OTTAWA, 5 Abr. (Reuters/EP) -
Las exministras de Justicia y de Servicios Indígenas de Canadá, Jody Wilson Raybould y Jane Philpott, respectivamente, que fueron expulsadas el martes del grupo parlamentario del Partido Liberal, han aumentado la presión sobre el primer ministro, Justin Trudeau, para que pida perdón por haber tratado de influir en un proceso judicial.
El escándalo se centra en Raybould, que aseguró en febrero que varios altos cargos habían tratado de persuadirla para que la compañía SNC-Lavalin saliera impune de un caso de corrupción cuando era ministra de Justicia. Raybould entregó la grabación de una llamada telefónica para apoyar sus declaraciones al respecto.
Los documentos que se hicieron públicos incluyen una grabación de casi 18 minutos de una conversación telefónica entre Raybould y el Secretario del Consejo Privado, Michael Wernick, sobre el caso.
La firma canadiense, con sede en Quebec, está acusada de sobornar a funcionarios en Libia para obtener contratos bajo el régimen del exlíder libio Muamar Gadafi.
Philpott, por su parte, renunció a su puesto como presidenta de la Junta del Tesoro debido a sus diferencias con Trudeau a la hora de abordar el asunto. "Hay pruebas de que se ha intentado interferir en este proceso judicial", ha manifestado Philpott. "He sugerido que la mejor forma de abordar el asunto es decir la verdad, admitir los errores, pedir perdón a los canadienses y averiguar qué ha pasado para asegurarnos de que nunca pase de nuevo", ha manifestado.
Este martes, el dirigente canadiense las expulsó a ambas del grupo parlamentario debido a que "la confianza entre el equipo liberal y las diputadas se había roto".
"La confianza que existía previamente entre estos dos individuos y nuestro equipo se ha roto, ya sea debido a la grabación de conversaciones sin consentimiento como a la falta de confianza por su parte en nuestro Gobierno o en mí mismo personalmente como líder", dijo entonces Trudeau.
