Crónica O.Próximo.- Una facción política de Al Fatá podría estar planteándose una tercera Intifada con el apoyo de Hamás

Actualizado: lunes, 29 septiembre 2008 17:23

La actividad de radicales judíos preocupa a las autoridades israelíes y alarma a los palestinos

JERUSALÉN, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

En las últimas semanas varios responsables de las fuerzas de seguridad israelíes han elogiado a sus contrapartes palestinas por la labor desarrollada en los últimos meses contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). Sin embargo, la hostilidad de los profesionales de la seguridad palestinos hacia Hamás no siempre es compartida por la rama política de Al Fatá, el partido de Abbas, donde podría estar tomando fuerza la opción de una tercera Intifada y una reconciliación con Hamás, según indica el diario israelí 'Haaretz'.

En los últimos meses, la seguridad palestina, bajo mando mando del presidente palestino, Mahmud Abbas, ha recibido ayuda israelí y estadounidense para la detención de cientos de activistas islamistas y el cierre de decenas de instituciones caritativas vinculadas a Hamás.

Ocho años después de la Segunda Intifada, los incidentes entre extremistas judíos y palestinos podrían contribuir a los planes de quienes aspiran a un nuevo enfrentamiento. Muchos palestinos ven el 14 de junio de 2007, el día del autogolpe de Estado de Hamás en Gaza, como el día en el que murió la Segunda Intifada, ya que desencadenó varios procesos como el desarraigo de Al Fatá en Gaza o la desmantelación en Cisjordania del brazo armado de Al Fatá, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, una de las milicias palestinas más activas contra Israel. Hamás, por su parte, ha alcanzado un histórico acuerdo de alto el fuego con Israel e interrumpido el lanzamiento de cohetes desde Gaza.

Sin embargo, ciertos activistas de Al Fatá consideran la falta de avances en las negociaciones de paz con Israel y la violencia relacionada con los colonos israelíes de Cisjordania un caldo de cultivo propicio para el levantamiento contra la ocupación. Este sentimiento se ha visto incrementado por el malestar por el funcionamiento de la Autoridad Palestina y su pasividad ante las acciones israelíes contra los intereses palestinos.

RUPTURA DE LAS NEGOCIACIONES

La semana pasada, un líder de la Coalición por la Paz palestina, Qadura Fares, emplazó a Abbas a romper las negociaciones con Israel de manera inmediata. Además, afirmó que es inconcebible que Abbas siga negociando con Israel mientras continúa la construcción de asentamientos. Fares, dirigente clave de Al Fatá de la generación posterior a Abbas, realizó estas declaraciones en un encuentro organizado por la denominada Iniciativa de Ginebra celebrado en Tel Aviv.

Las declaraciones de Fares reflejan el malestar de muchos miembros y dirigentes de Al Fatá de la generación de Marwan Barghuti o Hussam Jader, figura clave de las dos primeras intifadas (levantamiento popular).

Los servicios secretos israelíes no creen que en Cisjordania se dé el clima para una tercera Intifada porque los palestinos aún tienen muy presentes los sufrimientos derivados de la segunda, iniciada en septiembre de 2000, y no creen que Al Fatá pueda movilizar a la población para un nuevo conflicto.

Sin embargo, los incidentes entre palestinos y colonos hacen cada vez más plausible un ataque terrorista judío contra los árabes de Cisjordania que podría ser la chispa que, al igual que la visita de 2000 del entonces líder opositor, Ariel Sharon, a la Explanada de las Mezquitas, provoque el levantamiento de los milicianos de Al Fatá, que hasta ahora esconden sus armas bajo sus colchones.

Este mismo fin de semana murió un joven pastor palestino cerca de Hebrón. Los palestinos atribuyeron desde el principio la muerte del joven a un grupo de colonos judíos armados, pero hoy la Policía israelí aseguró que éste falleció debido a la explosión accidental de una granada.

Los radicales judíos son una de las preocupaciones del primer ministro israelí, Ehud Olmert, quien ayer mismo alertó de que el radicalismo supone una amenaza para la democracia en Israel al tiempo que condenó el atentado contra el intelectual izquierdista, profesor y escritor Zeev Sternhell, quien resultó herido después de que el pasado jueves varios desconocidos hicieran detonar una bomba en la puerta de su casa.

"Una corriente diabólica de radicalismo, malicia, odio y desobediencia de las leyes del Estado amenaza la democracia israelí", dijo Olmert. El primer ministro señaló la semejanza entre el asesinato de Emil Greenzweig --un activista de Peace Now que fue asesinado en 1983 durante una marcha política en Jerusalén--, el asesinato del ex primer ministro Isaac Rabin y el ataque contra el profesor. El ataque fue ampliamente condenado por los líderes de todo el espectro político.

RETIRADA A LAS FRONTERAS DE 1967

Hoy mismo, Olmert opinó en una entrevista publicada por el diario 'Yediot Ahronot' que Israel debe retirarse de casi todos los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días de 1967 y volver así a las fronteras anteriores al conflicto para lograr la paz con los palestinos y Siria.

Olmert, actualmente primer ministro en funciones después de que el pasado 21 de septiembre presentara su dimisión, aseguró que está haciendo todos los esfuerzos posibles por una retirada de la Cisjordania ocupada, donde los palestinos esperan crear su Estado, y de los Altos del Golán, exigidos por los sirios.

"Digo lo que ningún líder israelí ha dicho nunca antes: debemos retirarnos de casi todos los territorios, incluido Jerusalén Este y los Altos del Golán", señaló Olmert, quien dimitió por las acusaciones de corrupción en su contra.

Según fuentes oficiales palestinas y occidentales, Olmert ha propuesto en las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina una retirada del 93 por ciento de Cisjordania, por lo que se uniría a la Franja de Gaza, desocupada en 2005.

Pero Olmert siempre había afirmado que Israel tiene la intención de quedarse en la mayor parte de asentamientos judíos de Cisjordania en cualquier acuerdo futuro de paz con los palestinos. Sin embargo, estas conversaciones han mostrado pocos signos de avance y las dos partes reconocen que están lejos de llegar al acuerdo de finales de año, objetivo de la Administración estadounidense.

Antes de que se publicara la entrevista a Olmert, el jefe negociador palestino, Ahmed Qorei, consideró que la anexión de los asentamientos a Israel impediría a los palestinos establecer un país viable con continuidad territorial. "No podemos tener un Estado con asentamientos dividiendo el territorio", declaró Qorei a Reuters, mientras que otro negociador palestino indicó que no aceptarán las tierras que Olmert podría haber propuesto a cambio de los asentamientos.

Durante el Gobierno de Olmert también se iniciaron negociaciones con Siria bajo mediación turca. "Me gustaría conocer si hay una sola persona seria en todo el Estado de Israel que crea que es posible hacer la paz con los sirios sin abandonar los Altos del Golán", se preguntó el primer ministro en la entrevista.