Crónica Libia.- Un tribunal libio vuelve a condenar a muerte a los seis acusados de infectar con VIH a 400 niños

Actualizado: martes, 19 diciembre 2006 20:01

La comunidad internacional condena la sentencia y pide a las autoridades libias que pongan en libertad a los sanitarios

TRIPOLI, 19 Dic. (EP/AP) -

Un tribunal libio condenó hoy a muerte a las cinco enfermeras búlgaras y el médico palestino que ya habían sido sentenciados previamente a la pena capital por el contagio de unos 400 niños con el VIH en un hospital del país norteafricano. El veredicto fue recibido con júbilo por los familiares de las víctimas, 50 de las cuales han fallecido, pero ha sido duramente criticado tanto por Bulgaria como por la UE y Estados Unidos.

Los acusados tienen todavía derecho a recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo. El juez que presidía la Corte, Mahmud Hawissa, leyó durante siete minutos el veredicto del segundo juicio contra los condenados, mientras familiares de los niños afectados se manifestaban a las afueras del Tribunal de Trípoli donde se dictó la sentencia.

Los seis acusados, que llevan siete años encarcelados en Libia, fueron juzgados y condenados a muerte anteriormente. Sin embargo, las protestas internacionales por la falta de rigor e imparcialidad del proceso obligaron a los jueces a un segundo juicio. Bulgaria sostiene que los niños fueron infectados por la falta de higiene y sanidad en un hospital libio.

El presidente libio, Muamar Gadafi, se encontraba en una situación tensa a raíz de este pleito. Europa y Estados Unidos han indicado que las futuras relaciones con Libia dependían en cierta medida del veredicto pronunciado hoy.

Mientras tanto, la opinión pública libia rechazaba la absolución de los imputados como una resolución válida del contencioso. De hecho, cuando el Tribunal Superior de Justicia aceptó una segunda vista de la anterior sentencia, pronunciada en diciembre de 2005, familiares y vecinos de los niños afectados mantuvieron serios enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Bengazi, la ciudad donde tuvo lugar el contagio que ha costado la vida ya de 50 chicos.

Unos 50 familiares de los niños portaban hoy pancartas en las inmediaciones de la Audiencia con fotos de los jóvenes y en las que pedían "Muerte para los asesinos de los chicos" y denunciaban el "HIV made in Bulgaria". Esta semana, además, las familias recogieron firmas para exigir al Gobierno de Gadafi que no cediera "a las presiones de Occidente" y que respetara "la Justicia libanesa".

En Bulgaria, a su vez, cientos de personas también se manifestaron en favor de las enfermeras. El viceministro de Asuntos Exteriores búlgaro, Feim Chausev, voló a Libia para estar presente en el fallo judicial.

CONDENA INTERNACIONAL

Mientras, Europa, Estados Unidos y organizaciones de Derechos Humanos han acusado a la Fiscalía libia de utilizar a los encausados como cabezas de turco.

La Unión Europea denunció la condena a muerte y exigió a las autoridades libias que revisen esta sentencia. En una declaración difundida por la Presidencia finlandesa y que cuenta también con el apoyo del presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, los Veinticinco reiteraron su "gran preocupación" por las pruebas que se usaron para condenar a las enfermeras, su tratamiento mientras estaban en prisión, y la larga duración del proceso, que les mantiene en la cárcel desde hace ya siete años.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, se sumó al ministro búlgaro de Asuntos Exteriores, Ivailo Kalfin, de visita en Washington, en su condena a la pena de muerte dictada el tribunal libio.

Rice, que compareció junto a Kalfin para una sesión de fotos, dijo que los acusados "deberían recibir autorización para volver a sus casas lo antes posible". "Estamos muy decepcionados con el resultado", afirmó Rice, mientras que Kalfin dijo estar "extremamente preocupado y decepcionado" con el veredict y aseguró que hay "todas las razones para creer que son inocentes".

Asimismo, Amnistía Internacional (AI) deploró las sentencias y urgió "a las autoridades libias a que declaren de inmediato que nunca se ejecutarán". El director del Programa para Oriente Próximo y Norte de África de la organización, Malcolm Smart, advirtió de que "en este juicio, al igual que en el anterior, los acusados han asegurado que les extrajeron las confesiones mediante torturas para usarlas como pruebas en su contra, además de que no se permitió a los abogados defensores hacer comparecer a expertos internacionales y las pruebas aportadas por expertos médicos libios fueron refutadas por expertos médicos internacionales".

En favor de la defensa de los condenados a muerte, la revista 'Nature' publicó este mes un análisis en el que sostenía que la infección de los niños se había producido antes de que los acusados llegaran al hospital en 1998. Los investigadores que eleboraron el estudio extrajeron muestras de los pequeños y estudiaron las modificaciones sufridas en su información genética a lo largo del tiempo. De esta manera, concluyeron que el virus podría haber sido contraído hasta tres años antes de la incorporación de los acusados a sus puestos de trabajo.

Mientras tanto, deteminadas fuentes de la acusación sostienen, en cambio, que los imputados investigaban con los chicos en nombre de agencias extranjeras de inteligencia.