiles fabricados en Siria y proporcionados por Siria, que fueron lanzados contra Israel en los meses de julio y agosto de este año", afirmó.

El único comentario sirio después del encuentro de Al Assad y Annan provino del ministro de Asuntos Exteriores, Walid Moallem, que no reveló detalles sobre la reunión, aunque dijo que "existe una oportunidad que puede generar beneficios si la comunidad internacional es sincera con sus esfuerzos para lograr una paz justa y amplia. De otra manera, es posible la opción mala (la guerra)".

Annan llegó ayer a Siria para pedir a su Gobierno que se una a las gestiones internacionales de evitar el rearme de Hezbolá y lograr la liberación de los soldados israelíes capturados por los guerrilleros. La visita de Annan a Siria, una nación clave que ejerce una enorme influencia en Hezbolá, sigue a las escalas en Líbano e Israel, donde exigió el respeto de sus gobiernos y la plena adopción de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a 34 días de hostilidades entre los milicianos de Hezbolá y los soldados israelíes a partir del 14 de agosto, después de un saldo de más de 1.000 muertos, en su mayoría civiles libaneses.

El secretario general de la ONU llegó en avión a Damasco procedente de Jordania, donde anotó que es el momento de establecer relaciones normales entre Líbano e Israel.