Crónica Sudán.- El conflicto de Sudán puede tornar en guerra si las partes no toman en serio el alto al fuego, según ICG

Actualizado: sábado, 7 enero 2006 12:32

El informe asegura que los mediadores internacionales no han hecho esfuerzos suficientes para crear un proceso de paz estable MADRID, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -

El conflicto de baja intensidad que por el momento continúa presente en Sudán, entre el Gobierno y el Frente, podría convertirse en una nueva guerra a menos que ambas partes se tomen en serio el alto al fuego y respalden las negociaciones que se están llevando a cabo con mediación internacional, según revela el último informe de la organización International Crisis Group (ICG).

El informe 'Salvar la Paz en el Este', alerta de que una escalada del conflicto tendría consecuencias humanitarias desastrosas si el Movimiento por la Liberación del Pueblo de Sudán (MLPS) completa finalmente la retirada que tiene prevista antes de que se establezcan las negociaciones. "La paz aún puede salvarse si el MLPS) utiliza constructivamente su nueva influencia en el Gobierno de Unidad Nacional, y si Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU se comprometen activamente", señala el informe.

Según ICG, un plan de paz sostenible debe desarrollarse sobre la base de los acuerdos de paz firmados el pasado año por el MLPS y el Partido del Congreso Nacional (PCN) en el Gobierno, para proporcionar un marco de estabilidad que resuelva los continuos conflictos regionales sudaneses.

Según estos acuerdos, el MLPS debe retirarse del este de Sudán a partir del próximo lunes 9 de enero. Sin embargo esta retirada, que llega con meses de retraso, podría fomentar la violencia entre los antiguos rebeldes del Frete Este y el Ejército del PCN, cuyos miembros pretenden tomar el control en la región tras la retirada del MLPS.

La situación se completa con unos vecinos en continuo conflicto, Etiopía y Eritrea, que si finalmente estallan es su conflicto fronterizo podrían llenar Sudán con oleadas de refugiados, en un país que ya está plagado de ellos.

"El este de sudán es un barril de pólvora", aseguró el director del programa de ICG para el Cuerno de Africa, Matt Bryden. "Un gran conflicto es inevitable a menos que las partes actúen juntas en Darfur y el Este, de forma que la negociación sea continuada y consistente", afirmó.

Para calmar la situación, el Gobierno sudanés debe enviar una delegación del alto nivel que recoja la participación tanto del MLPS como del PNC, a las negociaciones con los rebeldes del Frente Este, que deben dar comienzo antes de que finalice enero y que deben ser promovidas por la comunidad internacional. Según ICG el MLPS "tiene la obligación de asegurar que su retirada no da lugar a mayores disturbios".

Además, el papel de Naciones Unidas debe ser activo, con el nombramiento de un enviado especial que sirva como mediador jefe del proceso, y que además cuente con el apoyo de la comunidad internacional y los observadores regionales.

RETIRADA DE LA ONU

Esto no encaja con la última decisión del organismo internacional que ha decidido reducir de manera significativa su equipo en la región sudanesa de Darfur, sumida en un conflicto civil desde hace casi tres años, debido a la inseguridad y a la creciente posibilidad de que estalle una guerra entre Sudán y Chad.

En un comunicado, el máximo enviado de Naciones Unidas a Sudán, Jan Pronk, explicó que no habrá evacuación, y que la organización internacional continuará proporcionando ayuda de emergencia en forma de alimentos, servicios sanitarios, agua y cubiertas.

Los niveles de inseguridad han aumentado en la zona norte de la región de West Darfur y en el aérea del suroeste, lo que ha resultado en "una considerable reducción de la presencia del equipo de Naciones Unidas y la prohibición del acceso en las zonas afectadas", indicó.

En este sentido el informe de ICG critica que la ONU y otos mediadores como la UE y Estados Unidos, han fallado y no "se han aplicado suficientemente para generar un proceso de paz serio" en Sudán. Así, ICG recuerda que la última iniciativa de los mediadores libios lanzada en diciembre del pasado año se colapsó y asegura que si antes de que le ciclo de violencia se extienda, debe hacerse "un esfuerzo para construir un foro de negociación creíble".

La crisis en Darfur comenzó cuando, en febrero de 2003, grupos rebeldes se levantaron en armas contra el Gobierno que, apoyado por las milicias janjawids, intentó ahogar la sublevación. Como consecuencia de meses de enfrentamientos, más de 200.000 personas han muerto y más de dos millones han tenido que abandonar sus hogares. Chad ha recibido unos 200.000 refugiados.

Los dos países vecinos habían cruzado en el pasado acusaciones de apoyar a los grupos rebeldes contra cada uno de sus Gobiernos. El pasado mes de abril, las autoridades chadianas acusaron a Jartum de reclutar, entrenar y armar a unos 3.000 rebeldes cerca de su frontera con el fin de desestabilizar el país. Ayer Chad volvió a acusar a Sudán de apoyar ataques de sus milicias en la parte de frontera que ambos países comparten.