ZARAGOZA, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
La tercera edición del Foro Europeo para la Seguridad Urbana, que se ha inaugurado hoy en Zaragoza, ha analizado el fenómeno de la mundialización de la seguridad. Desde los atentados del 11-S en Estados Unidos, o los ocurridos en Madrid y Londres, el panorama internacional ha cambiado, no sólo a nivel político sino también a nivel social. Las medidas de seguridad aplicadas tras estos atentados, especialmente en Estados Unidos, han llevado a una utilización política del miedo, tal y como ha explicado el profesor de la Universidad de Nueva York, Corey Robin.
Según Robin, aunque no es una estrategia nueva, desde los atentados del 11-S se ha hecho más significativo entre los ciudadanos. La diferencia son los métodos utilizados, puesto que el miedo ya no es sólo un monopolio del gobierno, sino que es extiende al sector privado, a los lugares de trabajo, a las escuelas.
Para Corey Robin, después de una situación tan extrema como la vivida el 11 de septiembre, es normal que se adopten medidas de control y que la gente las acepte. Sin embargo, el peligro radica en el mantenimiento de estas medidas y de la sensación de miedo una vez que la situación de riesgo ya no es tan fuerte porque entonces se utilizan más como arma de manipulación para conseguir otros fines, ya sean políticos o económicos.
Otro riesgo añadido, según Robin, de la utilización del miedo por parte de los gobiernos es que se extiende también a áreas como la educación o los medios de comunicación. Estos sectores en muchos casos se autocensuran de manera que "las próximas generaciones reciben una información coartada y no tendrán mecanismos para enfrentarse al mundo".
EL TERROMISMO LLEVA A CERRAR FRONTERAS
El problema de la inseguridad y el miedo también ha estado presente en la intervención del director de la oficina de ONU-Habitat para África y los países árabes, Alioune Badiane. Según Badiane, el terrorismo no es la única razón por la que Europa cierra sus fronteras. Los movimientos migratorios están creando una situación de discriminación y desigualdad.
Badiane indicó que "Europa está sorprendida de la agresividad con la que se están dando los movimientos migratorios desde África, de cómo jóvenes de 18 años se tiran al agua y muchos de ellos mueren. Y todo porque África no tiene ayudas y no puede participar en la globalización. Todos los gobiernos utilizan el miedo pero Europa no puede cerrar sus fronteras".
Respecto a los movimientos migratorios, Estrella Rodríguez, directora general de la Integración de los Inmigrantes, ha recalcado que la integración es el único mecanismo eficaz para evitar conflictos sociales y garantizar una sociedad estable para las futuras generaciones. Como ha reconocido, los gobiernos deben desarrollar políticas de integración, con especial apoyo a las entidades locales, y adecuar los servicios públicos a las nuevas demandas de la sociedad.
Por otra parte, el catedrático de Derecho Penal, Luis Arroyo, ha expuesto los nuevos tipos de criminalidad que van asociados a la inmigración como puede ser el tráfico de personas o el abuso sobre los trabajadores. Delitos que deben penalizarse no sólo para garantizar la seguridad de los ciudadanos sino para defender los derechos de los inmigrantes. En este sentido, Arroyo ha recordado "que hace unas décadas, los españoles emigraron a Europa, lo que debería concienciarnos por trabajar en la integración de los inmigrantes puesto que nuestros padres también lo fueron".
LA GOBERNANZA DE LA SEGURIDAD
Mañana, la sesión plenaria del Foro Europeo para la Seguridad Urbana tratará sobre la gobernanza de la seguridad. Los ponentes serán Valérie Sagant, directora general del Centro Internacional para la Prevención de la Criminalidad de Canadá, Hannu Tákala, del Consejo Nacional para la Prevención de la Criminalidad de Finlandia, Carlos Pérez Anadón, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza, o Jean-Marie Beaupuy, eurodiputado francés.
El Foro Europeo para la Seguridad Urbana se clausurará el sábado, 4 de noviembre, con la presentación del "Manifiesto de Zaragoza", que actualizará y completará las líneas de actuación que, en materia de seguridad, ya firmó el Foro en el Manifiesto de Nápoles de 2000.
