Crónica Vaticano.- Unas 100.000 personas se congregan en la Plaza de San Pedro para recordar a Juan Pablo II

Actualizado: lunes, 3 abril 2006 0:52

Benedicto XVI destaca que "la memoria de Juan Pablo II sigue estando viva" y "presente en nuestra mente y en nuestro corazón".

ROMA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -

Al menos 100.000 fieles, muchos de ellos llegados desde Polonia, se reunieron desde las 20:30 horas en la Plaza de San Pedro para asistir a una vigilia en la que se recordó a Juan Pablo II un año después de su muerte y en la que se rezó y pudieron escucharse algunos de sus escritos.

La Plaza de San Pedro se fue llenando poco a poco a lo largo de toda la tarde y a las 20:30 horas aparecía repleta de fieles, que con velas en las manos y las banderas de sus lugares de origen, sobre todo Polonia, se disponían a recordar a Juan Pablo II rezando el rosario como en aquella noche de hace un año. Algunos mostraron algunas de las pancartas que ya se pudieron ver durante el funeral de Juan Pablo II en las que se lía 'Santo Subito' (Santo enseguida).

La diócesis de Roma fue la encargada de organizar la vigilia nocturna de hoy y en la Plaza de San Pedro se congregó también el Cardenal Camillo Ruini, Vicario General del Papa para la capital italiana, que posteriormente presidió el rezo del Rosario en la Plaza de San Pedro.

La vigilia comenzó con los coros de la diócesis de Roma, que interpreta cantos marianos, y posteriormente se procedió a la lectura de textos, mensajes o extractos de los libros de Juan Pablo II. Después de la oración del rosario, a las 21:37, la hora en la que murió Juan Pablo II, el Papa Benedicto se asomó a la ventana de su estudio donde leyó un mensaje e impartió la bendición apostólica .

Esta mañana, durante el Angelus, el Papa Benedicto XVI resaltó que "Juan Pablo II murió como vivió siempre, animado por el indominable coraje de su fe, abandonándose asimismo a Dios y confiándose a la Virgen María", indicó Benedicto en su discurso dominical semanal.

Benedicto XVI se dirigió a decenas de miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, muchos de ellos de nacionalidad polaca trasladados hasta Roma para participar en los actos de conmemoración de la muerte del Pontífice. Miles de ellos portaban banderas polacas en recuerdo del país natal de Karol Wojtyla.

El Papa también destacó el hecho de que Juan Pablo II fuese capaz de contemplar a través de televisión la procesión del Viernes Santo, que conmemora la crucifixión de Jesucristo. "Nunca olvidaremos su bendición de Semana Santa", señaló. "Ha sido la bendición más dolorosa que nos dejó el extremo testimonio de su intención de finalizar su ministerio hasta el final".

Benedicto XVI indicó que Juan Pablo II será asimismo recordado por uno de sus primeros mensajes, emitido desde la Plaza de San Pedro el 22 de octubre de 1978, unos días después de su elección como Papa. Durante aquel mensaje, Juan Pablo pidió una fe "abierta y agradecida a través de las puertas abiertas de Jesucristo".

MEMORIA VIVA

Benedicto XVI afirmó durante su discurso de esta tarde que aunque ha pasado un año de su muerte, "la memoria de Juan Pablo II sigue estando viva" y "presente en nuestra mente y en nuestro corazón". "Ha pasado un año ya de la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II, que llegó a esta hora --eran las 21:37-- pero su memoria continúa estando viva, como testimonian las tantas manifestaciones programadas en estos días en todas las partes del mundo.

Él continua estando presente en nuestra mente y en nuestro corazón, continua comunicándonos su amor por Dios y su amor por el hombres. Continúa suscitando en todos, especialmente en los jóvenes, el entusiasmo del bien y el valor para seguir a Jesús y sus enseñanzas", dijo.

En sus palabras, Benedicto XVI explicó que el testimonio evangélico de Juan Pablo II se puede definir con dos palabras "fidelidad y dedicación". "Fidelidad total en Dios y dedicación sin reservas a su propia misión de Pastor de la Iglesia universal".

El Pontífice quiso sobre todo destacar cómo afrontó Juan Pablo II su enfermedad y para ello recordó que el mismo Karol Wojtyla escribió en el 1984 en la Carta apostólica "Salvifici doloris" que "el sufrimiento está presente en el mundo para liberar amor. Para hacer nacer obras de amor hacia el prójimo para transformar toda la civilización humana en la civilización del amor".

"Su enfermedad afrontada con valor hizo a todos estar más atentos al dolor humano. Al dolor físico y espiritual. Ha dado al sufrimiento dignidad y valor, testimoniando que el hombre no vale por su eficacia, por su aparecer sino por si mismo, porque es creado y amado por Dios", añadió Benedicto XVI desde la ventana de su estudio en el palacio apostólico.

Benedicto XVI añadió que "con las palabras y los gestos, el querido Juan Pablo II no se ha cansado de indicar al mundo que si el hombre se deja abrazar por Cristo, no mortifica la riqueza de su humanidad, (...) sino que hace la vida más apasionante" y que se hizo "compañero de viaje de cada uno de nosotros".

Asimismo, el Pontífice alemán comentó que en el primer aniversario "de su vuelta a casa del Padre estamos invitados esta noche a recoger nuevamente la herencia espiritual que nos ha dejado, a vivir buscando incansablemente la sola Verdad que apaga nuestro corazón. Estamos empujados a no tener miedo de seguir a Cristo para anunciar el Evangelio que es fermento de una humanidad más fraterna y solidaria".

Después se despidió pidiendo que "Juan Pablo II nos ayude desde el cielo para proseguir nuestro camino, siendo dóciles discípulos de Jesús para ser, como el mismo amaba jóvenes centinelas de la mañana en este inicio de tercer milenio cristiano" y dedicó un saludo especial a los polacos que seguían la ceremonia desde su país.