Crónica P.Bajos/Somalia.- Ayaan Hirsi Ali afirma que "un sistema que no permite la crítica está condenado al suicidio"

Actualizado: lunes, 22 enero 2007 14:34

La ex diputada holandesa de origen somalí pide que EEUU permanezca "50 ó 60 años" en Somalia para garantizar la democracia

MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

La ex diputada holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Ali defendió hoy en Madrid el derecho a expresar las ideas "sin temor a la violencia y sin amenazas", ya que "un sistema que no permite la crítica no sólo se estanca, sino que está condenado al suicidio", en referencia expresa al Islam, que definió como un "marco referencial moral que no deja ningún margen para la crítica".

Asimismo, afirmó que el deseo de todos los somalíes es "salir de su casa sin temor a ser asesinados, robados o violados", y que la única forma de garantizar la democracia en su país de origen sería que las tropas estadounidenses permanecieran en Somalia "entre 50 y 60 años", ya que consideró que se necesitan "varias generaciones" para que el país supere la actual estructura tribal y avance hacia la creación de un "Estado-nación".

Hirsi Ali presentó hoy en Madrid su libro 'Mi vida, mi libertad', en el que hace un repaso de su propia biografía personal, desde la fuerte educación musulmana recibida en su infancia hasta su rebelión contra la obligación de rezar todas las noches por la muerte de todos los judíos, contra el matrimonio forzoso y contra la perspectiva de que su única función en la vida era traer hijos al mundo.

Tras conseguir el estatus de refugiada en Países Bajos, Ayaan Hirsi Ali alcanzó posteriormente la nacionalidad holandesa y se convirtió en diputada del Parlamento. Desde el año pasado reside en Estados Unidos tras un intento fallido de retirarle la ciudadanía de los Países Bajos, donde colabora con una organización conservadora.

"DEFENDER LAS IDEAS SIN AMENAZAS"

A través de su autobiografía, la ex parlamentaria cuenta la "experiencia vital" de una persona que huyó de su propia cultura ancestral para adaptarse a la vida occidental. "Llegué a entender que aquella civilización representada por mis padres en la que me crié no era superior, sino que de hecho era inferior", afirmó.

"Cuando digo inferior no me refiero a los seres humanos que viven en ese marco referencial, sino al sistema", ya que "un sistema que permite la crítica es superior a cualquier otro que no la permite", aseveró Hirsi Ali. "Un sistema que no permite la crítica no sólo se estanca, sino que está condenado al suicidio", manifestó.

"Lo único que pido es que se me permita expresar mi opinión sin ningún tipo de amenaza, luchar por aquellas ideas en las que creo en un marco en el que no haya violencia ni amenazas", prosiguió.

En este sentido, Ayaan Hirsi Ali --nacida en 1969 en Mogadiscio, hija de Abeh Hiris Magan, un dirigente político que se enfrentó al dictador Siad Barre y que estuvo encarcelado y posteriormente exiliado-- aseguró que el Islam es un marco de referencia moral que no deja ningún margen para la crítica".

Hirsi Ali recibió una educación religiosa ortodoxa, influida por las férreas convicciones islámicas de su madre, y fue sometida en su infancia a la mutilación genital, al igual que la mayoría de las mujeres musulmanas de Somalia y de otros países.

Con 22 años huyó de una boda concertada con un primo lejano y recaló en Países Bajos, donde inició los trámites de asilo. En 2001 se incorporó a la Fundación Wiardi Beckman, próxima al Partido Socialdemócrata (PvdA).

Su actividad en defensa de los derechos de las mujeres le valieron amenazas de muerte. Tras una breve estancia en Estados Unidos, abandonó el PvdA para incorporarse al Partido Liberal (VVD). En 2003 fue elegida diputada en el Parlamento, donde permaneció hasta junio de 2006. El año pasado le fue retirada temporalmente la ciudadanía por haber falseado parte de sus datos para obtener el derecho de asilo, pero le fue devuelta posteriormente. El caso alcanzó tal polémica que causó la caída del Gobierno. Actualmente colabora en Estados Unidos con la organización conservadora American Entreprise Institute.

EL GRITO DE LAS MUJERES

Según Ayaan Hirsi Ali, las mujeres "humilladas y sin derechos" de su país y de otras naciones islámicas "están acumulando frustración y rabia, y de alguna manera la están transmitiendo a la siguiente generación de niñas y de niños".

En este sentido, aseguró que se está extendiendo un "alarido" en el mundo islámico, el de "las mujeres que chillan". "Sus hijos son testigos de este grito y es ese grito el que va a transformar la sociedad, el que va a romper las jaulas".

"Cuando la mujer tenga independencia financiera, reciba la educación que se merece y disfrute de libertad sexual, podrá transmitir a sus hijos, en particular a los varones, un mensaje de autoconfianza que romperá las jaulas, no sólo en bien de las mujeres y de todas las sociedades", manifestó.

SOMALIA

"El deseo de cualquier somalí, hoy en día, es salir de su casa sin temor a ser asesinado, violado o robado", declaró Hirsi Ali, para quien la situación que sufre actualmente Somalia es atribuible en parte a la forma en que el país recibió la independencia. "En 1960, los británicos y los italianos simplemente dejaron al país, se fueron y nos dijeron: 'ahí tienen una bandera, un Ejército, un Parlamento, un Gobierno interino; convoquen las elecciones'".

Ocho años después, recordó ("el 20 de octubre de 1969; yo nací el 13 de noviembre de 1969, menos de un mes más tarde"), Somalia cayó en poder de la dictadura de Barre. Hasta 1990, Siad Barre "gobernó de forma absoluta, con las prácticas habituales de los dictadores: dividió, asesinó, bombardeó".

A principios de los años noventa, "los movimientos de base de la oposición lograron que Barre huyera del país en 1991", continuó. "Lamentablemente, se produjo un vacío de poder y el país cayó en la más profunda anarquía" a causa de las pugnas por el poder entre "los distintos señores de la guerra tribales", prosiguió. Tras el fracaso de la misión de paz de la ONU en 1993, empezó "un movimiento radical islamista que reunía a señores de la guerra y a criminales de todo pelaje" y que acabaron con hacerse con el poder.

El reciente derrocamiento del régimen de la Unión de Tribunales Islámicos, explicó, se ha debido a los "intereses de seguridad de Estados Unidos", que acudió al "único país cristiano de la región (en alusión a Etiopía) para impedir que los islamistas y Al Qaeda ocuparan el poder".

Según Hirsi Ali, "si no hay un esfuerzo conjunto y concertado entre Estados Unidos y Reino Unido y si ambas potencias no se establecen al menos durante 50 ó 60 años en Somalia, la situación no mejorará y pasará igual que en Afganistán". "Los islamistas tendrán cada vez más cuota de poder, Occidente reaccionará y retrocederán un poco, luego Occidente se distraerá y volverán los islamistas; será un cuento de nunca acabar", declaró.

Para desarrollar la democracia, aseguró, se necesitan "varias generaciones" a fin de superar las "creencias tribales y desarrollar un Estado-nación". Por ello, insistió, es precisa una presencia militar extranjera de 50 a 60 años, un periodo que corresponda a esas "varias generaciones" a las que aludió. "Si Estados Unidos no tiene un compromiso firme, si sólo va a estar dos o tres años, es mejor que ni siquiera vaya allí", alertó.