Discutirán las propuestas para crear una fuerza de protección civil europea
BRUSELAS, 14 May. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Defensa de los Veinticinco examinarán mañana los preparativos de la misión de entre 400 y 450 soldados que la Unión Europea tiene previsto desplegar en la República Democrática del Congo (RDC) para garantizar la seguridad durante las elecciones, cuya primera vuelta está prevista el 30 de julio.
Asistirá a la reunión el ministro José Antonio Alonso, que deberá concretar la aportación de tropas españolas a la operación, llamada EUFOR DR Congo. Fuentes militares aseguraron que España enviará a mediados de junio a 140 soldados. El grueso del contingente se desplegará en la capital del país, Kinshasa, donde se establecerá el Cuartel General de la misión comunitaria, bajo mando francés, aunque también se destinarán efectivos en el Cuartel General Operativo, situado en Postdam (Alemania) y dirigido por el Ejército germano.
La misión de la UE, autorizada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del 25 de abril y que cuenta también con el visto bueno de Kinshasa, tiene previsto desplegarse un mes antes de las elecciones y se mantendrá en la región durante un periodo de cuatro meses a partir de la celebración de la primera vuelta.
El coste ascenderá a 16,7 millones de euros. La operación constará de un grupo de entre 400 y 450 soldados europeos destinados en la capital, Kinshasa, y de otro batallón situado en un país vecino, Gabón, con capacidad para desplegarse rápidamente en caso de que sea necesario.
En último término, fuentes militares comunitarias explicaron que otra fuerza permanecerá Europa y que en principio no formará parte de la operación, pero se mantendrá en alerta permanente para poder desplazarse en la RDC en caso extremo de desestabilización de la situación en el país.
El Cuartel General de la operación estará en Potsdam, bajo el mando del teniente general alemán Karlheinz Viereck, y su comandante general será el general francés Christian Damay, que trabajará en el Cuartel General de la operación que se establecerá en Kinshasa bajo mando francés.
La tarea principal de la operación de la UE será prestar apoyo a la misión de Naciones Unidas en el Congo para estabilizar la situación. Asimismo, los soldados europeos protegerán a los civiles en riesgo, garantizarán la seguridad del aeropuerto de Kinshasa y el libre movimiento del personal y de las instalaciones de EUFOR.
Los ministros de Defensa pasarán también revista a la operación Althea en Bosnia-Herzegovina, la reforma del sector de la seguridad en los Balcanes, y el papel que debe jugar la UE en la región sudanesa de Darfur en apoyo de la Unión Africana tras la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno y una parte de los rebeldes. En este sentido, los Veinticinco redoblarán la presión sobre las autoridades de Sudán para que acepten que la fuerza de la Unión Africana sea sustituida por una misión de Naciones Unidas.
RESPUESTA A SITUACIONES DE EMERGENCIA
Los ministros de Defensa también celebrarán una reunión conjunta con los jefes de la diplomacia de los Veinticinco con el objetivo de analizar conjuntamente cómo mejorar la respuesta de la UE a situaciones de crisis y emergencia, como el tsunami de diciembre de 2004 o el terremoto en Pakistán en octubre de 2005.
En este sentido, estudiarán un informe del Alto Representante para la Política Exterior, Javier Solana, con propuestas para mejorar la coordinación del transporte militar con el objetivo de hacer llegar la ayuda con más rapidez y eficacia a los lugares donde se haya producido una catástrofe, sea dentro o fuera de la UE.
También examinarán la propuesta del ex ministro de Asuntos Exteriores de Francia y ex comisario Michel Barnier, de crear en el plazo de cuatro años una fuerza europea de protección civil que pueda actuar en casos de catástrofes naturales, accidentes nucleares, pandemias o casos de terrorismo, y que tendría una de sus avanzadillas en Canarias. El trabajo le había sido encargado el pasado enero por el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro austriaco y presidente de turno de la UE, Wolfgang Schüssel.
La fuerza europea de protección civil, que se denominaría Europe Aid, tendría su centro operativo en Bruselas, en el seno del Ejecutivo comunitario. Su misión sería preparar escenarios de todas las crisis posibles, utilizando instrumentos como la observación por satélite, y preparar los protocolos de reacción y las capacidades necesarias. Cada Estado miembro elegiría entonces los medios que quiere aportar a esta fuerza europea y el centro operativo se encargaría de la coordinación y la interoperabilidad.
Las personas que trabajen en esta fuerza europea deberán llevar el mismo uniforme y un emblema con la bandera europea, las siglas Europe Aid, y la bandera del país del que proceda. Esta fuerza tendría bases logísticas en las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea, entre ellas las islas Canarias, para llegar más rápidamente a los lugares lejanos donde se produzcan las catástrofes. Asimismo, se crearía un Consejo de Seguridad Civil, compuesto por el presidente del Consejo, el de la Comisión, el Alto Representante y el jefe del Estado mayor de la Defensa de la UE para tomar las decisiones de manera inmediata.
El antiguo comisario defiende además la coordinación entre los consulados de los Veinticinco así como la creación de 'consulados europeos' en cuatro zonas experimentales donde hay muchos turistas europeos y escasa representatividad de los Estados miembros: el Caribe, los Balcanes, el Océano Índico y el oeste de África. Finalmente, Barnier propone la creación o la especialización de laboratorios contra el bioterrorismo y para la identificación de víctimas, una de las principales carencias que puso de manifiesto el tsunami de diciembre de 2004.
Los ministros de Defensa discutirán el funcionamiento de la Agencia de Defensa y pasarán revista al listado de capacidades con que cuentan los Veinticinco. Una vez más, se pondrá de relieve que la principal carencia sigue siendo el transporte aéreo estratégico de tropas y materiales, pese a las iniciativas lanzadas desde Londres, París y Berlín para avanzar en este campo.
