Crónica Turquía (Añadida).- Abdulá Gül renuncia a su candidatura presidencial en plena crisis política turca

Erdogan tendrá una nueva oportunidad para evitar las reformas del legislativo en las generales del próximo 22 de julio

ANKARA, 6 May. (EUROPA PRESS) -

El gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) finalmente no pudo conseguir el nombramiento de Abdulá Gül como presidente de la república turca en lo que parece un triunfo de las fuerzas laicistas movilizadas en Turquía. La retirada de la candidatura de Gül se produjo tras el anunciado fracaso de la nueva ronda de votación en el Parlamento, ya que los islamistas moderados del AKP no consiguieron los dos tercios de participación necesarios debido al boicot de la oposición del Partido Popular Republicano, según informa la agencia Anatolia.

"Voy a retirar mi candidatura. Mi candidatura está fuera de cuestión en este momento", declaró Gül, citado por la agencia Anatolia.

Posteriormente, un Gül más calmado lamentó, delante de los reporteros, la incapacidad del Parlamento para alcanzar un quórum. "No existen motivos para convocar una nueva ronda de elecciones", explicó Gül a los periodistas. "El Parlamento está bloqueado y ahora es el turno del pueblo de elegir un nuevo presidente", declaró el ministro de Exteriores. El islamista moderado terminó diciendo que las "inútiles" rondas de votación habían terminado "dañando el honor del Parlamento".

Gül rechazó confirmar si tiene previsto retomar su candidatura para las legislativas del próximo 22 de julio, y afirmó que "hablaremos de ello cuando llegue el momento", aunque en una entrevista al diario británico Financial Times el pasado viernes, consideró que, de presentarse a las elecciones, contaría con el 70 por ciento del apoyo del pueblo turco.

El portavoz del AKP en la cámara, Bülent Arinç, informó de la imposibilidad de la resolución en dos ocasiones, tras sendos recuentos, y después de que la semana pasada el Tribunal Constitucional turco anulara una primera votación alegando que no se encontraban presentes suficientes diputados en el Parlamento. El fracaso de Gül supone una nueva victoria del Partido Popular Republicano y la oposición laicista, respaldada por el Ejército turco, que podría mejorar sensiblemente sus resultados en las próximas legislativas, previstas para el 22 de julio.

Gül era el único candidato a la presidencia de Turquía que se sometía a la votación del Parlamento, tal como establece la Constitución turca. Los islamistas moderados del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) no lograron que participaran 367 de los 550 diputados, con lo que la votación no es considerada válida. Esta misma semana el Tribunal Constitucional varió el criterio que pretendía utilizar la presidencia de la cámara y estableció esta nueva norma que frustra las aspiraciones del partido.

El viernes pasado, el viceprimer ministro, Abdullatif Sener, reconoció que la máxima prioridad de su Gobierno era en estos momentos que Gül fuera designado presidente de la República por el actual Parlamento, en cuyo caso no se haría efectiva aún la reforma constitucional que pretende aprobar la Cámara en los próximos días para que el pueblo elija a su jefe de Estado por sufragio universal.

Otras de las enmiendas propuestas por el legislativo incluían la reducción del mandato presidencial de siete años a cinco, pero permitiendo la posibilidad de un segundo mandato. Las elecciones generales, además, se convocarían cada cuatro años, en lugar de cada lustro.

POLÍTICA Y RELIGIÓN

Las elecciones presidenciales han evidenciado una división cada vez más profunda entre los grupos laicos y los simpatizantes del partido de Erdogan. Los opositores han criticado la candidatura de Gül, ante el temor de que el partido de Erdogan amplíe su control e imponga restricciones de índole religiosa a la sociedad.

Ayer, miles de turcos salieron de nuevo a la calle en las ciudades de Canakkale y Manisa, en el oeste del país, para protestar contra el Gobierno islamista moderado y la ahora frustrada elección de Gül, también miembro del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), como próximo presidente de una república con un marcado carácter laico.

Ambas ciudades, situadas en la costa del mar Egeo, vivieron protestas similares a las registradas el fin de semana pasado en Estambul y el anterior en Ankara, que sumaron más de un millón de manifestantes en total. En las marchas se pudieron ver multitud de banderas rojas turcas y retratos de Ataturk .

El detonante de estas últimas protestas está en la candidatura de Gül, rechazada tanto por la oposición como por el Ejército y, en general, por los sectores laicos de la población, temerosos de que pusiera en marcha una agenda oculta para islamizar el país nada más llegar a la presidencia. Los sondeos tampoco respaldaban a Erdogan y, en el seno de su partido, la mayoría abogaba porque permaneciera como primer ministro.

A partir de ese momento, cientos de miles de personas tomaron las calles de Ankara y Estambul para presionar a Erdogan contra la nominación de un político como Gül, de clara inspiración islámica, como presidente.

También ayer, dos de los partidos de la fracturada oposición turca, Senda Auténtica y Patria se unieron para formar el Partido Demócrata. La unificación política de la oposición ha sido uno de los objetivos de los líderes laicos del país, que tienen la intención de desafiar la hegemonía electoral de los islamistas en los comicios previstos para el próximo 22 de julio.

La legislación electoral turca exige obtener al menos un 10 por ciento de los votos para lograr representación parlamentaria, un requisito que sólo dos formaciones lograron. Ambos partidos se repartieron proporcionalmente los escaños en 2002; dos tercios para el AKP y el resto para el Partido Popular Republicano, fundado por el creador de la Turquía moderna, laica y republicana, Mustafá Kemal Ataturk.