Crónica R.Unido/Rusia.- La crisis entre Londres y Moscú se aviva tras la expulsión de cuatro diplomáticos británicos

Actualizado: jueves, 19 julio 2007 21:28

Reino Unido considera "injustificada" la reacción de Rusia, mientras que Putin está convencido de que esta "minicrisis" será superada

LONDRES, 19 Jul. (EP/AP) -

El Gobierno ruso respondió hoy a la expulsión por Reino Unido de cuatro de sus diplomáticos el lunes de forma recíproca, ordenando la expulsión de cuatro empleados de la Embajada británica en Moscú, así como la suspensión de visados a ciudadanos de este país. Aparte, aseguró que Moscú dejará de cooperar con Londres en la lucha contra el terrorismo. Londres, por su parte, consideró que la decisión "no está justificada".

Estas medidas revelan el agravamiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países después de que Rusia se negara a entregar a las autoridades británicas al empresario y ex agente secreto Andrei Lugovoi, al que la Justicia de Reino Unido acusa de la muerte por envenenamiento en Londres del ex agente de la KGB Alexander Litvinenko el pasado mes de noviembre.

En opinión del presidente ruso, Vladimir Putin, la situación producida entre Londres y Moscú esta semana es una "minicrisis", aunque señaló que está convencido de que ambos países la superarán.

"Es necesario equilibrar las acciones tomadas con sentido común, para respetar los derechos legales y los intereses de los socios... entonces todo se desarrollará de la mejor manera", manifestó.

Para el Gobierno británico, "obviamente la decisión de expulsar a cuatro miembros del personal de la Embajada es completamente injustificada", y anunció que hará "todo lo posible para garantizar que ellos y sus familias son tratados de forma correcta".

El pasado lunes, Reino Unido anunció la expulsión de su territorio de cuatro diplomáticos rusos, así como la suspensión de las negociaciones para la facilitación de visado con Rusia y la revisión de su cooperación en otras cuestiones.

"El Gobierno ruso no ha sido capaz de darse cuenta lo en serio que nosotros tratamos este caso o la seriedad de las cuestiones que implica, pese a los contactos al más alto nivel y las explicaciones claras de nuestra necesidad de una respuesta satisfactoria", lamentó el lunes el ministro de Exteriores, David Miliband. Los acuerdos internacionales estipulan que Lugovoi podría ser extraditado si viaja fuera de Rusia, indicó.

Aunque el primer ministro, Gordon Brown, afirmó que su país desea mantener una relación constructiva con Rusia, subrayó que tuvo que "actuar" ante la negativa de Moscú de extraditar a Lugovoi. En este sentido, expresó su tristeza por la falta de cooperación de Rusia, pero destacó que no se va a disculpar por la decisión de las autoridades británicas.

CASO LITVINENKO

Los fiscales británicos señalan a Lugovoi como el principal sospechoso en el caso, y las autoridades quieren juzgarle por el asesinato de Litvinenko. El ex espía falleció el pasado 23 de noviembre en un hospital de Londres tras ingerir Polonio 210, una sustancia radiactiva. En una declaración en su lecho de muerte, acusó al mismísimo Putin de estar detrás de su asesinato.

Litvinenko dijo que se había sentido mal por primera vez tras reunirse con Lugovoi y el también empresario Dmitry Kovtun en el hotel Millenium de Londres. Rusia había transmitido la semana pasada su rechazo formal a la extradición a los fiscales británicos, que a su vez desestimaron la oferta de Moscú de juzgar a Lugovoi en Rusia.

De este modo, y tras la reacción de Londres de expulsar a cuatro diplomáticos, Moscú hoy ha hecho lo mismo de forma oficial, notificando estas medidas al embajador británico en la capital rusa, Anthony Brenton, quien había acudido poco antes al Ministerio de Exteriores.

El Gobierno ruso había venido anunciando esta semana que tomaría medidas contra la decisión de Reino Unido, aunque no han dejado de ser advertencias hasta hoy. El mismo lunes, la reacción no se hizo esperar y el Ministerio de Exteriores calificó de "inmoral la postura de Londres", y consideró que la medida es "una acción bien orquestada para politizar el caso Litvinenko".

"Deberían entender bien en Londres que las acciones provocativas por parte de las autoridades británicas no se quedarán sin respuesta y no podrán dejar de producir las más serias consecuencias para las relaciones ruso-británicas en su conjunto", advirtió.

Al día siguiente, martes, Rusia prometió una respuesta "selectiva y apropiada", y aprovechó para reclamar a los países europeos que no confabulen contra Moscú. Además, recordó de nuevo que la Carta Magna rusa prohíbe la extradición de sus ciudadanos, añadiendo que "ninguna decisión política puede cambiar este hecho legal". Así, acusó a Reino Unido de "intentar castigar (a Rusia) por cumplir su propia Constitución".

El centro de la crisis diplomática, el empresario Andrei Lugovoi, apareció en medio de toda la polémica en una entrevista a la cadena de televisión Russia Today, en la que acusó a Londres de haber provocado el conflicto diplomático. "Las autoridades británicas se han empujado a sí mismas a un rincón proponiendo mi extradición, aunque esté prohibida obviamente por la Constitución", explicó.

ESPECULACIONES

El día de ayer, miércoles, estuvo lleno de especulaciones acerca de si Reino Unido aceptaría juzgar a Lugovoi en un tercer país, lo cual fue rechazado finalmente por el portavoz de Gordon Brown, Michael Ellan, quien aseguró que en caso de que haya un juicio, será en un tribunal británico. "Fue un delito cometido en territorio británico que debería ser juzgado en un tribunal británico", explicó.

Al margen del intercambio de acusaciones y de la tensión política generada esta semana, dos cazas de la Royal Air Force (RAF) británica se vieron obligados el martes a despegar con urgencia para interceptar a dos bombarderos rusos que se dirigían hacia el espacio aéreo británico, según informó el diario 'The Times'

Ante la aproximación de los dos aparatos rusos, siempre según el relato que hace 'The Times', dos cazas 'Tornado' británicos despegaron de la base de la RAF en Leeming (Yorkshire, Inglaterra) para interceptar los aviones rusos, que eran seguidos de cerca por dos F16 de la Fuerza Aérea Noruega. "Los rusos dieron media vuelta antes de llegar al espacio aéreo británico", indicó un portavoz de la RAF.

Desde Moscú, un ayudante del comandante de la Fuerza Aérea rusa, coronel Alexander Drobyshevsky, negó las informaciones aparecidas en la prensa, asegurando que "los aviones estaban realizando una misión sobre aguas internacionales", al tiempo que rechazó que tenga algo que ver con el caso Litvinenko, ya que "los vuelos de bombarderos en el espacio aéreo internacional se planean con al menos seis semanas de antelación, e informamos a todos los países concernidos sobre ello de antemano".

Y para añadir más leña al fuego, el magnate ruso exiliado en Londres Boris Berezovsky hizo también su aparición en medio de la tensa situación entre los dos países. Según declaró ayer a la agencia AP, tuvo que abandonar Reino Unido el pasado mes después de que los servicios de inteligencia británicos desenmascararan un complot para asesinarle.

"Fui informado por Scotland Yard de que había un complot para asesinarme y me recomendaron que abandonara el país. Me dijeron que alguien que yo conocía vendría a matarme abiertamente y lo presentaría como un asunto de negocios. Diría que fue un desacuerdo por negocios", explicó.

Berezovsky goza de asilo político en Reino Unido, donde se ha convertido en un férreo crítico del Kremlin. Su visibilidad ha aumentado sustancialmente desde la muerte en Londres de Alexander Litvinenko.

Las especulaciones que provocaron estas declaraciones del magnate ruso obligaron a Scotland Yard a informar ayer de la detención de un hombre sospechoso de conspirar para asesinarle. Según la Policía Metropolitana, el hombre fue arrestado en el centro de Londres el pasado 21 de junio y fue remitido a las autoridades de inmigración dos días después.