Crónica O.Próximo(2).-Arabia Saudí y otros países árabes asistirán a Annapolis, mientras que Siria mantiene la incógnita

Actualizado: viernes, 23 noviembre 2007 22:14

La Liga Árabe pide que el conflicto israelí sirio sobre los Altos del Golán se incluya en la agenda de la conferencia sobre Oriente Próximo

El CAIRO, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

Arabia Saudí y otros países árabes decidieron hoy que asistirán a la conferencia de Annapolis (Maryland, Estados Unidos) sobre Oriente Próximo de la próxima semana, si bien el ministro de Exteriores saudí, Saud al Faisal, previno de que la cita no debe ser un "teatro" con apretones de manos con los israelíes sino que debe aportar verdaderos progresos hacia la paz. Por el momento, Siria prefiere mantener la incógnita sobre su asistencia.

El anuncio de los países árabes que secundarán la conferencia ha sido interpretado como un logro de Estados Unidos, que presionó con fuerza para que Arabia Saudí, centro neurálgico de la región, asistiera a partir del martes a Annapolis.

A pesar de que los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Árabe anunciaron hoy, en su encuentro en El Cairo, que acudirán a la cita de la próxima semana, la duda persiste con respecto a Siria. El jefe de la diplomacia siria, Walid al Moallem, advirtió de que Damasco está esperando a ver el orden del día de la reunión, según informó la agencia oficial siria de noticias SANA.

Tras asistir hoy a la reunión de la Liga Árabe, Al Moallem destacó la necesidad de que la agenda incluya el contencioso con Israel por los Altos del Golán a fin de que se llegue a una "solución justa y global" del conflicto entre árabes e israelíes conforme a las resoluciones de la ONU y a las iniciativas de paz.

Al Moallem recordó también ante los periodistas que Estados Unidos había anunciado que los Altos del Golán serían incluidos en la agenda de Annapolis y añadió que, en tal caso, Siria no tomará ninguna decisión antes de recibir el orden del día.

Con respecto a la postura de Siria, Musa consideró que aún debe producirse un "arreglo final" y recordó que los ministros de Exteriores árabes se reunirán de nuevo en Washington el próximo lunes, un día antes de que se inicie la conferencia de Annapolis.

RELANZAR EL PROCESO DE PAZ

La conferencia de Annapolis pretende relanzar, por primera vez en siete años, las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, y Estados Unidos esperaba contar con una fuerte presencia árabe como prueba de apoyo al evento. Sin embargo, los líderes árabes dejaron claro que su presencia en Annapolis está llamada a garantizar que el debilitado Abbas no permita concesiones a Israel que perjudiquen los intereses palestinos en futuras negociaciones para un acuerdo final de paz. Mientras, Israel ha dejado entrever la posibilidad de alcanzar un acuerdo ya a finales de 2008.

Preguntado por la libertad de Abbas para negociar un acuerdo, el presidente de la Liga Árabe, Amr Musa, subrayó que los países árabes no respaldarán ningún documentos que no incluya un plan de paz árabe que pida la devolución de todos los territorios tomados por Israel en la guerra de 1967.

"Repito una y otra vez que nos guiamos por la iniciativa árabe en todos los comportamientos (...) y en nuestro acuerdo para finalizar el conflicto árabe israelí", afirmó Musa en declaraciones a los periodistas tras la reunión de la Liga.

La preocupación de los países árabes --especialmente Arabia Saudí, que no tiene relaciones diplomáticas con Israel-- era que la conferencia de Annapolis les obligue a una reunión de alto nivel con Israel, sin garantizar ningún compromiso sobre la futura elaboración de la paz.

Así las cosas, el saudí Al Faisal señaló que "si no fuera por el consenso árabe alcanzado hoy, habríamos decidido no ir" y advirtió de que "no estamos dispuestos a participar en un espectáculo teatral, con apretones de manos y reuniones que no expresen posiciones políticas", tal y como ocurrió, a su juicio, en conferencias anteriores como la de 1993 con Yazir Arafat e Isaac Rabin.

"Iremos con seriedad y trabajaremos con la misma seriedad y credibilidad", añadió Al Faisal. Arabia Saudí quería que Annapolis contara con la promesa de que las negociaciones incluirían los principales asuntos del conflicto israelí palestino, es decir, las fronteras del Estado palestino, el estatus de Jerusalén y el futuro de los refugiados, así como un calendario para las conversaciones, un mecanismo que garantice el progreso y un compromiso con el plan de paz árabe. Finalmente, no han logrado que quedaran sobre el papel estas promesas.

ISRAEL CELEBRA LA PARTICIPACIÓN ÁRABE

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ya dijo esta semana que las negociaciones tratarían los asuntos esenciales y que podría lograrse un acuerdo antes de que termine 2008. Sin embargo, Israel se ha negado a fijar un calendario formal y a hacer una mención especial a los principales asuntos en una declaración conjunta que se esperaba pudiera estar lista para Annapolis. Una declaración que finalmente no se producirá, según anunció hoy mismo Abbas, porque aunque las negociaciones fueron sinceras, ambas partes se mantuvieron firmes en sus posturas. Asimismo, acusó a Israel de ser el culpable del fracaso de las negociaciones.

Aún así, Al Faisal dijo que los países árabes asistirán porque ven una oportunidad real para la paz. "Por primera vez sentimos seriedad real (por parte de Israel)", consideró Al Faisal, "no por buenas intenciones, sino por la opinión pública que quiere una paz real en la región".

Por su parte, Israel celebró hoy la decisión de Arabia Saudí que consideró, en palabras del portavoz de Exteriores, Mark Regev, "un avance positivo".

"Esperamos que sea solo el comienzo y que haya una mayor y más amplia implicación árabe en el proceso de paz", declaró Regev. "Para que este proceso sea un éxito tanto árabes como israelíes deben dar pasos valientes", añadió.

La decisión de la Liga Árabe, alcanzada tras intensas discusiones entre ayer y hoy, supone que los miembros del comité de iniciativa árabe de paz asistirán a Annapolis. Estos países incluyen a Argelia, Bahréin, Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos, Qatar, Arabia Saudí, Sudán, Siria, Túnez y Yemen. Tanto los saudíes como otros Estados árabes han tenido cuidado de no dar pasos que pudieran ser interpretados como una "normalización" en las relaciones con Israel antes de que devuelvan los territorios.