Crónica UE/Turquía.- La negativa turca a abrir sus puertos a Chipre amenaza su negociación con la UE

Actualizado: lunes, 27 noviembre 2006 22:06

Los Veinticinco decidirán el lunes 11 de diciembre si debe o no continuar el proceso hacia la adhesión

BRUSELAS, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

La negativa de las autoridades turcas a abrir sus puertos y aeropuertos a la vecina Chipre amenaza con paralizar el proceso de negociación iniciado el 3 de octubre de 2005 para lograr la entrada de Turquía en la Unión Europea. El ministro finlandés de Exteriores y presidente de turno de la UE, Erkki Tuomioja, fue el encargado de anunciar hoy en Tampere (Finlandia) que había fracasado el intento de la presidencia para que turcos y chipriotas llegaran a un acuerdo.

Tuomioja, que se reunió hoy con sus homólogos de Turquía y Chipre aprovechando su presencia en la reunión del diálogo Euromediterráneo, se rindió a la evidencia y admitió la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre este asunto durante la presidencia finlandesa que termina el 31 de diciembre. "En estos momentos las circunstancias no nos permiten continuar y no se podrá alcanzar un acuerdo durante nuestra presidencia", señaló tras los encuentros.

"Por supuesto, está claro que las cosas no pueden continuar como siempre", señaló. "Una conclusión con éxito de nuestras conversaciones habría sido por supuesto un aliciente y un paso adelante con vistas a los esfuerzos de la ONU" en la cuestión de Chipre, agregó. Tuomioja no dio ningún detalle sobre sus conversaciones con el ministro de Exteriores turco, Abdulá Gul, y con el chipriota, George Lillikas, limitándose a decir que "no hay una base para una solución".

Chipre se encuentra dividida en dos desde que tropas turcas la invadieron en 1974. En el norte, la República Turca de Chipre Norte (RTCN, sólo reconocida por Ankara) y en el sur, la parte greco-chipriota, que entró en la UE en mayo de 2004 tras rechazar un plan de reunificación de la ONU que sí fue respaldado por los turco-chipriotas.

Finlandia presentó el pasado octubre una fórmula en virtud de la cual se reducirían las restricciones a los turco-chipriotas si Turquía abría sus puertos a los greco-chipriotas. El plan garantizaría al puerto de Famagusta, en el norte, libre comercio con la UE si la parte turca entregaba el control de la cercana localidad abandonada de Varosha y devolvía a sus antiguos moradores casas y propiedades.

El ministro de Asuntos Exteriores chipriota, George Lillikas, por su parte, se lamentó de que a pesar de la "buena voluntad" mostrada por su Gobierno y los "esfuerzos" de la presidencia finlandesa de la UE haya sido imposible encontrar un acuerdo para evitar una crisis entre la UE y Turquía.

Lillikas aseguró que, "como es bien sabido", el Gobierno chipriota respondió de manera positiva a la iniciativa finlandesa e hizo lo posible para establecer el comercio entre el puerto de Famagusta en el norte de la isla, bajo supervisión de la Comisión Europea y la ciudad de Varohsha, bajo la de Naciones Unidas.

"Desgraciadamente, a pesar de nuestra buena voluntad y los esfuerzos de la presidencia finlandesa no fue posible alcanzar un acuerdo que, como todo acuerdo, requiere la buena voluntad de todas las partes implicadas", subrayó el ministro.

Como el plan finlandés no ha salido adelante, serán ahora los ministros de Asuntos Exteriores de los Veinticinco los que tendrán que decidir qué curso deben seguir las negociaciones con Ankara interpretando la declaración firmada el 21 de septiembre de 2005 en la que se deja claro que si Turquía no aplica el llamado 'Protocolo de Ankara', es decir, si no extiende a todos los países miembros de la UE su acuerdo aduanero, esa actitud tendrá "consecuencias" en el proceso de adhesión.

Los ministros tendrán que determinar, por lo tanto, si rompen o congelan las negociaciones o si, como proponen algunos países, limitan la crisis y plantean no abrir los capítulos directamente vinculados con la aplicación del Protocolo de Ankara, como son los de comercio y aduanas.

El comisario de Ampliación, el finlandés Olli Rehn, durante un largo discurso pronunciado en la Universidad de Helsinki, también se dolió de que la presidencia no hubiera logrado un acuerdo pero, echando mano de un viejo dicho finlandés, consideró que los esfuerzos no han sido "en vano": "El salmón es un pez tan noble que sigue siendo valioso aunque uno no lo pesque", resaltó el comisario.

Aseguró también que la fórmula finlandesa era "realista" y planteaba una situación en la que las dos partes ganaban pero que no llegó al final. "He trabajado sobre la cuestión chipriota con cinco presidencias consecutivas, desde 2004. En estos dos años y medio no hemos sido capaces de progresar ni en la regulación comercial ni en la cuestión de los puertos, por lo que la conclusión fundamental a la que debemos llegar es que la mejor forma de arreglar los problemas es con una visión global", admitió.

VOLVER A LA ONU

Siguiendo este argumento, señaló que para lograr algún movimiento, la cumbre de diciembre debería pedir la reanudación de las conversaciones bajo el paraguas de Naciones Unidas. "A la UE le interesa ver una isla reunificada y el fin de un conflicto de más de 40 años en suelo europeo, que esté basado en los principios de paz, reconciliación y derechos humanos. Recordar estos principios está más que justificado ahora que nos acercamos al 50 aniversario del Tratado de Roma", prosiguió el comisario.

Asimismo, recordó que el proceso de adhesión de Turquía es "un largo proyecto en el que el camino es tan importante como el destino final". "Tendrá momentos difíciles y requerirá difíciles decisiones pero confío en que, ni Turquía ni la UE, pierdan de vista el valor estratégico del proyecto en su conjunto, es decir, la paz, la seguridad, la democracia y la prosperidad en Europa, desde Helsinki hasta Lisboa, desde Lisboa hasta Estambul y más allá", indicó Rehn.

De igual forma, insistió en que Turquía sigue siendo un país "clave" para Europa, como lo fue durante la Guerra Fría, y que la caída del Telón de Acero no reduce su valor estratégico sino al contrario, ahora es, a su modo de ver, más importante si se tiene en cuenta la situación en Irak, Irán y Oriente Próximo, la crisis energética o el diálogo con el mundo musulmán, aspectos que la UE necesita tener a Turquía junto a ella al tratarse de un "anclaje de estabilidad" en una región más inestable y peligrosa.

En la misma línea, consideró que Turquía puede allanar el camino hacia una paz duradera entre Europa y el Islam, ámbito en el que recordó la iniciativa de 'Alianza de Civilizaciones' promovida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro turco, Racep Tayyip Erdogan.