Crónica UE.- La UE cierra un acuerdo definitivo sobre el registro de sustancias químicas REACH

Actualizado: viernes, 1 diciembre 2006 21:30

Los ecologistas acusan a los Veinticinco de ceder a las presiones de la industria por no obligar a sustituir los químicos más peligrosos

BRUSELAS, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Parlamento Europeo y los Veinticinco alcanzaron anoche un acuerdo definitivo en segunda lectura sobre el nuevo registro de productos químicos REACH, que obligará a las empresas a evaluar los riesgos de 30.000 productos cuyos efectos sobre la salud y el medio ambiente se desconocen, y que comenzará a funcionar a mediados de 2007.

El pacto, que todavía tiene que ser ratificado por el pleno de la Eurocámara el 13 de diciembre y por el Consejo antes de que acabe el año, fue duramente criticado por las organizaciones ecologistas y por los Verdes e Izquierda Unitaria porque elimina el principio de sustitución obligatoria de las sustancias más peligrosas, como las cancerígenas o las bioacumulables. Estos grupos acusaron a la UE de ceder a las presiones de la industria química, que ha rechazado el reglamento por los elevados costes que supondrá.

El punto clave de la negociación final fue precisamente el de la autorización de los químicos de alto riesgo, entre 2.500 y 3.000 según las cifras del Parlamento. La Eurocámara exigía su sustitución obligatoria, algo que rechazaban tanto los Veinticinco como la industria. El compromiso definitivo establece que para dar luz verde al uso de este tipo de sustancias, la empresa que las fabrique estará obligada a presentar un plan de sustitución para reemplazarlas por alternativas más seguras.

Cuando no haya alternativas, los productores tendrán que presentar un plan de I+D. Todas las autorizaciones tendrán una duración determinada. No obstante, se excluye de este sistema a las sustancias con propiedades de perturbadores endocrinos, aunque se establece una cláusula de revisión para comprobar dentro de 6 años con los últimos datos científicos si es necesario adoptar medidas más estrictas.

El texto final fue apoyado por los tres grupos mayoritarios: populares, socialistas y liberales. Izquierda Unitaria y los Verdes denunciaron que la eliminación del principio de sustitución supone ceder a las presiones de la industria química, especialmente la alemana que es la más potente, y limitará seriamente los beneficios potenciales de REACH para proteger a los consumidores y al medioambiente de sustancias peligrosas.

Por su parte, un total de 7 organizaciones ecologistas, entre las que se encuentran Greenpeace y WWF, señalaron que el acuerdo final "permitirá que muchos químicos muy preocupantes --incluyendo muchos que causan cáncer, defectos de nacimiento y otras enfermedades graves_continúen en el mercado y se sigan utilizando en productos de consumo incluso aunque se disponga de alternativas más seguras". Por ello, lanzaron un llamamiento a los eurodiputados para que lo rechazan durante el voto en el pleno de diciembre.

La Comisión Europea sin embargo expresó su pleno apoyo al compromiso y destacó que se trata de "una gran mejora respecto a la situación actual por lo que se refiere a la salud y al medio ambiente". "Al mismo tiempo, salvaguarda la competitividad de la industria europea, presta una atención especial a las pequeñas y medianas empresas y fomenta la innovación", añadió el Ejecutivo comunitario.

MENOS EXPERIMENTOS CON ANIMALES

Finalmente, la Eurocámara logró incorporar en el acuerdo final la obligación de reforzar la protección de los animales y sustituir siempre que sea posible los ensayos con animales por un método alternativo. Además, las empresas estarán obligadas a compartir todos los datos que hayan obtenido gracias a experimentos con animales. REACH podría forzar a las compañías a usar hasta 3,9 millones de animales en ensayos, según los datos del vicepresidente de la Comisión y responsable de Industria, Günter Verheugen.

La principal novedad de REACH, cuya tramitación ha durado más de tres años, consiste en que en adelante la carga de la prueba recaerá no en las autoridades públicas sino en la industria, que tendrá que demostrar que las sustancias que fabrica no son peligrosas para poder comercializarlas. Todos los productos tendrán que registrarse y los más peligrosos se someterán a un procedimiento de autorización previa.

Para responder a las preocupaciones de la industria, durante su paso por el Parlamento y el Consejo se ha suavizado considerablemente la propuesta inicial de la Comisión, y se ha decidido reducir el número de tests para más de 17.000 sustancias que se producen en pequeñas cantidades. A cambio, se aumentan las exigencias sobre los productos sobre los que se tiene indicios de que son peligrosos.

El reglamento crea una nueva Agencia Europea de Químicos, que se establecerá en Helsinki, y que será responsable de gestionar el registro de sustancias gracias a la puesta en marcha de una base de datos. También jugará un papel destacado a la hora de evaluar y autorizar las sustancias.