Crónica Timor.- Gusmao toma medidas especiales y no descarta declarar el estado de sitio para restaurar el orden

Actualizado: martes, 30 mayo 2006 22:08

Los rebeldes insisten en pedir la dimisión del primer ministro y Ramos Horta reconoce que el Gobierno ha fallado

LISBOA, 30 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -

El presidente de Timor Oriental, Xanana Gusmao, asumió hoy poderes especiales "para prevenir la violencia y evitar nuevas muertes", mientras continúa la violencia en una crisis que ha provocado ya 27 muertos y ha llevado al cese de los ministros de Defensa e Interior. El periodo de excepción durará 30 días, según anunció en rueda de prensa el propio Gusmao.

La situación de violencia y la crisis política y militar que se vive en Timor desde finales de abril, y que se ha visto incrementada durante la última semana, parece no tener fin y aunque hoy la situación en las calles ha sido más tranquila que en los últimos días, la situación continúa inestable y durante toda la jornada se han registrado algunos altercados y varias casas han sido incendiadas.

Mientras la violencia continúa en las calles, y según datos de la ONU ya ha provocado el desalojo de 60.000 personas, 25.000 refugiados y 27 muertos, el presidente del país intenta transmitir tranquilidad a la población y una imagen de estrecha colaboración con el Gobierno de Mari Alkatiri.

Además, tanto los militares que han dimitido alegando discriminaciones étnicas como los mandos que se han sublevado y abandonaron las jerarquía de mando de las Fuerzas de Defensa de Timor (Falintil), a las que atacaron el pasado 24 de mayo, han insistido hoy en la dimisión del primer ministro, al que consideran principal responsable por esta situación. Sin embargo, ninguno pretende hacer nada "hasta hablar con Xanana Gusmao".

Hoy, tras dos días de reunión del Consejo de Estado, Xanana Gusmao anunció que había asumido la "responsabilidad principal" en las áreas de Defensa y Seguridad y decretó un conjunto de medidas especiales para poner fin a la violencia en el país. Además, no descartó la posibilidad de declarar el estado de sitio, con la debida autorización parlamentaria.

Entre las medidas anunciadas está la aprehensión de armas, municiones y explosivos a la población, a la que se le pidió que las entreguen de forma voluntaria; la vigilancia de edificios y personas y la obligatoriedad de las personas a identificarse cuando circulen por lugares vigilados. "Todo para evitar más muertes y reponer el orden", apuntó.

Pero aunque Xanana y Alkatiri insisten en que mantienen una estrecha colaboración con el Gobierno, ésta no parece ser tan intensa como dicen. Hoy Xanana aconsejó al primer ministro que destituyera a los ministros de Defensa y Seguridad, lo que Alkatiri consideró como una intromisión del presidente en las labores del Ejecutivo, aunque al final los expulsó.

'MEA CULPA'

Sin embargo, la falta de coincidencia no es exclusiva de los jefes de Estado y de Gobierno. Una vez que el ministro de Exteriores timorense y premio Nobel de la Paz, Jose Ramos Horta, admitió que el Gobierno "ha fallado miserablemente" a la hora de evitar que el país se viera sumido en el caos durante la última semana, que han obligado al envío de tropas extranjeras al país.

Ramos Horta responsabilizó al primer ministro, Mari Alkatiri, de la situación. "En algunas zonas, especialmente a la hora de un diálogo político que incluya a todos, de resolver problemas según surgen, el Gobierno ha fallado miserablemente", declaró el ministro timorense a la cadena australiana Nine Network. "Y por eso, muchas personas están descontentas con el primer ministro y quieren que dimita", añadió.

Sin embargo, Ramos Horta no está a favor de una dimisión del primer ministro, ya que sería un grave riesgo toda vez que su partido, Fretilin, fue el más votado en las elecciones de 2001. Aunque sí abogó por una "remodelación gubernamental". Por otro lado, desechó la idea defendida por Alkatiri de que todo esto es un intento de golpe de Estado. "No creo, y no existe ningún indicio de que se trate de un golpe de Estado, aunque sospechamos que algunos elementos timorenses están por detrás de éstos grupos de marginales y de jóvenes que están envueltos en los conflictos", apuntó.

NO HABRA GUERRA CIVIL

Además, consideró que "la posibilidad de una guerra civil está superada", una vez que los militares y policías que abandonaron la cadena de mando se refugiaron en las montañas y aceptaron quedarse en sus bases y no hacer uso de las armas que tienen en su poder, explicó Ramos Horta.

Por otro lado, el comandante del destacamento australiano en Timor, Mick Slatter, consideró que ayer "fue un día clave en el desarrollo de los acontecimientos" por ser el día en el que menos casos de violencia se han registrado desde el pasado miércoles, cuando elementos de las fuerzas armadas atacaron el cuartel de la Policía, causando más de una docena de muertos.

Además, señaló, "tenemos todas las fuerzas que necesitamos para garantizar el orden y la seguridad en la capital timorense y las personas puedan iniciar el diálogo para resolver sus problemas". Desde que han llegado, hace cinco días los militares australianos, éstos han confiscado unas 400 armas, entre las que hay artillería pesada.

La violencia en Timor Oriental, y en especial la capital Dili, comenzó a finales del pasado abril, después de que cerca de 600 soldados fuesen expulsados de las Falintil por protestar contra supuestos actos de discriminación étnica por parte de los mandos superiores.

La crisis se agravó con la deserción de efectivos de las Falintil y de la Policía Nacional de Timor Oriental (PNTL) y los enfrentamientos posteriores entre elementos de las dos fuerzas y grupos de civiles armados, que provocaron varios muertos. Ésta situación obligó al presidente Xanana a solicitar ayuda militar y policial a Australia, Nueva Zelanda, Malasia Y Portugal, para ayudarles a reponer el orden.

Australia fue el primero en responder a la solicitud y ya ha enviado a 1.800 soldados a Timor, en donde también están entre 200 y 250 efectivos de Malasia. Portugal enviará esta semana una grupo de 120 miembros de la Guardia Nacional Republicana (GNR) y en Dili ya se encuentran 16 hombres del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía de Seguridad Pública (PSP), aunque hoy el ministro de Defensa luso, Luis Amado, admitió la posibilidad de aumentar el número de efectivos desplazados a Timor en caso de que fuese necesario.