La educación, "la mejor escalera para sacar a los niños de la pobreza"

Dos hermanas en una escuela en Costa de Marfil
UNICEF/FRANK DEJONG 
Actualizado: martes, 20 noviembre 2018 15:01

En el mundo 262 millones de niños no van a clase y entre quienes lo hacen, no todos reciben una educación de calidad

MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

"La educación debe ser vista como un derecho básico puesto que es la mejor escalera para salir de la pobreza", defiende la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Henrietta H. Fore. De hecho, está recogido en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero 70 años después de la aprobación de este texto es aún una quimera para millones de niños.

Sin embargo, reconoce Fore en una entrevista concedida a Europa Press, "hay 262 millones de niños y jóvenes que se están perdiendo su educación, aproximadamente un tercio de los cuales viven en países afectados por la guerra o los desastres naturales".

En concreto, según datos de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 64 millones de niños no reciben educación primaria, 61 millones no reciben educación secundaria y 138 millones de adolescentes de 15 a 17 años no realizan sus estudios de secundaria superior.

Dejar a estos niños sin educación tiene un coste. Según esta agencia de la ONU, si todos los adultos del mundo completaran la educación secundaria el número de personas en la pobreza podría reducirse en más de un 50 por ciento.

EL GÉNERO Y LOS INGRESOS CONDICIONAN EL ACCESO A LA EDUCACIÓN

El acceso a la educación está fuertemente condicionado por el género. Las niñas tienen menos probabilidades que los niños de su edad de ir a la escuela e incluso aquellas que logran iniciar sus estudios es más probable que nunca los terminen. Cuando llegan a la adolescencia, muchas familias optan por que se queden en casa ayudando en las tareas del hogar o cuidando de sus hermanos menores. El matrimonio infantil es otro obstáculo que impide que las adolescentes puedan continuar sus estudios.

Esta disparidad de género queda particularmente patente en el África Subsahariana. Aquí, según los datos de UNESCO, por cada 100 niños en edad de recibir educación primaria que no van a la escuela, hay 121 niñas que ven denegado este derecho.

El otro factor clave que determina el acceso a la educación son los ingresos familiares. Según explica UNESCO, existe una brecha significativa en cuanto a las cifras de los niños que van la escuela en los países ricos y los de los más pobres. La brecha comienza en primaria, con el 80 por ciento de los niños escolarizados en los países pobres frente al total en los ricos, y se agrava en secundaria, con un 60 por ciento sin escolarizar en los primeros países frente a un 6 por ciento en los segundos.

Pero también hay brecha a nivel interno en los países, puesto que algo menos del 20 por ciento de los países garantiza 12 años de educación gratuita y obligatoria. Las familias con menos recursos se ven por tanto incapaces de enviar a sus hijos a clase o, al menos, no a todos ellos, primando en ese caso a los varones en lugar de las niñas. Volviendo al África Subsahariana, solo el 65 por ciento de los niños de familias pobres van a la escuela, frente al cien por cien de los hijos de familias ricas.

ESCUELAS ATACADAS

Y en los últimos años, ha surgido un tercer factor cada vez más determinante: las escuelas se han convertido en objetivo de ataques. Pese a que, conforme al Derecho Internacional Humanitario, los centros educativos por su carácter civil nunca deberían ser un objetivo, son muchos los grupos armados y terroristas, pero también las fuerzas gubernamentales las que los han atacado en el marco de operaciones antiterroristas o conflictos.

Según el informe 'Educación atacada 2018', elaborado por la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques --de la que forman parte UNICEF, UNESCO y ONG como Save the Children o Human Rights Watch (HRW)--, entre 2013 y 2017 41 países experimentaron más de cinco ataques contra la educación en los que al menos uno de ellos fue un ataque directo o mató a al menos una persona. En total, hubo más de 12.700 ataques en este periodo.

Niñas y mujeres fueron objeto de ataques contra la educación por su género en al menos 18 de los 28 países analizados en el informe, mientras que se detectó el uso militar de escuelas o universidades en al menos una ocasión en 29 países. En este último caso, los centros educativos fueron empleados como base, cuarteles, refugio temporal, depósito de armas, posición de ataque o centros de detención.

El uso militar o la destrucción de los centros de enseñanza priva a miles de niños de ir a clase, o disuade a sus padres de enviarles por miedo a que puedan ser víctimas de un ataque, algo que ocurre con frecuencia en países como Nigeria, donde Boko Haram se ha cebado con las escuelas secundarias femeninas, o en Camerún, donde los separatistas de la región anglófona han tomado a los profesores y escuelas como objetivo.

NO TODOS RECIBEN EDUCACIÓN DE CALIDAD

Pero, según resalta la directora ejecutiva de UNICEF, no basta con ir a clase, sino que es necesario que la educación que se recibe sea de calidad y que los niños estén en disposición de aprender, algo que aquellos con problemas de desnutrición no tienen tan fácil. Entre quienes sí van la escuela, "muchos no están aprendiendo lo básico, mucho menos habilidades útiles que les permitirán florecer en el mundo digital, cambiante y moderno actual", explica.

"Seis de cada diez niños y jóvenes no alcanzan los estándares mínimos de lectura y matemáticas", subraya Fore, advirtiendo de que "para cualquier país es difícil prosperar si la mitad de su población es incapaz de leer o escribir".

Según la UNESCO, pese a los avances en la materia a día de hoy todavía hay en el mundo 750 millones de personas analfabetas, de las que dos terceras partes son mujeres. De ellas, 102 millones tienen entre 15 y 24 años. El sur de Asia es la región con más personas analfabetas, el 49 por ciento del total, seguida por el África Subsahariana, con el 27 por ciento.

"Con las tendencias actuales, para 2030 habrá 2.000 millones de personas con entre 10 y 24 años en el planeta que necesitarán más de 10 millones de puestos de trabajo al mes", advierte la directora ejecutiva de UNICEF.

NIÑOS EDUCADOS QUE GENERARÁN CRECIMIENTO COMO ADULTOS

"Si esta enorme población está educada y cualificada, tendrá una oportunidad mejor de lograr un trabajo o emprender, generando la oportunidad de que productividad en su conjunto aumento y los estándares de vida mejoren", defiende Fore, que añade que esto a su vez "conduce a un mayor crecimiento económico, mejor financiación pública para los sectores sociales y más dinero disponible para garantizar un crecimiento sostenible y justo para todos".

Así las cosas, defiende la necesidad de invertir en la educación de niños y jóvenes, "especialmente los niños refugiados y los que viven en países en conflicto". UNICEF trabaja con sus socios "en algunos de los lugares más duros del mundo, formando a profesores, construyendo escuelas, creando espacios seguros para que los niños consigan su educación y encontrando nuevas maneras de ofrecer oportunidades de aprendizaje alternativas".

"Pero no podemos hacerlo solos", reconoce Fore. "Necesitamos más apoyo para dar a los niños la educación que se merecen, y necesitan, para forjar una vida mejor para ellos mismos y para sus países", reclama aprovechando la celebración del Día del Niño este 20 de noviembre.

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