Destaca que no se ha producido la segunda ola de muertes que se vaticinaba, ni el éxodo rural, ni brotes de epidemias y enfermedades
MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
El coordinador de la ayuda humanitaria de Naciones Unidas en Pakistán, Jan Vandemootele, aseguró que, cuando se cumplen seis meses del seísmo que acabó con la vida de cerca de 90.000 personas, el balance es que la operación ha sido "compleja" pero "exitosa", ya que no se ha producido el segundo desastre humanitario que se esperaba.
"No tuvimos una segunda ola de muertes, no vimos un movimiento masivo de personas de las montañas a los valles y no vimos brotes de enfermedades importontantes y epidemias que mucho habíamos temido", aseguró el coordinador de la ONU, en una entrevista a la agencia de noticias de la organización, IRIN.
El 8 de octubre del pasado año, un terremoto de 7,6 grados en la escala Richter hizo temblar el sureste asiático. La provincia de Cachemira, especialmente en la zona administrada por Islamabad, fue la región más afectada. En total, además de los casi 90.000 muertos, más de 100.000 personas sufrieron heridas y alrededor de cuatro millones se quedaron sin techo.
Dada la circunstancia de que el seísmo tuvo lugar a pocas semanas de que comenzara el duro invierno paquistaní, y las malas condiciones de habitabilidad a las que se enfrentaban los supervivientes, se temía un gran desastre humanitario que se solapara con el del terremoto. "Hace seis meses, nunca hubiera pensado esta situación hoy", explicó el coordinador.
Según Vandemootele, el éxito de la operación humanitaria se debe esencialmente a dos factores: "el fuerte liderazgo nacional proporcionado por la FRC (Comisión de Ayuda Federal) y el Ejército en el terreno y, en segundo lugar, el apoyo bien coordinado de la comunidad internacional".
En concreto, consideró el "mayor éxito" la gestión de la flota de helicópteros. "No importa de dónde vinieron los helicópteros. Eran de la ONU, de Estados Unidos, de Reino Unido, Australia, Alemania, de la OTAN, del Ejército paquistaní, etc. Fue sintomático de la buena colaboración entre los socios", señaló.
No obstante, reconoció que "la coordinación nunca puede ser perfecta". Así, se refirió a "algunos casos de duplicación y lagunas", pero indicó que "tuvimos equipos de respuesta rápida disponibles, así que donde quiera que oíamos que existía una laguna, cuando una localidad o grupo de aldeas había sido obviado, podíamos responder inmediatamente en 24 horas".
Por otra parte, el coordinador de la ONU indicó que también ha supuesto un desafío el aspecto de los datos concretos, saber "cuál era la situación de base, cual fue la entrega (de ayuda), cómo fue la distribución (de la ayuda)". Agregó que no sólo fue un reto, sino que "todavía lo es" y señaló que esto explica "las cifras contradictorias en término de tiendas de compaña y chapas de hierro".
RECONSTRUCCIÓN
En lo que se refiere a las tareas de reconstrucción, Vandemootele afirmó que "llevará mucho tiempo", aunque "por supuesto algunas personas tendrán una impresión de normalidad antes que otros".
"Creo que la gente que vive en zonas rurales en las montañas probablemente va a ser la primera que van a tener una impresión de normalidad", indicó. Unas 64.000 personas han podido abandonar ya los campos de desplazados, de los cuales cinco han sido cerrados.
Según el coordinador, las personas que tardarán más en volver a la normalidad serán los que vivían en centros urbanos, sobre todo los afectados por la reconstrucción de importantes centros urbanos como Balakot, que será trasladado, al igual que algunas partes de Muzzafarabas. "Esto creará enormes problemas logístiscos, administrativos y legales", afirmó.
El fin de semana pasado, las autoridades de Pakistán decidieron cambiar la ubicación geográfica de la ciudad de Balakot, devastada por el seísmo, después de que los expertos consultados declararan que la zona sigue siendo peligrosa. Históricamente situada unos 200 kilómetros al norte de la capital y con una población hasta 2005 de 300.000 habitantes, los planes de reconstrucción debían comenzar estos días. "Llevará mucho reconstruir casas, carreteras, puentes, hospitales y colegios", señaló Vandemootele.
"No podemos subestimar la complejidad de esta fase de reconstrucción", aseguró durante la entrevista. "La fase de emergencia, que acaba de terminar, fue bastante dificil, pero la de reconstrucción implica muchas más pesadillas logísticas", añadió, y precisó que están dirigiéndose "a los más vulnerables para asegurar que no son excluidos".
En este sentido, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que insiste en que todos los regresos de los desplazados deben ser voluntarios, hay personas que no podrán hacerlo de manera inmediata por varias razones. En concreto, según la portavoz de la agencia, Jennifer Pagonis, citada por IRIN, se trata de "huérfanos, viudas e inválidos".
Desde que las autoridades paquistaníes anunciaron el inicio del cierre de los campos de desplazados el pasado 10 de marzo, en la provincia Frontera del Noroeste casi 54.000 personas han vuelto a sus hogares, mientras que en la zona paquistaní de Cachemira han sido más de 10.000.
Por otra parte, el coordinador de la ONU en Islamabad quiso subrayar la importancia de "subrayar que esta operación hasta ahora ha sido bien mantenida y generosamente apoyada por la comunidad donante internacional".
"Recordarán que en octubre se habló mucho de la fatiga del donante. No hemos visto que ocurriera eso, los donantes han sido muy generosos respecto al llamamiento de la ONU y también haciendo compromisos en la conferencia de reconstrucción de noviembre de 2005", explicó. No obstante, agregó, ahora "el desafío es convertir estas promesas en contribuciones reales".
