Las autoridades acusan del atentado al LTTE y atacan varias de sus posiciones aunque los rebeldes niegan cualquier responsabilidad
COLOMBO, 15 Jun. (EP/AP) -
Al menos 64 civiles murieron, 15 de ellos niños, y más de 70 resultaron heridos hoy al explotar una mina al paso de un autobús de pasajeros en la región centro-norte de Sri Lanka. La explosión, descrita como "inmensa" por el Ejército, ha sido el peor acto de violencia desde la firma del alto el fuego entre el Gobierno y los rebeldes tamiles, los principales sospechosos del atentado a pesar de que estos negaron cualquier implicación en el mismo, en un momento en el que el país está cerca de volver a la guerra civil.
El portavoz del Ejército, el brigadier Prasad Samarasinghe, explicó que la explosión alcanzó de lleno al autobús cerca de la población suburbana de Kabithigollewa, en el centro-norte del país, hacia las 08:00 horas. Agregó que la deflagración fue originada una mina terrestre de unos diez kilos de explosivos y atribuyó su responsabilidad al LTTE, cuyo único móvil es "crear terror".
"La explosión se produjo en el medio del autobús y éste volcó, atrapando a los pasajeros", sostuvo Bandula Seneviratne, un fotógrafo de Sri Lanka que fue uno de los primeros en llegar al lugar, a unos 210 kilómetros al noreste de Colombo. Un médico del hospital adonde fueron trasladadas las víctimas, el doctor S.B. Bothota, afirmó que entre los muertos había 15 niños en edad escolar. Otras 78 personas resultaron heridas.
El Ejército decidió después bombardear zonas controladas por los rebeldes en el noreste del país en represalia por el atentado. A su vez, los comandantes del LTTE se reunieron para programar sus siguientes acciones. "Nuestro Comando Central está analizando las posibles medidas de defensa que necesitamos adoptar para proteger a nuestra población tamil", declaró a AP el líder rebelde, Seevaratnam Puleedevan, desde la población Kilinochchi, que controla la guerrilla. Agregó que los operativos aéreos del Ejército ceilandés habían provocado "muchas víctimas", pero se negó a dar cifras.
EL LTTE NIEGA SU IMPLICACIóN
Mientras, el LTTE negó cualquier implicación en el atentado. En un comunicado difundido en su página web, la Secretaría de Paz del LTTE afirmó que el ataque es "un absurdo uso de la vida de civiles para fines políticos" y un "acto reprensible de asesinatos con el único objetivo de acusar al LTTE del ataque".
Según señalan los rebeldes tamiles, el Ejército de Sri Lanka "sigue cobrándose la vida de civiles con total impunidad en el noreste" de la isla y de hecho, añaden, desde las conversaciones de Ginebra el pasado febrero "250 civiles, entre ellos 24 niños, han sido asesinados por las fuerzas militares en el noreste".
Asimismo, el LTTE denuncia que la Fuerza Aérea de Sri Lanka "ha bombardeado la zona de Mullativu controlada por el LTTE inmediatamente después del ataque", si bien por el momento dicen no tener información sobre los daños causados. "El Ejército va a justificar el ataque aéreo como represalia por el atentado que de hecho fue perpetrado por ellos", añaden los rebeldes en su comunicado.
Por último, además de condenar el atentado, porque "el ataque directo contra civiles no puede justificarse bajo ninguna circunstancia", pide a los medios de comunicación internacionales que "sean cautos y empleen altos estándares en sus informaciones".
Además, la web también afirma que dos cazas Kfir del Ejército de Sri Lanka comenzaron a bombardear zonas controladas por el LTTE en Mullaithivu y sus alrededores por la tarde.
El proceso de paz en Sri Lanka se ha visto ensombrecido en los últimos meses por una escalada de la violencia en el norte y este de la isla. Durante los últimos seis meses, más de 700 personas, entre civiles, soldados y rebeldes, han muerto en las provincias del norte y este de Sri Lanka, donde el LTTE ha intensificado sus ataques. Un intento para reunir a ambos grupos y discutir la situación en Noruega la semana pasada, ha fracasado.
