Cuba.- Moratinos reitera el deseo de España de "eliminar" la Posición Común de la UE hacia Cuba durante su presidencia

Actualizado: lunes, 15 junio 2009 10:56

LUXEMBURGO, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, celebró hoy que la Unión Europea hable de "intensificar el diálogo" con Cuba cuando hace un año al Gobierno español le "preocupaba" recabar el consenso unánime de los Veintisiete para eliminar de manera definitiva las sanciones diplomáticas impuestas a Cuba en 2003, aunque levantadas desde 2005.

"Si el año pasado, hace casi un año, nos preocupaba el poder eliminar las medidas e iniciar un diálogo, este año nos vamos reunir no solamente para no hablar ya de medidas sino de hablar de intensificar el diálogo, es un paso más positivo, que inicia la Unión Europea con las autoridades cubanas", explicó Moratinos en declaraciones a su llegada al Consejo de ministros de Exteriores de la UE.

El jefe de la diplomacia española calificó como hecho "muy importante" que el diálogo político entre la UE y Cuba, como defendió el Gobierno español, "está avanzando".

Moratinos subrayó que las relaciones bilaterales entre la UE y Cuba deben "ser de respeto" mutuo", basado en "un diálogo constructivo, positivo y que acerque posiciones".

"Lógicamente, la Unión Europea planteará sus problemas, sus principios, su valoración, pero también tenemos que escuchar a las autoridades cubanas", explicó.

Preguntado si España sigue dispuesta a eliminar la Posición Común de los Veintisiete respecto a Cuba, Moratinos aseguró que "España sigue pensando en eliminar la Posición Común". "Esperamos, precisamente, en la presidencia española (de la UE) dar ese paso", explicó.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea acordarán este lunes continuar y profundizar el diálogo político con Cuba sobre una base "global, igualitaria y orientada a la obtención de resultados", si bien expresarán una "seria inquietud" por la falta de progresos en materia de Derechos Humanos, según informaron fuentes diplomáticas.

Cada año, en el mes de junio, los Veintisiete abordan la "posición común" adoptada en 1996 --que avalaba la aplicación de sanciones diplomáticas-- y que desde entonces rige la política europea hacia la isla.

Los ministros europeos de Exteriores acordarán el texto que será ratificado días después por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, quienes un año antes acordaron eliminar las sanciones diplomáticas impuestas a La Habana en 2003 (y suspendidas desde 2005) por el encarcelamiento de 75 disidentes y ofrecieran retomar el diálogo político.

El borrador de conclusiones aboga por la continuación del diálogo político y la renovación de la cooperación al desarrollo. Sin embargo, el documento también señala que la Unión Europea priorizará los principios de democracia, Derechos Humanos y libertades fundamentales en ese diálogo.

Los Veintisiete, además, llaman al Gobierno cubano a permitir los contactos con representantes de la sociedad civil y de la oposición "pacífica democrática" y pide que "no se obstaculice" este tipo de encuentros con la sociedad civil.

La preocupación de la Unión Europea se centra en la situación de los Derechos Humanos en Cuba, especialmente en lo referente a los derechos civiles y políticos, así como en la "falta de progresos" en materia de reformas políticas.

En sus conclusiones, los Veintisiete instarán a La Habana a liberar "sin condiciones" a todos los presos políticos, incluidos los que fueron condenados en 2003, y mostrarán su inquietud por los presos en condiciones sanitarias graves y pide que se permita el acceso de organizaciones humanitarias internacionales a las cárceles.

También señalarán la "importancia" de que se acometan reformas económicas y sociales estructurales que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de los cubanos.

Frente a países como España, que defienden profundizar el diálogo para una normalización de las relaciones, en los debates preparatorios otros países como Suecia y Dinamarca presionaron para endurecer el lenguaje hacia la isla. Fuentes diplomáticas precisaron, no obstante, que "nadie se opuso" a la continuación del diálogo.

Además, República Checa, que en 2008 mostró fuertes reticencias a levantar definitivamente las sanciones, ha adoptado en esta ocasión el papel de mediador en el debate europeo, debido a que ocupa la presidencia de turno de la UE este semestre.

CUBA QUIERE ELIMNAR LA POSICIÓN COMÚN

De cualquier modo, los Veintisiete renovarán su compromiso con la "posición común" de 1996, por lo que esta cuestión llegará a la presidencia española de la UE, en el primer semestre de 2010. Será en junio del próximo año cuando se vuelva a analizar las relaciones con Cuba y los progresos del diálogo político para evaluar la revisión de dicha posición.

A pesar de que el balance del último año muestra "más pasos positivos que negativos", fuentes diplomáticas europeas explicaron que La Habana "no ha dado los pasos políticos en la dirección que quería la UE".

En su visita a Bruselas el pasado mes de mayo, el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, abogó por avanzar en la normalización de las relaciones con la Unión Europea, pero advirtió de que la "posición común" europea supone un "obstáculo" para lograr este objetivo.

Su predecesor, Felipe Pérez Roque, ya mostró su rechazo a la "posición común" en un encuentro en octubre de 2008 con el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos. Entonces, el jefe de la diplomacia española explicó que España es partidaria de sustituir esa posición "por un acuerdo de cooperación entre La Habana y los Veintisiete".

Precisamente este sábado, Moratinos expresó su deseo de que los ministros europeos promuevan en la reunión del lunes en Luxemburgo "una nueva etapa de un diálogo intensificado" con las autoridades cubanas.

En el marco de las conversaciones sobre las relaciones bilaterales, los Veintisiete tampoco contemplan la posibilidad de volver a aplicar sanciones diplomáticas a Cuba, ya que, aunque la "posición común" prevé esta opción, la Unión Europea es partidaria de continuar el diálogo político y, para que la adopción de medidas restrictivas fuera posible, sería necesario alcanzar una unanimidad que países como España bloquearían.