Crónica Vaticano.- El Papa hace un llamamiento por la paz en aquellos lugares "donde resuena el fragor de las armas"

Actualizado: martes, 25 diciembre 2007 14:52

Pide "sabiduría" a los dirigentes para acabar con los conflictos en Darfur, Somalia, RDC, Oriente Próximo, Irak o Afganistán entre otros

ROMA, 25 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Papa Benedicto XVI aprovechó hoy su tradicional mensaje del 'Urbi et Orbi' de la Misa de Navidad para hacer un llamamiento por la paz en aquellos lugares del mundo "donde resuena el fragor de las armas" y pidió en particular "sabiduría" para que los dirigentes mundiales sepan encontrar el camino para acabar con conflictos como los de Irak, Afganistán, Darfur, Somalia u Oriente Próximo. Asimismo, recordó a las víctimas del terrorismo, de los desastres naturales y a los inmigrantes.

Tras incidir en que el día de Navidad es el día "en que brilla la 'gran luz' de Cristo portadora de la paz", instó a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro a pensar "sobre todo en donde resuena el fragor de las armas". Así, citó "las martirizadas tierras de Darfur, de Somalia y del norte de República Democrática del Congo, en las fronteras de Eritrea y Etiopía, en todo Oriente Próximo, en particular en Irak, Líbano y Tierra Santa, en Afganistán, en Pakistán y en Sri Lanka, en las regiones de los Balcanes, y en tantas otras situaciones de crisis, desgraciadamente olvidadas con frecuencia".

Para todos ellos pidió, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, que "el Niño Jesús traiga consuelo a quien vive en la prueba e infunda a los responsables de los gobiernos sabiduría y fuerza para buscar y encontrar soluciones humanas, justas y estables" a todos estos conflictos.

Asimismo, expresó su deseo de que "la luz de Cristo", "brille por fin y sea consuelo para cuantos viven en las tinieblas de la miseria, de la injusticia, de la guerra; para aquellos que ven negadas aún sus legítimas aspiraciones a una subsistencia más segura, a la salud, a la educación, a un trabajo estable, a una participación más plena en las responsabilidades civiles y políticas, libres de toda opresión y al resguardo de situaciones que ofenden la dignidad humana".

VÍCTIMAS

En opinión de Benedicto XVI, "las víctimas de sangrientos conflictos armados, del terrorismo y de todo tipo de violencia, que causan sufrimientos inauditos a poblaciones enteras, son especialmente las categorías más vulnerables, los niños, las mujeres y los ancianos".

También consideró que "las tensiones étnicas, religiosas y políticas, la inestabilidad, la rivalidad, las contraposiciones, las injusticias y las discriminaciones que laceran el tejido interno de muchos países, exasperan las relaciones internacionales". Todo ello, agregó, contribuye a que cada vez aumente más "el número de emigrantes, refugiados y deportados, también por causa de frecuentes calamidades naturales, como consecuencia a veces de preocupantes desequilibrios ambientales".

"A la sed de sentido y de valores que hoy se percibe en el mundo; a la búsqueda de bienestar y paz que marca la vida de toda la Humanidad; a las expectativas de los pobres, responde Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, con su Natividad", subrayó el Pontífice. "Que las personas y las naciones no teman reconocerlo y acogerlo: con Él, 'una espléndida luz' alumbra el horizonte de la Humanidad; con Él comienza 'un día sagrado' que no conoce ocaso", resaltó.

DESEO DE PAZ

Por último, expresó su deseo de que "esta Navidad sea realmente para todos un día de alegría, de esperanza y de paz" e instó a los "hermanos y hermanas de todos los continentes" a que "la luz de este día se difunda por todas partes, que entre en nuestros corazones, alumbre y dé calor a nuestros hogares, lleve serenidad y esperanza a nuestras ciudades, y conceda al mundo la paz".

"Éste es mi deseo para quienes me escucháis, un deseo que se hace oración humilde y confiada al Niño Jesús, para que su luz disipe las tinieblas de vuestra vida y os llene del amor y de la paz. El Señor, que ha hecho resplandecer en Cristo su rostro de misericordia, os colme con su felicidad y os haga mensajeros de su bondad. ¡Feliz Navidad!", concluyó el Santo Padre.

MISA DEL GALLO

Anoche, en la tradicional Misa del Gallo celebrada en la Basílica de San Pedro, el Papa había instado a los fieles a reservar en sus vidas un tiempo para Dios y para los necesitados. Además, subrayó su preocupación por un mundo cada vez más laico, y lamentó que muchos actúen como si no hubiera espacio para los asuntos espirituales en sus vidas.

"El hombre está tan preocupado por sí mismo, tiene una necesidad tan urgente de todo el espacio y de todo el tiempo para sus propios asuntos, que no deja nada para los demás, para su vecino, para los pobres o para Dios", resaltó el Pontífice.

En la homilía también mencionó el interés cada vez mayor de la Iglesia por el medio ambiente y se refirió a los primeros teólogos que interpretaron el papel de Cristo también como un sanador de la Tierra y el universo.

"Él vino a devolver belleza y dignidad a la creación, al universo: Esto es lo que comenzó en la Navidad y hace que los ángeles se regocijen. La Tierra es devuelta al buen orden por virtud del hecho de que ésta abierta a Dios (...). Así la Navidad es la fiesta de la creación restaurada", señaló.

Por otra parte, pidió que los católicos guarden espacio para Dios, así como para los menos afortunados. "¿Tenemos tiempo para nuestro vecino, que necesita una palabra nuestra, mía o que necesita mi afecto? ¿Y para el que sufre y necesita ayuda? ¿Para el perseguido o el refugiado que busca asilo? ¿Tenemos tiempo y espacio para Dios?", se preguntó el Papa.

Asimismo, trazó un paralelismo entre lo que percibe como un rechazo de la sociedad moderna hacia Dios y la historia de cómo Jesús nació en un establo porque no había sitio para su familia en una posada cercana. "En cierta forma, la humanidad espera a Dios, espera que esté cerca. Pero cuando llega el momento, no hay cupo para él", lamentó.

Pero el mensaje del nacimiento de Jesús, que se celebra en la Navidad, señala también que "Dios no permite quedarse fuera", dijo Benedicto XVI. "Él encuentra un espacio, incluso si ello implica entrar por el establo. Hay gente que ve esta luz y la transmite a los demás", concluyó.

(EUROPA PRESS INTERNACIONAL)