Crónica O.Próximo.- Expertos piden que se diferencie a Hamás del radicalismo terrorista islámico

Actualizado: domingo, 23 agosto 2009 13:56

La ofensiva de Hamás contra los Guerreros de Alá debe servir, en su opinión, para reconocer su poder en el escenario palestino

MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -

El enfrentamiento de la semana pasada entre Hamás y los Guerreros de Alá, un grupo ultraconservador islámico afín a Al Qaeda, demuestra dos cosas: las diferencias entre el movimiento que controla la Franja de Gaza y la red terrorista internacional, y la capacidad de Hamás para actuar rápidamente y con determinación contra cualquier elemento violento en la Franja que interfiera con su agenda, según los analistas consultados por el magacín 'Time'.

Si estos elementos violentos pretenden librar una guerra alternativa contra Israel, allí estará Hamás para eliminarles. Sólo Hamás decide cuándo se lanzan y cuándo no se lanzan los cohetes. Analistas internacionales consideran que el Cuarteto para Oriente Próximo, en especial Estados Unidos, debe asimilar lo antes posible este hecho, porque pone de manifiesto que cualquier plan de paz para la región debe contar, inevitablemente, con el consenso de Hamás. No hay otra alternativa.

Y a pesar de que Hamás está considerada una organización terrorista por Estados Unidos, lo cierto es que junto con Hezbolá en Líbano es mucho más que la de un grupo armado. Hamás es el Gobierno de facto en Gaza. Hezbolá ha sido el grupo político-militar más importante en Líbano durante los últimos 30 años. Sus decisiones son pragmáticas, todas ellas se adoptan tras tener en cuenta las repercusiones que podrían tener entre sus partidarios. Es la gran diferencia con Al Qaeda, mucho más desorganizada en sus principios. Los principios de Hamás fueron amenazados durante el fin de semana pasado, y su respuesta fue contundente.

REVOLUCIÓN MOMENTÁNEA

El pasado 14 de agosto, las fuerzas de seguridad de Hamás aniquilaron en Rafá al grupo de los Guerreros de Alá, dirigidos por el clérigo Abdel Latif Musa. El religioso había proclamado el día anterior la creación de un "emirato islámico" en la ciudad gazací, el núcleo de una operación para extender la ley islámica en la Franja. En el que terminó siendo su último discurso, pronunciado en la mezquita de Ben Taymiya y rodeado de un centenar de guardaespaldas armados, Musa criticaba duramente a Hamás no sólo por mantener un alto el fuego con Israel sino por su fracaso a la hora de imponer la doctrina legal del Corán.

Hamás inició una ofensiva relámpago contra el grupo. En el espacio de una noche, 24 de los "guerreros" habían muerto, entre ellos el propio Musa, quien no deja absolutamente legado alguno que pudiera ser continuado, habida cuenta de su carácter excéntrico. Todo lo que ahora queda de él es el recuerdo de que hace dos meses intentó asaltar la frontera de Israel a caballo.

El Movimiento para la Resistencia Islámica es, por encima de su ideología islamista, un movimiento nacionalista palestino. Se fundamenta en la opinión pública y no comparte ningún punto de la "guerra santa" promulgada por Al Qaeda. Hamás ha debatido en algunas ocasiones la posibilidad de perpetrar atentados contra blancos estadounidenses, pero cada vez ha triunfado la insistencia de los fundadores del movimiento en cumplir su principal objetivo: servir de Resistencia palestina contra la "entidad sionista", Israel.

LA DIFERENCIA

"Lo que distingue a Hamás y a otras organizaciones como Hezbolá o los egipcios Hermanos Musulmanes de grupos como Al Qaeda es que reconocen, bien por principios o bien por necesidad práctica, que la voluntad del pueblo al que dicen representar es absolutamente esencial", explica a 'Time' el analista del Centro para Estudios Palestinos de Amán (Jordania), Mouin Rabbani. "Al decidir sus acciones, Hamás tiene mucho más en cuenta el ambiente en el que se encuentra que los principios generales por los que se guía", añadió.

La propia cúpula de Al Qaeda ha criticado duramente a Hamás. Primero por comparecer a unas elecciones --que terminaron ganando, en 2006--. Después, por aceptar la mediación saudí y egipcia para solucionar su conflicto con su rival político, el grupo moderado Al Fatá, dirigido por el presidente de la Autoridad Palestina y de la OLP, Mahmud Abbas, una fuerza negociadora palestina reconocida internacionalmente, y actualmente circunscrita a Cisjordania tras la toma de poder sobre la Franja ejercida por Hamás en el verano de 2007.

En respuesta, Hamás ha desdeñado las críticas de Al Qaeda, y ha llegado a atacar la figura al líder de la red terrorista, Usama Bin Laden. "Un fugitivo que vive en las montañas de Afganistán no puede dar a la causa palestina ningún consejo digno de ser escuchado", apuntaba hace dos años el representante de Hamás en Beirut, Osama Hamdan, en declaraciones recogidas por 'Time'. En 2007, cuando el grupo autoproclamado servidor de Al Qaeda, El Ejército del Islam, secuestró al periodista británico Alan Johnston en Gaza, Hamás obligó al grupo a que le liberara inmediatamente.

La contundente respuesta de Hamás contra los Guerreros de Alá no ha pasado desapercibida ante la comunidad internacional. Fuentes oficiales estadounidenses bajo el anonimato han mostrado su aprobación ante la acción de Hamás, según indica el magacín. Según Rabbani, el enfrentamiento contra el clérigo islamista "ha beneficiado a Hamás porque les ha permitido demostrar que son capaces de reforzar su autoridad en Gaza, y les ha permitido diferenciarse de los radicales yihadistas", afirma Rabbani. "Demuestra no sólo que hay que diferenciar a Hamás de Al Qaeda, sino que ambos grupos se encuentran violentamente enfrentados", concluyó.

EL PROBLEMA

Sin embargo, Hamás opera en circunstancias muy difíciles, en parte por su responsabilidad. Su toma de poder sobre Gaza desembocó en un incremento de las sanciones económicas contra la Franja, lo que ha provocado una gravísima crisis humanitaria que favorece la aparición de grupos radicalizados dispuestos a rechazar la autoridad del Movimiento, algunos de ellos formados incluso en el seno de la organización.

Hay que tener en cuenta que algunos de los miembros de la cúpula de los Guerreros de Alá eran antiguos componentes de Hamás que abandonaron el Movimiento después de la decisión de integrarse en el juego político al presentarse a los comicios de 2006. Se radicalizaron gracias a un "empujón" proporcionado por "yihadistas árabes que se aprovecharon de la desesperada situación en Gaza", según observadores palestinos.

El bloqueo parece destinado a durar mucho tiempo. Hamás cuenta con la posibilidad de aliviarlo en cierta medida si decide liberar al soldado israelí Gilad Shalit, secuestrado el pasado 25 de junio de 2006 en la frontera con Gaza por milicias palestinas.

A pesar de que a la Franja llegan combustible y alimentos, las autoridades israelíes han impedido la entrada de materiales de construcción para los centenares de hogares destruidos tras la ofensiva israelí del pasado mes de enero sobre la Franja. El invierno se acerca y miles de gazacíes siguen viviendo en refugios improvisados. La presión sobre el grupo aumenta día a día, y es muy posible que la próxima vez que alguien decida rebelarse, como apunta 'Time' no sea un miembro de bajo nivel, sino sus mismos comandantes y combatientes.