Crónica Somalia.- Etiopía bombardea los dos principales aeropuertos de Somalia, en manos de los islamistas

Actualizado: lunes, 25 diciembre 2006 19:39

Etiopía se ha visto "obligado a entrar en guerra", según el primer ministro etíope

MOGADISCIO, 25 Dic. (EP/AP) -

Las proporciones cada vez mayores de la ofensiva etíope contra la milicia islamista somalí hacen crecer los temores a un conflicto regional en el que podrían intervenir todos los países del Cuerno de África. En la mañana de hoy la aviación etíope bombardeó los dos aeropuertos más importantes de Somalia, Mogadiscio y Baledogle, ambos bajo control de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI). Mientras, las milicias del Gobierno de transición somalí respaldadas por tropas etíopes, se hicieron con el control de la localidad de Belet Weyne, posición estratégica cercana a la frontera con Etiopía.

Los aviones MiG de fabricación rusa realizaron varios vuelos rasantes sobre la capital a media mañana y lanzaron dos bombas sobre el Aeropuerto Internacional de Mogadiscio, recientemente reabierto tras caer en manos de la poderosa milicia islamista. El líder de la milicia de la UTI, el jeque Hassan Dahir Aweys, se desplazó desde Eritrea, su aliado regional, hasta Mogadiscio en avión poco después del ataque, pero se desconoce si su aparato era el objetivo de los etíopes.

Un periodista de AP que llegó poco después del bombardeo al aeropuerto de Mogadiscio informó de que una mujer herida fue evacuada del mismo. Las bombas provocaron daños en la pista y en un edificio utilizado por las fuerzas islamistas.

Poco después del ataque contra el aeropuerto de Mogadiscio, también fue bombardeado el aeropuerto de Baledogle, situado a unos 100 kilómetros de la capital.

La ofensiva terrestre también tuvo novedades hoy, ya que las tropas somalíes respaldadas por efectivos de Etiopía se hicieron con el control de Belet Weyne, una localidad estratégica cercana a la frontera etíope. El coronel Abdi Yusuf Ahmed, comandante del Ejército gubernamental somalí, indicó a AP que sus fuerzas entraron en Belet Weyne a primera hora del lunes sin hacer un solo disparo. Ahmed precisó que sus tropas perseguirán a los rebeldes islamistas hacia el sur.

Los combatientes islamistas abandonaron la localidad de Belet Weyne, situada en la ribera del río Shabelle durante la noche, después de que la aviación etíope bombardeara posiciones de los islamistas ayer, según sus habitantes.

Además, las tropas gubernamentales han establecido un toque de queda en la localidad entre las 15:00 horas de hoy y las 6:00 de mañana martes. "Cualquiera que tenga un arma y no lleve un uniforme gubernamental será considerado como un terrorista", explicó el oficial somalí al mando de la localidad, Aden Garase.

CENTENARES DE MUERTOS

Por otra parte, en torno a la localidad de Baidoa, donde se encuentra la sede del Gobierno de transición, hoy se podían seguir escuchando intensos disparos de artillería y mortero, según indicó un residente. Las tropas gubernamentales y etíopes están intentando hacer replegarse a las fuerzas islamistas que se encuentran a tan sólo 20 kilómetros al sur de Baidoa.

Fuentes gubernamentales y rebeldes aseguran que cientos de personas han muerto desde que comenzaran los enfrentamientos abiertos, el pasado martes, pero estos datos no han podido ser verificados. Las organizaciones humanitarias sitúan el balance de fallecidos en algunas decenas.

Mientras, el Gobierno somalí decretó hoy el cierre de fronteras para impedir la entrada de combatientes extranjeros, convocados por los islamistas para participar en una 'guerra santa' contra Etiopía. Durante la última semana, testigos presenciales informaron de cientos de combatientes extranjeros llegaban por barco a Somalia. Sin embargo, la costa somalí de 3.000 kilómetros es inabarcable para unas milicias gubernamentales que apenas controlan la ciudad de Baidoa, sede del Gobierno de transición formado por una alianza de señores de la guerra.

ETIOPÍA ENTRA EN LA GUERRA

Entretanto, el primer ministro etíope, Meles Zenawi, anunció anoche que su país se ha visto "obligado a entrar en guerra" con la Unión de Tribunales Islámicos después de que esta declarara la guerra santa contra Etiopía.

"Nuestra fuerza de defensa se ha visto obligada a entrar en la guerra para defenderse contra los ataques de fuerzas extremistas y anti-etíopes y proteger la soberanía del país", afirmó Zenawi en un mensaje televisado anoche. "Nuestra intención es ganar esta guerra lo antes posible", añadió.

Sin embargo, Meles sostiene que no tiene intención de mantener sus fuerzas en Somalia durante mucho tiempo, quizás unas pocas semanas. El dirigente etíope aseguró a los diplomáticos extranjeros que visitan el país que su objetivo es dañar gravemente la potencia militar de los islamistas, eliminar la aura de invencibilidad que tienen y posibilitar que ambas partes (el Gobierno y los islamistas) retomen las conversaciones de paz en igualdad de condiciones.

Desde Addis Abeba, Bereket Simon, consejero de Meles, dijo que "el Gobierno etíope está bombardeando objetivos no civiles en Somalia para incapacitar y evitar el suministro de armas y víveres a los Tribunales Islámicos".

Ayer, Zenawi había anunciado que su país se ha visto "obligado a entrar en guerra" con la Unión de Tribunales Islámicos después de que ésta declarara la guerra santa contra Etiopía. "Nuestra fuerza de defensa se ha visto obligada a entrar en la guerra para defenderse contra los ataques de fuerzas extremistas y anti-etíopes y proteger la soberanía del país", afirmó Zenawi en un mensaje televisado anoche. "Nuestra intención es ganar esta guerra lo antes posible", añadió.

Por su parte, la Liga Árabe, que ha mediado en varias ocasiones para conseguir sentar a todas las facciones somalíes en una mesa de negociación, realizó hoy un llamamiento a todas las partes implicadas a adoptar un "alto el fuego inmediato e integral".

La comunidad internacional teme que esta escalada pueda llevar a una guerra regional, ya que Eritrea, tradicional rival de Etiopía, es el principal respaldo de la UTI islamista, mientras que Etiopía apoya al Gobierno de transición somalí formado hace dos años en una alianza de señores de la guerra somalíes respaldada por la ONU que puso fin a los trece años de guerra civil que siguieron al derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barre.