Nepal aspira a alcanzar la paz reforzando el poder popular y mediante la convocatoria de la Asamblea Constituyente
MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
La restauración del Parlamento por parte del rey Gyanendra el pasado 24 de abril, motivada por las contínuas protestas populares, marcó la victoria de la democracia en Nepal y el inicio de las negociaciones de cara a un alto el fuego entre el nuevo Gobierno y los rebeldes maoístas. Forzado a reconocer el "espíritu del movimiento popular", Gyanendra aceptó la soberanía popular, restauró el Parlamento e invitó a la principal alianza opositora --formada por siete partidos-- a implementar su hoja de ruta, en la que se incluye la elección de una Asamblea Constituyente que redactará en un plazo de 18 meses una nueva Carta Magna en la línea del acuerdo alcanzado hace cinco meses con los maoístas.
Según informó el grupo de estudios International Crisis Group (ICG), la comunidad internacional, que perdió credibilidad en su intento por presionar a los partidos de cara al alcanze de un difícil acuerdo con el rey, debe ahora mostrar su apoyo a la transición y el proceso de paz mientras y evitar los errores del pasado.
Según el ICG, este movimiento a favor de la democracia ha supuesto una victoria para el país en cuatro frentes. De cara a la monarquía, el país fue testigo de cambios en las expectativas populares durante las semanas de protestas y huelgas llevadas a cabo en el mes de abril, aunque continúa el descontento con el rey y su Gobierno directo.
En cuanto a los partidos políticos, el pueblo nepalí mantiene sus reticencias en torno a los mismos, a los que acusa de mantener buenas relaciones con el Gobierno e intentar alcanzar un acuerdo con el rey en contra de los intereses del país. Sin embargo, la mayoría sostiene que manteniendo la presión, obligarán a los mismos a designar un líder y represeentante aceptado por el sentimiento popular.
Por otro lado, una importante parte de los demócratas se niega a manifestar su apoyo a los rebeldes maoístas, apoyo que resulta crucial para el éxito del movimiento. Sin embargo, mientras la mayor parte del pueblo aprueba los contenidos de la agenda maoísta, la insurgencia no ha cesado sus llamadas a la insurrección revolucionaria y continúa acusando al poder, a la monarquía y a los partidos de coaccionar las fuerzas rebeldes.
El movimiento popular reinvindica el acuerdo de partidos alcanzado en noviembre de 2005 con los maoístas, sin el que el movimiento nunca habría sido posible. Asimismo, rechaza la propuesta de considerar la reconciliación entre la monarquía y los partidos como única vía para luchar contra los maoístas. En contra, los partidos y los rebeldes han reafirmado su compromiso con un acuerdo de paz conjunto. A pesar de no ofrecer garantías, la implementación del acuerdo de 2005, continúa siendo la opción más atractiva para ambos lados.
Sin embargo, y a pesar de que los partidos políticos han recuperado parte de la credibilidad perdida durante su estancia en el Gobierno, los primeros pasos para la formación del nuevo Ejecutivo han sido poco provechosos debido a la falta de acuerdo en torno a la designación de los titulares de las diferentes carteras ministeriales.
El primer ministro interino, Girija Prasad Koirala, de 84 años de edad, que juró su cargo el pasado 30 de abril, se enfrentará durante las próximas semanas a cuatro retos fundamentales: continuar con el proceso de paz, controlar al rey y al Ejército, planear el cambio constitucional y reiterar la llamada a una justicia de transición.
PROTAGONISMO DEL PUEBLO NEPALI
ICG ha llevado a cabo un listado de recomendaciones para India, Estados Unidos, Unión Europea y otros miembros de la comunidad internacional en el que aconseja, antes que nada, el inicio de un proceso de coordinación y aproximación basado en principios tales como: el establecimiento de un Grupo de Contacto y un Grupo de Apoyo para la Paz así como la aceptación de que el pueblo nepalí ha de ser el conductor de los acuerdos internacionales alcanzados para la región.
Por otro lado, el ICG insta a la comunidad internacional y a las agencias de cooperación a continuar con sus Directrices Básicas de Operaciones y a mantener la presión sobre el Gobierno y los maoístas para que hagan lo mismo. Por último, el grupo aconseja la celebración de un Forum de Paz y Desarrollo en Katmandú a finales de junio así como evitar que las agencias de desarrollo refuercen modelos exclusivos de tipo social, étnico o regional como han hecho en ocasiones en el pasado.
Paralelamente y en el plano económico, el ICG insta a promover el desarrollo en el país y reconoce la necesidad de no separar la asistencia al desarrollo de la situación política. También pide apoyo para la dirección del alto el fuego y el inicio de un plan de asistencia para la desmilitarización y desarme de partidos políticos, así como el apoyo a las instituciones financieras internacionales de cara a priorizar la estabilidad macroeconómica y la transparencia.
En cuanto a las relaciones con la monarquía, aconseja a la comunidad internacional que aparte de sus puestos a cualquier diplomático o funcionario leal al régimen de Gyanendra así como que refuerze la seguridad mediante la investigación de los casos de abusos de Derechos Humanos.
