Crónica Zimbabue.- La comunidad internacional mantiene sus sanciones pese al acuerdo de unidad nacional

Actualizado: lunes, 20 julio 2009 1:54

ZANU-PF y MDC intentan hacerse con el control de las hipotéticas ayudas internacionales futuras

MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -

Diez meses después de la firma del Acuerdo Político Global (APG) para un Gobierno de unidad en Zimbabue, la comunidad internacional sigue manteniendo su suspicacia ante la fiabilidad del nuevo Ejecutivo en el país africano, al que sigue congelando la ayuda económica y sobre el que mantiene las sanciones promulgadas contra la élite del ZANU-PF, el partido del presidente Robert Mugabe.

Los numerosos problemas que acucian al país africano hacen imprescindible la inmediata llegada de ayuda. La población está afectada por la escasez de comida, la hiperinflación y una devastadora epidemia de cólera. Pero de momento se mantiene la desconfianza en las institucionales nacionales, lo que imposibilita la llegada de ayuda económica y alimentaria.

El tumultuoso camino que ha recorrido el Gobierno de unidad ha supuesto un importante obstáculo. A pesar de los buenos augurios que siguieron al nombramiento del líder opositor Morgan Tsvangirai como primer ministro del país, los roces entre el ZANU-PF y su rival, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) han impedido la constitución de un gobierno sólido y de confianza.

Prueba de ello fue la restauración de Gideon Gono como gobernador del Banco de Reserva de Zimbabue sin consultar con el MDC, en violación flagrante del acuerdo de unidad que instaba a que este tipo de nombramientos debería hacerse por consenso. Bajo la gestión de Gono, la inflación en Zimbabue experimentó un aumento oficial del 200 millones por ciento (extraoficialmente, este incremento se cuenta por billones). A Gono además se le acusó de cambiar dinero en el mercado negro por moneda extranjera, lo que terminó por destruir su credibilidad de cara a los donantes internacionales.

GUERRA POR CONTROLAR LAS AYUDAS

Desde entonces, ha estallado una guerra entre ambos partidos para decidir quién se encarga de distribuir la teórica ayuda económica. El ZANU-PF advierte de que el MDC emplearía parte del dinero para financiar las siguientes elecciones generales, mientras su socio de unidad advierte de que el partido de Mugabe aprovecharía para "hacer desaparecer el dinero" en sus arcas a través de Gono.

El Gobierno de unidad ha solicitado 8.000 millones de dólares para reiniciar su economía, que se encuentra absolutamente devastada: un 94 por ciento de la población está desempleada, y siete de cada diez zimbabuenses sobreviven gracias a las raciones de emergencia.

Para intentar romper este bloqueo, el Gobierno de unidad desarrolló la llamada Política de Coordinación de Ayuda (ACP), con la esperanza de reducir las sospechas y convertirse en un vehículo fiable de los fondos. El acuerdo para la ACP fue firmado al tercer intento y es uno de los pocos puntos en los que el ZANU-PF ha demostrado cierta flexibilidad. El objetivo, afirman, es asegurar transparencia y consenso, evitando el partidismo.

Esta política cae bajo la compentencia del Ministerio de Finanzas, una cartera dirigida por el MCD y cuenta con el con el respaldo de los ministros del ZANU-PF, según el analista Paddington Japajapa a la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

Teóricamente, la ACP supervisará la canalización de los fondos internacionales al Fondo de Multidonantes, para distribuirlas a partir de ahí entre diversas estructuras de apoyo como el Comité Técnico de Ayuda, el Foro de Desarrollo del Gobierno y la Unidad de Coordinación de Ayuda.

Tsvangirai preside el llamado Comité del Gabinete de Coordinación, en el que se encuentran también los viceprimeros ministros Arthur Mutambara y Thokozani Khupe, así como los ministros de Inversión, Gobierno Local, Obras Públicas, Seguridad Nacional, Economía, Industria y Comercio y Asuntos Exteriores, que deberán adoptar una decisión por consenso a la hora de distribuir los fondo.

El ministro de Estado para el primer ministro --y también miembro del Gabinete de Ayuda--, Gorden Moyo, explicó a IRIN que el comité tiene la intención de comprometerse con la comunidd internacional en los planes de desarrollo para coordinar sus actividades y cimentar las responsabilidades de los implicados.

"Con la creación de esta nueva política de ayuda estamos enviando un mensaje claro y rotundo a la comunidad internacional: ahora contamos con un entorno que posibilita que Zimbabue reciba dinero y lo gaste en la gente", declaró Moyo.

DISCUSIONES

Japajapa declaró que el establecimiento de una política de coordinación de ayuda es una idea lógica que puede desarrollarse de forma paralela a las discusiones sobre el establecimiento de los cargos en las instituciones. "Mientras los políticos siguen luchando sobre cuestiones importantes, los políticos parecen haberse dado cuenta de lo relevante que es mantenerse comprometidos a largo plazo con la comunidad internacional", declaró a IRIN.

El ZANU-PF también ha expresado su compromiso con la política porque "se ha dado cuenta de que los donantes quieren canalizar su dinero a través de una institución creíble; por otro lado, si el comité trabaja en armonía, podría reducir las sospechas entre los políticos", añadió.

Sin embargo, el también analista político Ernest Mudzengi, considera que las sospechas y las desconfianzas entre los partidos políticos están demasiado enraizadas como para sacar adelante una política de coordinación eficaz.

"Desde septiembre de 2008, tras la firma el Acuerdo Político Global, apenas se han concretado acuerdos entre los dos partidos. Pueden estar representados por el Comité del Gabinete, pero la cultura de discutir y de tirarse los trastos a la cabeza sigue siendo el pan nuestro de cada día entre los político, posiblemente en detrimento de la gente corriende, que sigue rezando para que aparezca un Gobierno eficaz", lamentó.