Los desplazados internos de Libia sufren su propia batalla para encontrar un refugio donde vivir

Un niño desplazado que abandonó su hogar con su familia después de los enfrentamientos en una escuela utilizada como refugio en el distrito de Abu Slim, en Trípoli
Un niño desplazado que abandonó su hogar con su familia después de los enfrentamientos en una escuela utilizada como refugio en el distrito de Abu Slim, en Trípoli - REUTERS / ISMAIL ZETOUNI
Publicado: domingo, 15 septiembre 2019 7:02

TRÍPOLI, 15 Sep. (Reuters/EP) -

Mabrouka al Twati, una mujer de 80 años, y su hija han pasado varios días durmiendo en las calles de Trípoli mientras huían de las fuerzas del Ejército Nacional Libio, liderado por el mariscal de campo Haftar, que a principios de abril inició una ofensiva contra la capital del país, donde tiene su base el primer ministro, Fayez Serraj, apoyado por Naciones Unidas.

Seis meses después de que diese comienzo esta ofensiva militar, Mabrouka al Twati y su hija se encuentran en un refugio donde un par de sábanas cubren algunas de las ventanas rotas y dos escritorios sirven de cocina. Estas dos mujeres se encuentran entre las 120.000 personas que han tenido que huir de su hogar tras la última escalada de violencia en la región.

La ofensiva se estancó en los barrios periféricos del sur de la ciudad, en donde las posiciones del Ejército Nacional Libio apenas han cambiado durante las últimas semanas. Sin embargo, los primeros combates obligaron a muchísimas personas a abandonar sus casas. Algunos de ellos utilizaron los jardines públicos o instalaron tiendas de campaña en el paseo marítimo de Trípoli; mientras que otros han tenido que acudir a refugios que carecen de suministros básicos e, incluso, de agua potable.

Twati y su hija Tabra al Hamali, abandonaron su hogar en Sidi Salim, justo al sur de Trípoli, en abril, cuando el Ejército Nacional Libio (LNA) inició su ofensiva, poniendo fin a los planes de la ONU de iniciar un proceso de reconciliación nacional. Ahora están alojadas en el aula de un colegio que se ha convertido en albergue y que está administrado por el consejo municipal de Abu Salim.

"Mi hija y yo nos mudamos de calle en calle para encontrar un lugar. Al principio teníamos que dormir bajo los árboles", ha explicado Twati, sentada junto a su hija en un colchón donado. " Hemos sufrido un martirio que nunca antes habíamos vivido", ha añadido.

La ejecución de Muamar Gadafi en octubre de 2011 puso fin al levantamiento contra su Yamahiriya (nombre que recibió el país durante el período entre 1977 y 2011) y dio paso a una fragmentación de una Libia según la influencia de los grupos armados que surgieron durante el conflicto y que tras la muerte del guía buscaron capitalizar los espacios de poder obtenidos hasta entonces.

Libia comenzó a escindirse en 2011, cuando un levantamiento respaldado por la OTAN derrocó a Muamar Gadafi después de más de cuatro décadas en el poder. Desde 2014 se ha dividido entre campamentos rivales con sede en Trípoli y el este.

Ocho años después del inicio de la intervención de la OTAN contra el régimen de Gadafi conviven en Libia dos gobiernos que se disputan la autoridad y que cuentan con el apoyo de diversos grupos armados que controlan distintas zonas del país, en gran parte desértico y marcado por el tribalismo.

Haftar --que ha recibido el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y Egipto en este proceso--lanzó esta ofensiva el pasado mes de abril prometiendo liberar a Trípoli de los grupos armados que se habían atrincherado en la ciudad desde el 2011.

Sin embargo, esta intentando acabar con el internacionalmente reconocido Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA), que se estableció en 2016 después de un acuerdo político respaldado por la ONU, y que ha dependido de algunos de esos grupos armados para mantener su seguridad.

Mientras tanto, más de 268.000 civiles libios se han convertido en desplazados internos, según la agencia de la ONU para los refugiados, que ha explicado que algunos de ellos tuvieron que dejar sus casas tras luchar entre 2014 y 2017 en la segunda ciudad más grande de Libia, Bengasi, donde las fuerzas leales a Haftar finalmente tomaron el control.

POCOS SUMINISTROS

Las condiciones de vida en los refugios que han aparecido repentinamente en Trípoli son muy duras. "Tememos quedarnos sin alimentos y suministros médicos debido a que la duración del conflicto está agotando nuestras reservas", ha aseverado Mohamed al Shukri, de la Media Luna Roja de Trípoli.

"Todo lo que necesito es un alquiler para sobrevivir con mi familia. No estoy pidiendo lo imposible", ha insistido una de las afectadas. La mayoría de los nuevos desplazados son mujeres, niños o ancianos. El GNA ha asignado 120 millones de dinares libios (76,82 millones de euros) en ayuda, y está considerando otros 100 millones, según ha explicado un portavoz del Gobierno.

Así las cosas, las familias desplazadas que viven en estrechas chozas hacinadas en un refugio ubicado en una fábrica en desuso en Tajoura, un suburbio de Trípoli, al este del país, han asegurado que no habían visto ninguna señal de la ayuda. "Estamos abatidos y no tenemos nada. Se me rompe el corazón cuando mis hijos piden lo que necesitan y yo no puedo dárselo", ha lamentado un soldado retirado y padre de siete hijos.

En otro refugio situado en un hotel en ruinas cerca de Tajoura, una madre llevaba en brazos a un niño pequeño. "No puedo dejar a mi hija sola caminando por las barandillas rotas. ¿Qué haremos en invierno en estas condiciones?", se ha preguntado.

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