Crónica Vietnam.- El Gobierno asegura que gran parte del país sigue plagada de explosivos estadounidenses sin detonar

Actualizado: sábado, 23 enero 2010 12:35

Muchas personas mueren al año mientras intentan desactivar los explosivos para quedarse con el metal de la bomba

MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un 35 por ciento de las seis provincias centrales de Vietnam están "contaminadas" por explosivos sin detonar procedentes de bombas de racimo lanzadas por los aviones estadounidenses durante la guerra, muchos de los cuales terminan estallando en el momento en el que alguna de las miles de personas que viven de la chatarra los activan involuntariamente, según un informe estatal recogido por Naciones Unidas.

El documento redactado por el Centro de Tecnología para la Eliminación de Bombas del Ministerio de Defensa vietnamita y la Fundación estadounidense de Veteranos de Vietnam, existen restos de explosivos sin detonar (UXO, por sus siglas en inglés) en las provincias de Nghean, Ha Tinh, Quang Binh, Quang Tri, Thua Thien Hue y Quang Ngai.

La situación es especialmente deplorable en Quang Tri y Quang Binh, a ambos lados de la antigua zona desmilitarizada que dividía Vietnam del Norte y del Sur. Un 28 por ciento de las víctimas de los explosivos falleció mientras trabajaban en el campo, pero un 34 por ciento de los fallecidos estaba buscando chatarra para sobrevivir a la tremenda pobreza que existe en el país asiático.

Un 12 por ciento de la población vive por debajo del límite rural de pobreza: menos de 11 dólares al mes, frente al límite de 14 dólares por persona que fija el nivel de pobreza en las zonas urbanas.

UN CASO

Nguyen Luong Quy estaba plantando un árbol en una plantación de café a las afueras de Buon Ma Thout cuando su pala golpeó un objeto de metal. "Entonces hubo una gran explosión y me acabé inconsciente en el suelo. Me desperté en un hospital y creía que estaba muerto, porque lo veía todo blanco", declaró.

Quy perdió el brazo izquierdo en la explosión, causada por uno de las millones de componentes explosivos desprendidos de las bombas de racimo lanzadas por los aviones estadounidenses sobre Vietnam entre 1964 y 1973.

Pero a pesar de su experiencia de primera mano con estos explosivos, Quy, como otros tantos vietnamitas, sigue buscando metal como con el que se fabrican las bombas de racimos y otros tipos de municiones sin estallar.

UN NEGOCIO PELIGROSO

Miles de vietnamitas siguen ganándose la vida o consiguiendo un dinero extra al emplear sus detectores de metal para localizar las bombas que todavía no han estallado. Algunos de estos chatarreros intentan incluso desactivar las bombas ellos mismos, a veces con trágicas consecuencias.

Es peligrosísimo. Las minas pueden ser desactivadas por profesionales entrenados, pero la munición de racimo contiene metales de enorme valor que son imposibles de inutilizar.

La crisis financiera no ha hecho más que empeorar las cosas, según las ONG. "La chatarra aporta un ingreso decente e inmediato sin necesidad de calificaciones o inversiones previas de por medio", explica uno de los responsables de la ONG para la atención de víctimas de UXO Clear Path International, Tran Hong Chi.

"Pero no son sólo los granjeros o los desempleados los que necesitan dinero. El pasado mes de julio, un profesor murió mientras desenterraba una bomba durante sus vacaciones veraniegas. Tenía un buen trabajo. Debería haber conocido los riesgos", lamentó el cooperante.

Al mismo tiempo, la ralentización económica está restringiendo los presupuestos anuales de las ONG encargadas de desminar Vietnam. Sólo el año pasado, dos importantes donantes anunciaron que ya no podían seguir ayudando económicamente a CPI. Otro tanto de lo mismo sucede con la ONG Mines Advisory Group (MAG), la cual ha perdido en 2009 a la mitad de sus contribuyentes.

El jefe de operaciones de MAG, Jimmy Roodt, cree que la crisis económica sólo es parte del problema. Vietnam está creciendo con mucha rapidez y, a pesar de los problemas financieros, está atrayendo a los inversores, quienes no obstante advierten de que la carencia de una política nacional para el desminado es un obstáculo para hacer negocios en el país.

En Vietnam, la cuestión de los explosivos sin detonar está controlada en su mayor parte por el Ejército. El Gobierno está preparando un documento que podría tardar años en ser ratificado.

"Sin un centro nacional como el que tienen los camboyanos", explica la especialista en prevención contra el daño infantil de UNICEF, Nguyen Thi Thanh An, "no tenemos base de datos sobre mortandad y no hay forma de demostrar a los donantes lo mal que están las cosas".