Crónica Mauritania.- Un millón de mauritanos votan en las legislativas y municipales, un año después del golpe de Vall

Actualizado: sábado, 18 noviembre 2006 18:53

La nueva reglamentación afecta al voto de los militares para garantizar la transparencia en los comicios

MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

Más de un millón de mauritanos están llamados a las urnas de cara a las elecciones legislativas y municipales que tendrán lugar en el país mañana domingo, en las que el Consejo Militar para la Justicia y la Democracia (CJMD) dirigido por el coronel Ely Ould Mohammed Vall tendrá la oportunidad de hacer válida la promesa realizada a la comunidad internacional, tras comprometerse el año pasado a convocar unos comicios libres y democráticos tras el golpe de estado contra el Gobierno del hasta entonces presidente Maaouya Ould Sid'Ahmed Taya.

El pasado día 5 de noviembre dio comienzo la campaña electoral para unos comicios en los que 1.069.375 electores están llamados a las urnas, en las que tendrán que elegir entre las 888 candidaturas de partidos políticos y 334 listas independientes que se presentan a las municipales. Para las legislativas existen 441, 260 de partidos políticos y 124 listas independientes y 32 listas de coaliciones, mientras que sólo 25 partidos han presentado listas nacionales.

La Coalición de las Fuerzas Democráticas para el Cambio (CFDC), una alianza de once formaciones políticas en Mauritania procedentes de la antigua oposición al régimen de Ould Taya, ha sellado acuerdos electorales ante la perspectiva de las legislativas y las municipales, y "se ha comprometido unánimemente a iniciar un amplio diálogo con el fin de conseguir un acuerdo sobre la cuestión de la candidatura a la elección presidencial del 11 de marzo de 2007", según declaró el presidente de la Unión de las Fuerzas del Progreso (UFP), Mohamed Ould Maouloud, con ocasión de una conferencia de prensa organizada en la sede de su formación, adscrita al CFDC desde el pasado día 8.

Según Maloud, ante el peligro real o imaginario que suponen los denominados "independientes", procedentes casi todos del partido de Ould Taya, "la antigua oposición se reagrupa para ofrecer una alternativa creíble y conformar las condiciones propicias para una alternancia, indispensable en cualquier sistema democrático"; una "alternativa" que ya ha sido criticada por el jefe de Estado mauritano, el coronel Ely Ould Mohamed Vall, durante su reciente visita a Francia.

Los islamistas, cuartos en discordia, tienen menos oportunidades: los Reformadores centristas son el principal movimiento islamista mauritano, un grupo a medio camino entre los Hermanos Musulmanes egipcios y el PJD Marroquí. Oficialmente no reconocidos, no habrían debido estar presentes en las elecciones municipales y legislativas, si las autoridades no les hubieran abierto la vía , a pesar suyo, durante un doble escrutinio supuestamente destinado a culminar la primera etapa del regreso democrático en Mauritania, después del golpe de Estado que derrocó, hace poco más de un año, al régimen del presidente Taya.

Con dos listas, "El Emel" (Esperanza) para las municipales y "El Moustaqbal" (Futuro) para las legislativas, se añade a una lista nacional presentada por medio de un pequeño partido (PUDS), con el cual firmaron un acuerdo político, de modo que los islamistas están presentes en la casi totalidad de las wilayas (provincias), concretamente doce de trece para las municipales y diez de trece para las legislativas.

En cuanto a sus oportunidades reales para enviar diputados a la futura Asamblea Nacional y a tomar el control de algunos municipios, no hay duda de que sería necesario un milagro para que los islamistas eviten el fracaso total.

UN GOLPE ANUNCIADO

El golpe de estado del 3 de agosto de 2005 en Mauritania se recuerda cómo uno de los más efectivos en la historia reciente de África. El coronel Vall no sólo derrocó a un presidente como Taya, que llevaba más de dos décadas en el puesto, sino que el enorme apoyo populista hizo inútiles las quejas de la comunidad internacional, en parte debido a las intenciones de Vall, que citaba como motivo principal "terminar con las prácticas totalitarias del régimen que tanto han hecho sufrir al pueblo"; unas prácticas que el propio Vall, como jefe de la Policía Nacional, había contribuido a asentar.

En menos de 24 horas, y aprovechando la ausencia de Taya, que se encontraba en el funeral del rey Fahd de Arabia Saudí, las fuerzas de Vall dieron un golpe fulgurante en el que ni el Ejército, ni la Guardia Nacional ni la Gendarmería mostraron la más leve oposición. Al día siguiente, 4 de agosto, mientras se multiplicaban las expresiones de alegría de la población civil, la radio difundió un comunicado del jefe golpista en el que éste anunciaba la asunción de plenos poderes ejecutivos y legislativos por el CMJD.

El 6 de agosto, la comunidad internacional empezó a dejar de insistir en su restitución al percatarse de la popularidad interna del golpe. Vall recibió a los líderes de más de 30 partidos y les comunicó la convocatoria en un plazo inferior a dos años de elecciones generales y de un referéndum sobre una serie de reformas constitucionales, entre la que se espera una reducción del mandato presidencial a sólo dos legislaturas.

IMAGEN DE TRANSPARENCIA

El principal problema de estas elecciones es el grado de transparencia que se puede alcanzar. Según el CMJD la voluntad de transparencia "es real y multiplica la emisión de señales que confirman esta voluntad, especialmente con la nueva reglamentación del voto militar".

"Los miembros de las fuerzas armadas sólo podrán votar en las oficinas en las que se hayan inscrito", según declaró el portavoz de la presidencia. Durante un encuentro con los representantes de los partidos políticos, la última antes de las elecciones del 19 de noviembre, el secretario Ould Hemmet afirmó que el voto de los militares está "a partir de ahora regido por las mismas normas que para el resto de ciudadanos del país".

El voto militar ha sido una de las cuestiones más debatidas a lo largo de la campaña electoral, ya que es considerado como un factor decisivo de cara a estos comicios. Los militares de Mauritania no podían, antes de la nueva reglamentación, votar en cualquier colegio del territorio nacional. Siempre tuvieron sus colegios electorales propios, algo que no era muy tranquilizador en la medida en que su voto estaba absolutamente controlado en todas las elecciones.

Según los términos de las nuevas disposiciones, cualquier unidad militar que se desplazara por motivos de servicio fuera del lugar en el que estaban censados, tenía prohibido ejercer el derecho al voto. Los miembros de los colegios electorales disfrutaban de la posibilidad de votar en éstos aunque sus nombres no figurasen en las listas, al igual que los que poseían documentos de identidad falsos, quienes podían votar siempre y cuando sus nombres estuvieran en las listas electorales.

Además, antes de la campaña, se prohibió a los candidatos con cargos estatales utilizar los medios públicos, al nivel que sea, (coche y fonfod públicos) durante la campaña. Aquellos de entre quienes se presentan como candidatos están oficialmente de baja y han sido reemplazados de forma provisional hasta las elecciones, en un intento de asegurar una democracia sólida basada en unas elecciones transparentes y legítimas.